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Johnny Torres Rivera
El edificio conocido como "Templo Masónico de San Juan" fue
ocupado y utilizado por tres organizaciones durante su existencia: La
Gran Logia Soberana, la Comisión de Alimentos y el Archivo Histórico de
Puerto Rico. Diseñado por el arquitecto Antonín Nechodoma, quien nació
en Praga y vino a Puerto Rico en los comienzos del siglo XX, donde
diseñó estructuras institucionales y residencias. Muchos de sus diseños
son originales, otros emularon a los de sus maestros, pero su figura es
fundamental en la historia arquitectónica del país. Nechodoma tenía
experiencia en el uso del concreto, material de construcción
relativamente nuevo en Puerto Rico. El edificio estuvo
situado en la parada uno de Puerta de Tierra, al sur de la Avenida Ponce
de León, hoy Avenida Constitución, casi frente a la cancha de la YMCA.
Fue construido en 1913 para la Gran Logia Soberana, según se desprende
de documentos de la Comisión de Alimentos (Food Commision). (AGPR)
Para el 1906 se hizo cargo de la Gran Maestría el Diputado Gran Maestro,
Antonio Cordero, quien adquirió un solar para levantar el templo
masónico de San Juan. El sucesor de Cordero fue el Coronel William
Fontaine Lippitt. Ayudado por la colaboración de valiosos elementos
Lippit erigió el templo masónico, que pocos años luego de construido
hubo de enajenarse por inconveniencias del sitio. La Food Commission adquirió la propiedad para instalar sus oficinas
centrales. (El Libro de Puerto
Rico, Capitulo XVI, Instituciones del Progreso Social, Masonería).
La Comisión de Alimentos "Food Commission", fue creada por la Resolución
Conjunta número 10 de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, aprobada
el 12 de abril de 1917. Se creó con la intención de regular los precios,
la importación y distribución de alimentos básicos y para llevar a cabo
una activa propaganda para estimular el cultivo de productos nativos
como el mejor medio para evitar la posible crisis derivada de la escasez
de alimentos en el mercado, por causa de haberse declarado la primera de
la guerra mundial. Surgió el peligro de la interrupción de las
comunicaciones con el continente, a través de la pérdida o retirada de
los buques dedicados al comercio. La mera posibilidad de restricción de
servicios de transporte marítimo no sólo causó alarma, ya que la mayoría
de sus productos alimenticios se importaban de los Estados Unidos, sino
también el aumento en los precios de los alimentos. En la campaña la
Comisión tendría la ayuda del Departamento Federal de Agricultura y el
Departamento de Educación.
El gobernador nombró cinco miembros para constituir la comisión según la
ley, el 5 de mayo de 1907. Las primeras reuniones de la Food Commission
se efectuaron en la oficina de la "Comisión Económica", en el piso
superior del edificio de la Intendencia. Antonio R. Barceló fue electo
presidente de la Comisión; John M. Turner, vice presidente y tesorero;
miembros activos, Albert E. Lee, Luis Sánchez Morales, N. A. Walcott,
Manuel Camuñas y E. M. Vasallo Secretario Ejecutivo . Barceló fue electo
para el senado cuatro meses más tarde y renunció a la presidencia de la
Comisión, siendo entonces substituido por Manuel Camuñas. El 2 de
octubre de 1917 Albert E. Lee pasó a ocupar la presidencia de la
organización.
La Comisión se trasladó a los cuarteles en el edificio de la
"Diputación". De acuerdo a los convenios logrados por el Comisionado del
Interior, estos cuarteles serían remodelados para hospedar todas las
divisiones del Departamento de Agricultura y Trabajo en un solo
edificio. Esto hizo necesario el desalojo de las oficinas de la Comisión
de Alimentos, la cual encontró serias dificultades para conseguir un
lugar adecuado.
Cuando se hizo patente que no lograrían conseguir oficinas apropiadas en
ningún edificio gubernamental, los esfuerzos fueron dirigidos en obtener
acomodo rentando una edificación privada, pero no se logró conseguir
ninguno disponible para la renta.
