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Negociado del Tiempo | ||
El edificio que en
la actualidad se utiliza como museo por la Guardia Nacional de Puerto
Rico, albergó por un tiempo las instalaciones del U.S. Weather
Bureau. La tarja en la fachada frontal manifiesta que el
edificio actual fue construido en el 1930. El arquitecto, Albert B.
Nicholson y el constructor Adrián Ocasio; siendo para aquel entonces
el Dr. C. F. Malvin el director del Weather Bureau. Al llevar a cabo este gran propósito el negociado difundía a las estaciones de las Indias Occidentales dos tipos de
advertencias, y
la dificultad por parte del público de distinguir claramente el significado de estos mensajes
dió lugar a cierta confusión y alarma innecesaria. Los dos tipos de mensajes eran los " mensajes de advertencia " y " mensajes de alerta de
tormenta. " |
enviados regularmente a la estación
central en San Juan. Estos observadores voluntarios junto con otros corresponsales de agricultura hacían informes semanales con relación a la situación de los cultivos y los intereses agrícolas en general. Estos informes
proporcionaban el material para el boletín semanal de cultivos publicado en inglés y español por la oficina y eran distribuidos gratuitamente . En 1935, el sistema fue reorganizado y las oficinas locales se establecieron en Jacksonville, New Orleans, Boston y San Juan, Puerto Rico. Los vuelos de aviones y sistemas de comunicación más amplios proporcionaron mejores datos para la La Oficina Meteorológica, y las predicciones mejoraron. Para el 1940 pasó a ser una rama del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica.
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Los mensajes de advertencia, en la opinión del pronosticador no eran de condiciones peligrosas y estaban destinadas principalmente para el beneficio de los navegantes que planearan salir del
puerto. Debían ser
considerados por el público sólo como materia de información, y no han de entenderse en el sentido de que se aproximara una tormenta . Cuando se presentan condiciones de
inestabilidad, y no hay ninguna evidencia de
la formación de un huracán, estos mensajes tenían como propósito inspirar la vigilancia por parte de los observadores en particular, y al público en general. Estas condiciones inestables a menudo desaparecen sin convertirse en algo serio. Después de que los huracanes se formaban y se iniciaba su carrera devastadora, estos mensajes se envíaban para tranquilizar y brindar información en los lugares exentos de peligro. Ninguna otra señal visible era desplegada. Los mensajes de alerta de tormenta se emitían, a juicio del pronosticador, si un lugar sería probablemente visitado por condiciones peligrosas, y las señales de huracán - dos banderas rojas con el centros negros, colocados uno encima del otro - siempre se muestraban durante la recepción de uno de estos mensajes. Este mensaje era, por supuesto, para el público en general, y significaba que se consideraba conveniente prepararse para el mal tiempo. Para la distribución rápida y completa de estas advertencias en Puerto Rico, se contaba con la cooperación de la Oficina del Telégrafo Insular y la Policía Insular. La estación central de la isla estaba ubicada en San Juan, de la cual se diseminaban todos los mensajes. En caso de que la Isla estuviera amenazada por un huracán, los avisos eran enviados a todas las estaciones telegráficas y llevados por la policía a los lugares más remotos del interior. La señal de huracanes se muestraba en los siguientes lugares de la isla, a saber: San Juan, Fajardo, Humacao, Arroyo, Ponce, Guánica, Mayagüez, Aguadilla y Arecibo. Además de lo expuesto, la oficina mantenía un servicio "Climate and Crop " para la Isla de Puerto Rico, similar en sus objetivos y operaciones de la desarrollada en cada uno de los estados de la Unión. Este trabajo requiere el establecimiento y mantenimiento de un buen número de estaciones de voluntarios de observación a través de la isla. En el 1903 habían treinta y cinco (5) de estas estaciones bien distribuidas en la isla, cada una equipada con instrumentos normativos - un termómetro de temperatura máxima y mínima y un medidor de lluvia - y en las cuales las observaciones se hacen a diario y los informes |
Museo de la Guardia Nacional Según Maritza Segarra, encargada del museo
"Es una lástima que una parte tan importante de nuestra historia
militar esté pasando al olvido. No solamente es el olvido uno de los
enemigos más grandes de la historia, sino que este nos lleva también
a la mala interpretación de datos, a la confusión de hechos y a la
tergiversación de eventos" "La
tradición mas antigua y tan gloriosa que nos legaron nuestros
antepasados, que a través de los siglos, nos han dejado una triple
herencia: El Amor al Ejercicio de las Armas, el Orgullo que nos
hace crecer ante la adversidad en los momentos críticos y la
arrogancia y altivez que en un momento dado, nos hace echar por la
borda toda la lastre de timidez y prudencia que todo ser humano lleva
por dentro, para jugarnos la vida por Dios, por la Patria, y por Dama". "Si esta aportación a nuestra historiografía
militar logra contribuir en algo a difundir el conocimiento de
nuestros heróicos militares, nos sentiremos satisfechos de no haber
malgastado el tiempo que fue empleado para ser lo que hoy en día es
el del Museo de la Guardia Nacional Pda 3 1/2. No solamente en las
investigaciones que necesariamente preceden a todo trabajo de esta
índole, sino en estudiar, analizar y ordenar los materiales".
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