Hace justamente dos años que al inaugurarse el
Falansterio, se inició simultáneamente el funcionamiento del Centro
Comunal adscrito al mismo. La filosofía de un Centro de esta índole,
tal cual fue formulada en esa ocasión per
la Sección de Centros Comunales de la PRRA ( Sección de Servicio
Social), decía así:
"Es nuestro plan crear Centros Comunales en diferentes sitios de la
Isla que estén abiertos continuamente a los vecinos y que tiendan al
bienestar de éstos sin prejuicios políticos, religiosos, raciales, o
de posición social. Será éste un proyecto educacional y social, que
al mismo tiempo tratará de mejorar el aspecto
físico, moral, social y espiritual de sus miembros,
fortaleciendo así sus relaciones familiares."
Los objetivos que sirvieron de norte en la
implantación de los Centros Comunales de la PRRA fueron entre otros
los siguientes:
1—Hacer un estudio de las necesidades de la vecindad y usar todos
los medios al alcance para fomentar en los
socios el interés de participar en la solución de las mismas.
2—Cooperar con todas las agencias de bienestar social existentes, al
mejor desarrollo de la vida comunal y al éxito del programa de cada
una de ellas.
3—Cultivar el espíritu de amistad y sociabilidad.
4—Conservar la tradición.
5—Fomentar las bellas artes y ofrecer oportunidad para el desarrollo
del instinto de creación.
6—Estimular el embellecimiento y mejor organización de los hogares.
7—Ampliar el vocabulario y la forma de expresión oral y escrita de
los individuos.
8—Dar énfasis al desarrollo físico, moral y emocional de cada
individuo.
9—Estimular el interés por la educación, fomentando la cooperación
de los padres con las escuelas, y de los inquilinos con la oficina
de Administración.
10—Desarrollar el interés y la cooperación en asuntos cívicos.
11—Ofrecer un sitio donde todas las clases sociales puedan reunirse
para su propio beneficio y estímulo.
Durante el tiempo en que se tuvo abierto este Centro bajo los
auspicios de esta Sección, (noviembre 7 de 1937 - junio ,10 de
1939), la trabajadora social que lo dirigía se esforzó por
encaminar su influencia hacia los
objetivos arriba expuestos.
Si se logró influir directa o
indirectamente, en el sentir de los inquilinos que hicieron suyos
estos derroteros, es cosa que toca a la
posteridad decidir. Mientras tanto, la brillante iniciativa e
infatigable energía desplegada año tras año por los hombres que
componen la Sociedad Benéfica, Recreativa
y Cultural del Falansterio, es un índice fehaciente de la chispa
encendida de inquietudes que prevalece en estos alojamientos.
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