Para entonces el Templo Masónico estaba en venta, y considerando que el
precio de $30,000 requerido por la propiedad era razonable, se solicitó
la aprobación del gobernador para la compra del inmueble. Por algún
tiempo el Gobernador titubeó en conceder la autorización, pero el 6 de
mayo de 1918, mientras la Comisión realizaba la primera sesión del
segundo año de su existencia, el Gobernador anunció su aprobación para
la compra del Templo Masónico, tomando en cuenta las circunstancias del
caso y considerando la necesidad inmediata de la Comisión de tener
oficinas adecuadas. Inclusive, una tasación del edificio encargada por
el Comisionado de lo Interior reveló que el precio estaba más que
justificado, toda una ganga si se tomaba en cuenta el valor del solar
ascendía a varios miles de dólares más. En julio 1 de 1918 la Comisión
se mudó a
su nueva sede. (Food Commission First Annnual Report to the Governor of
Porto Rico, mayo 1917 a junio 30 1918)
La guerra finalizó el 11 de noviembre de 1918. Al cesar las funciones de
la Comisión de Alimentos, el Procurador General (Attorney General)
solicitó al Comisionado del Interior, el 24 de febrero de 1919, la
instalación de la Corte de Distrito de San Juan, sec. 1ra. en el
edificio que estaba próximo a ser desocupado por la Comisión de
Alimentos. La petición para el traspaso fue concedida el 4 de marzo de
1919. El sótano sería utilizado por el Departamento del Interior. Para
septiembre del mismo año se pensaba también instalar en el mismo
edificio, las oficinas del Censo, la Guardia Nacional y un archivo
histórico. Un estudio que realizó el arquitecto Finlayson mostró que la
cantidad de documentos a ser archivados era tal, que requerirían el
espacio total disponible en la estructura exclusivamente para el Archivo
Histórico. (AGPR)
El artículo 8 del Tratado de París ordenaba que los archivos y registros
oficiales, así administrativos como judiciales, pasaban a manos de los
Estados Unidos. En marzo de 1900 se empacaron con destino a Washington
un total de 2246 legajos, pertenecientes al importante Archivo de la
Capitanía General que estaba en Fortaleza (la residencia oficial de los
gobernadores españoles destacados en Puerto Rico). Los documentos
necesarios para la administración del gobierno insular que se retuvieron
en Puerto Rico fueron guardados en el edificio de la Intendencia. En 1943, las cajas que quedaron en custodia de la Biblioteca del Congreso
fueron trasladadas a los Archivos Nacionales en Washington y allí
permanecieron hasta la década de 1970.
Según el Dr. Luis E. González Váles, designado en el 1997 como séptimo
Historiador Oficial de Puerto Rico, El Archivo Histórico de Puerto Rico
fue creado en virtud de la Ley número 64
aprobada el 20 de julio de 1913. Mientras que en el Tesauro de Datos
Históricos de Puerto Rico se indica que en 1917 Manuel Camuñas Velázco había presentado un proyecto de ley para
la creación del Archivo Histórico de Puerto Rico ( La Democracia: 8566 /
5 en Tesauro, I, 109)
A petición del Sr. Mariano Abril, el 20 de junio de 1919 se estableció
el Archivo Histórico de Puerto Rico, organismo que tenia como funciones
"custodiar, ordenar, clasificar y catalogar todos los documentos
correspondientes al gobierno previo y a la Capitanía General de la Isla,
y demás organismos del Estado que en 1898, a causa del cambio de
Soberanía, quedaron reformados o suprimidos, así como todos los
documentos, de carácter histórico-político de la suprimida Audiencia
Territorial, como los de igual carácter correspondientes a la época del
régimen español que se hallen en los municipios de la Isla o en
cualesquiera otros archivos públicos o que, estando en poder de
particulares, pudieran ser adquiridos por el Gobierno, bien por donación
gratuita o con fondos del Tesoro Insular." El edificio ubicado
frente al de la Asociación Cristiana de Jóvenes, y que "por reunir las
condiciones a prueba de humedad y de incendio", fue el local destinado
por ley para instalar el archivo, en noviembre de 1919. Fueron trasladados al
sótano del edificio, 10,000 legajos de documentos pertenecientes; 8,000
al Gobierno General Español y 2,000 a la suprimida Audiencia
Territorial. (El Libro de Puerto Rico, Capítulo II, página 116, Archivo Histórico de
Puerto Rico).
