|
por Clara Cuevas
El Fuerte San Jerónimo estuvo a punto de ser utilizado por la gerencia de una cadena de hoteles como una esecie de restaurante, y el Instituto de Cultura Puertorriqueña tuvo que intervenir, para impedir que esta edificación antiquísima se convirtiera en apéndice del hotel en sus inmediaciones”, explica Ricardo Alegría al describir la historia y destino de este fuerte. En el mismo, señala Alegría, se libraron encarnizadas batallas, tales como la que se libró contra los invasores ingleses, al mando de Sir Francis Drake, en 1595.
Actualmente el Fuerte San Jerónimo del Boquerón (este es su nombre completo) es un museo de historia natural y naval
“El Instituto de Cultura ha creado museos individuales, monográficos, que representen la historia de Puerto Rico”, añade Alegría, “el museo del San Jerónimo representa la historia militar de Puerto Rico, y el papel que desempeñó esta isla en la defensa del imperio español en América”.
Armas representativas de los cinco ataques qué sufrió Puerto Rico están nítidamente colocadas en hermosas vitrinas, con su debida rotulación, en otra vitrina se alude a los ataques de los indios caribeños; la colección de ingeniosas armas, arcos y flechas, y armas españolas del siglo XVI, dan indicio de estas refriegas.
El ataque de Cumberland en 1598 también está plasmado en este museo, al igual que el ataque holandés en 1625 — época en que los holandeses sitiaron a San Juan y la quemaron.
Contiene además este museo evidencia histórico-cultural sobre la Guerra Hispanoamericana, uniformes que usaban los voluntarios, armas de fuego.
La capilla reconstruida da una idea del espíritu religioso de los españoles. Existe también una cocina militar, la réplica del despacho del capitán al mando del fortín en aquellos tiempos, ejemplos de cartografía antigua dispersos en distintas galerías y modelos de embarcaciones del Siglo XVI y del Siglo XIX.
|
Exposición sobre el ataque
inglés de 1997. Armas y otros objetos de época.
|
Este fue uno de los primeros museos que reconstruí, comenta Alegría, "el mismo se abrió al publico en 1958, el programa de restauración de museos del ICPR fue creado para que el puertorriqueño tenga una clara perspectiva histórico cultural de su origen y tradición”.
Para lograr la armonía cronológica y estética de un museo, que al terminarse se admira, sin que nadie adivine el arduo trabajo que lo antecede, don Ricardo Alegría hace ivestigaciones históricas intensivas, compila material histórico, escribe luego guias, rótulos, indicaciones y explicaciones, en muchas ocasiones los descubrimientos antropológicos aceleran esta infinita labor.
Conjuntamente con su esposa, Mela Pons de Alegría, (quien trabaja ad honorem con Ricardo) se reconstruyen escenarios, se coloca el mobiliario de épocas armónicamente, se distribuye y se ubica el material encontrado; que estuvo disperso en otros museos, o en tiendas de antigüedades, etcétera...
Hay 14 museos del ICPR en total, que con gran fidelidad histórica y meticulosidad el ICPR ha logrado poner a la disposición de escolares, estudiantes y visitantes.
|
