Desde el arribo de nuestros atletas después de sus resonantes triunfos en las Olimpíadas Centroamericanas, se oye por todas partes la voz de: "Beneficios para Luyanda, pero
tales beneficios no aparecen por ninguna parte. Hace poco se organizó uno de estos beneficios en el parque "Sixto Escobar" para destinar el producto del mismo a la compra de
una casa para la madre de nuestro glorioso atleta, pero como la casa nunca llegó a comprarse por causas ajenan a nosotros, hoy tenemos a doña Polonia Fernández viviendo en
Cataño (de donde es natural Luyanda), después de unos cuantos años de ausencia, sosteniéndose con lo que le pasa semanalmente su hermana doña Rafaela Fernández
Torres.
Poco antes de embarcar para los Estados Unidos para cursar estudios allá, unas cuantas personas se le ofrecieron, unos le pagarían el pasaje y los otros los estudios y faltándole
una semana para empezar las clases, todavía Juan no tenia el pasaje para irse, y gracias a los esfuerzos de su
tío político Plácido Torres, hoy tenemos nuestro atleta estudiando una carrera ajena a la que él quería por falta
de recursos para proporcionársela.
En las cartas recibidas por su tía le dice que piensa abandonar los estudios para venir a trabajar y ayudar a su mamá, ya que él sabe que está en mala situación. Lo poco que le
manda su tío y lo poco que él se gana allá apenas le alcanzan para sufragar los gastos de los estudios, que son muchos.
Así es que no nos extrañe cuando veamos a Juan Luyanda en Puerto Rico otra vez sin haber terminado los estudios, a menos que una de aquellas personas pudientes
que le ofrecieron ayudarlo cumpla su palabra. Y todavía se oyen voces diciendo "Beneficios para Luyanda".
Rafael Martínez Guzman,
Cataño
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