Fiesta de Cruz 2006
 


 Residencial San Antonio


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La tradicional celebración de las fiestas de cruz continúa viva en el Residencial San Antonio, en Puerta de Tierra. Desde el año 2000, Nilda I. Valentín,quien preside el consejo vecinal del residencial,  Marylin García y Carmen Hernández se han dado a la tarea de organizar y llevar a cabo este evento de religiosidad popular. Con mucho entusiasmo, en la cancha deportiva, residentes del lugar colaboran en diseñar y construir un altar tradicional. Es sencillo, sin pretenciones de teatralidad y sin embargo atractivo y hermoso. Junto a la cruz colocan una imagen de San Antonio, patrono de la vecindad. La presentación musical estuvo a cargo de Isabelo Rivera,  hijo,  y su conjunto Los Cantores de la Santa Cruz.

Aún perduran en el recuerdo las fiestas de cruz que celebraba en la parada 5 Suncha Clemente. Cantaban en esas fiestas Isabelo Rivera, Don Tomas, Pepito Maduro Y Teté Lozada. Se alternaban los cánticos en una exquisita combinación de primera y segundas voces: Isabelo y don Tomas,Teté y don Tomas, Teté y Pepito Maduro, Isabelo y Pepito Maduro. En el cierre todos alternaban los cánticos. Los músicos eran Lindín Bodega, Catano,hijo y padre, félix Morales, Teté y Carmen. Entre los presentes se entrevistan a Pastor Villa, Concha Clemente, Moncho Liberato, Matías y Bibi, padre e hijo.

En un solar baldío de la parada 7, donde hoy está ubicado un dispensario, el comerciante Miró organizaba fiestas de cruz que contaban con un escenario y representaciones en vivo de pasajes de la vida de Jesús. Estaban a cargo de la decoración el sr. Gallardo y Tinito.También en estas presentaciones cantaba Teté. Taté, hijo de Miró personificaba a Jesús.

Las fiestas de Cruz presentadas por Nelly Castillo se llevaban a cabo en otro solar baldío, frente a la Escuela Brumbaugh, donde otrora existiera el ranchón Beneficencia y ahora está ubicado el Kentucky Fried Chicken. También contaba con un escenario.

Las más grandiosa fiestas de cruz en Puerta de Tierra se escenificaron en los terrenos de la Playa la Ocho. Para entonces, el escenario que albergaba el altar podía ser catalogado como todo un teatro al aire libre por la magnitud de sus dimensiones. Multitudes se allegaban para presenciar el evento, que además era trasmitido por canales de televisión. La religiosidad quedaba en un segundo plano, opacada por la comercialización.

Hoy, los inquilinos del Residencial San Antonio vuelven a rescatar, sin bombos ni platillos, esta hermosa tradición.