El Archivo Histórico de Puerto Rico estaba situado en el antiguo Templo
Masónico. (Tesauro de Datos Históricos de Puerto Rico, 1990, Tomo I,
página 109) Desde 1903 la Legislatura insular había creado el cargo de
historiador de Puerto Rico, pero no fue hasta el 1919 que aprobó la
fundación del Archivo Histórico como sede del correspondiente historiador.
A tales efectos, ordenó que el recién creado archivo tendría como
objetivo principal custodiar, ordenar, clasificar y catalogar todos los
documentos pertinentes al antiguo gobierno y capitanía general de Puerto
Rico y demás organismos del Estado, así como los de la Audiencia
Territorial. Además, dispuso que el director tenía el deber de trasladar
al Archivo Histórico cualquier documento de carácter histórico que se
encontrase en los archivos municipales. (El Desarrollo de los
Archivos Históricos de Puerto Rico, Maria Dolores Luque)
El director del Archivo Histórico de Puerto Rico, Ferdinand R. Cestero,
solicitó el 24 de noviembre de 1919 al Comisionado del Interior, cambiar
el rótulo que aparecía en la fachada que leía "Gran Logia Soberana" por
el de "Archivo Histórico de Puerto Rico". El gobernador interino José E.
Benedicto autorizó el cambio de nombre de la estructura el 10 de febrero
de 1920.
A pesar de que las condiciones ambientales internas del edificio eran de
suma importancia para la preservación de los documentos, a esta
situación no se le prestó ninguna atención. Según revela la
correspondencia del director dirigida a las autoridades coloniales
norteamericanas el depósito -que se encontraba en el sótano- tenía la
instalación eléctrica defectuosa, las paredes estaban minadas de comején
y cuando llovía el agua penetraba y mojaba la documentación. No
obstante, el gobierno permaneció indiferente ante estos planteamientos.
(Maria Dolores Luque)
El 12 de noviembre de 1926 quedó destruido por incendio el Archivo
Histórico de Puerto Rico, quemándose las colecciones de la Gaceta de
Puerto Rico del 1830 al 1904, las Reales Ordenes del 1875 al 1898, los
libros de la Aduana e Intendencia, los papeles del proceso contra Luis
Muñoz Rivera del 1902, los de la erección de la estatua de Colón. Además
se quemaron doce mil legajos de otros documentos y cinco mil libros
catalogados. (Tesauro de Datos Históricos de Puerto Rico, 1990, Tomo I,
página 109)
En el lugar que uno vez ocuparon el Templo Masónico y el Archivo
Histórico de Puerto Rico se levantó el actual edificio multipisos para
albergar la Comisión Industrial de Puerto Rico. Al presente -2009- lo
ocupan las oficinas de la Administración para el Cuidado y Desarrollo
Integral de la Niñez, del Departamento de la familia.
En 1937 a petición del Dr. Adolfo de Hostos, como Director nombrado del
proyecto, quedó constituida La Oficina del Índice Histórico de Puerto
Rico, como un proyecto de la Puerto Rico Reconstruction Administration (P.R.R.A.) (Tesauro de Datos Históricos de Puerto Rico, 1990, Tomo I, prólogo
VIII). El 30 de abril de 1946 se promulgó la Ley Número 486, por virtud
de la cual las oficinas del Historiador Oficial, del Archivo Histórico y
del Índice Histórico de Puerto Rico se fusionaron como una sola entidad
gubernamental. A esa nueva entidad, conocida como el Departamento de
Historia de la Universidad de Puerto Rico, le fueron traspasadas las más
de 300,000 fichas, que contienen el desglose en 110,000 entradas, la
información histórica de Puerto Rico, contenida en más de 150 obras de
historia. Material que se utilizó para la preparación del "Tesauro de
Datos Históricos de Puerto Rico", proyecto que nació en la Oficina del
Índice Histórico de Puerto Rico, bajo la dirección de Adolfo de Hostos,
Historiador Oficial de Puerto Rico. (Tesauro de Datos Históricos de
Puerto Rico, 1990, Tomo I, prefacio V, prólogo VIII y página 110)
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