Recientemente
informamos que las actividades de la Porto Rican American Tobacco
Company en Puerto Rico estaban en proceso de liquidación, con la
perspectiva de que la manufactura de cigarros de "La Colectiva" fuese
trasladada al Norte.
Funcionarios de dicha empresa tabacalera negaron que existiese el
propósito inmediato del traslado, alegando que el envió de máquinas a
Estados Unidos era para fines de reparación.
Nuevos hechos acaecidos últimamente confirman las informaciones de EL
MUNDO en todas sus partes y revelan la casi total paralización de las
plantas de fabricación de cicarros. Al efeclo. estamos en condiciones de
informar a nuestros lectores que en estos momentos más del noventa por
ciento de los empleados, obreros y obreras de "La Colectiva" están
cesantes, incluyendo jefes de departamentos de 20, 25 y 30 años de
servicios. El señor Manuel González, jefe del rezagado y clasificación
de capas, con un haber de 21 años de servicio fue suspendido
recientemente con todo el personal de su división integrado por unos 15
ó 20 subalternos. El señor Derizanz, jefe del ligado de tripas, con 28
años de servicios, también está fuera. Su departamento tenia unos 20
empleados. El señor Ángel Gorbea, jefe del departamento de fileteado y
empaque, con una hoja de servicios de 30 años, está cesante también. Su
división comprendía cuatro divisiones: escogida de cigarros, anillado y
envoltura con papel "cellophane", parchado, y escogida de "Little
Cigars". Antes de la suspensión de los jefes en todos estos
departamentos, se decretó la cesantía de los empleados subalternos.
De las 64 máquinas de fabricar cigarros que tenia "La Colectiva",
treinta fueron embarcadas al Norte en tres partidas. Las restantes,
según informes que nos merecen entero crédito, han sido levantadas,
movidas del edificio nuevo y almacenadas en el edificio viejo. La
fabricación de cigarrillos sigue y asimismo la fabricación de cigarros
finos para la venta en plaza. Estos cigarros los elaboran unos diez
tabaqueros expertos, a mano. Estas actividades se desarrollan en el
edificio viejo. El despalillado de tabaco cesó hace ya algún tiempo,
quedando sin empleo unas 400 mujeres. En la fabricación de cigarrillos
se emplean unas cinco mujeres y unos 10 hombres. En el departamento de
embarques que dirigia el señor Francisco Bigles ha quedado un solo
empleado subalterno para atender al mercado local. Los mecánicos del
taller de reparaciones de máquinas, después de haber sido suspendidos,
fueron llamados para realizar la labor de levantar las máquinas del
edificio nuevo y almacenarlas en el viejo, El personal de oficinas no ha
sido mermado todavía, pero se espera que lo sea dentro de breve tiempo.
También permanece el departamento de compra de lábaro en rama,
esperándose que continúe la actividad a pesar de la paralización de la
fabricación de cigarros. Según los informes que hemos podido obtener,
pasan de mil las personas que han quedado cesantes con motivo de esta
acción de "La Colectiva" No solamente los altos empleados que habían
renido servicios de 20, 25 y 30 años a la empresa, sino que tamabién
parte de las obreras lo eran por periodos más o menos iguales. Gran
parte de las trabajadoras llevaban en "La Colectiva" 10, 15 y 20 años. A
algunos de los altos empleados ha dado la compañía una o dos semanas de
sueldo al despedirlos. Otros, los menos, han recibido un mes de salario.
A todos ha ofrecido la empresa cartas de recomendación y dar buenas
referencias cuando le sean solicitadas.
La paralización de las actividades tabacaleras ha afectado profundamente
la barriada de Puerta de Tierra, donde tenian establecidos sus hogares
casi lodos los empleados y obreros.
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