diciembre 8, 2020
eladoquintimes.com
Por: Carmen Alicia Morales
TEl 4 de marzo de 1516, un documento de la Real
Hacienda de Puerto Rico relata que llegó, al puerto cerca de
Caparra, un cargamento que traía, entre otros productos, “…155
azadas … 300 azadones (sirve para romper tierras duras y cortar
raíces delgadas) de pico… 20 barras grandes…100 barras
pequeñas…100 almocafres (sirve para escardar y limpiar la tierra
de malas hierbas) de hierro”. Estos instrumentos venían
envueltos en una estera de esparto. Parecería, al leer sobre
esta gran cantidad de azadas y azadones, que los colonos se
disponían a expandir su hato para la alimentación de la villa o
iban a ser usados para invertir en las minas de oro.
Sin embargo, existe un documento revelador sobre el para qué del
uso del cargamento de herramientas, se encuentra relacionado con
la mudanza de los colonos al islote de San Juan. Es una carta
mandada, 18 meses después de la aparición de estas herramientas,
por el licenciado Rodrigo de Figueroa al rey Carlos I de
Castilla el 12 de septiembre de 1517. Figueroa había sido
escogido por el rey para el delicado trabajo de examinar la
isleta, preparar un estimado de las disposiciones y gastos
necesarios para ponerla en condiciones para habitarla, y
comunicarle el adelanto de los preparativos. La carta confirma
al rey Fernando el Católico, que el secretario Lope de
Conchillos (dueño de las minas de oro) había entregado los
indios que se la había pedido por medio de la intercesión y
ayuda de los padres jerónimos para la construcción del camino
entre Caparra y el islote. Lope de Conchillos era un aragonés
miembro del Consejo de Castilla, que ejercía su labor como
secretario real de Fernando el Católico, guardián de la reina
Juana I de Castilla y gobernador absoluto del Consejo de Indias
(1509-1515). El camino estaba ya casi terminado en 18 meses y
probablemente lo que faltaba era el trecho al cruzar desde el
puente al asentamiento fundacional (en la Puerta de San Juan). Y
le convenía a Conchillos que existiera un camino amplio, cómodo,
de buen paso entre la ciudad y las minas de oro por ser él dueño
y desear tal comodidad para acarrear oro desde las mismas al
nuevo puerto que se establecería en San Juan. Y es con este
apoyo que se obtiene la mano de obra para construir el empedrado
entre la villa de Caparra y San Juan del 1516 al 1517.
¿Quién estuvo a cargo del diseño del camino? Durante las vistas
públicas se destacan tres vecinos que conocían la isleta muy
bien y el lugar apropiado para establecer un pozo de agua y este
es el requisito que determinaría la decisión del establecimiento
del asentamiento y el puerto de la ciudad. Los colonos Miguel de
Aguilar (cantero), Diego Ramos, y Juan Martínez Pena habían
explorado la isleta hacia año y medio y a la altura del área
dónde se planificaba el asentamiento habían probado agua de un
pozo y se hallaba buena. Diego Ramos, por otro lado, había
visitado la isleta de continuo durante ocho años y
aseguraba que en el mismo lugar había una fuente de agua fresca
y que además “… de otros manantiales hay en ella”. Juan Martínez
Pena llevaba cinco años explorando la isleta y confirmaba lo
mismo sobre la fuente de agua de la cual marinos toman y se
proveen para su viaje. Y con este conocimiento en mente se
establece que el camino se construirá desde Caparra hasta llegar
a esta localización fundacional de un puerto y un pozo (hoy día
la Puerta de San Juan).
Sin embargo, el único colono con el oficio de “cantero” que
aparece en los documentos de la real hacienda entre 1508 y 1528
es Miguel de Aguilar. La labor de Aguilar era la de localizar
cantera, extraer las piedras de la cantera, labrar las piedras y
acomodarlas en el camino. Se proyecta entonces un camino, una
calzada y un puente en dónde puedan transitar caballos y
acarrear materiales en carretas entre Caparra y el asentamiento
de la nueva villa y un puerto. Sin embargo, la labor de Aguilar
se extiende al diseño y la implementación de la construcción de
la estructura del puente. El puente pasa a llamarse el Puente de
Aguilar, debido a su destacada labor en esta empresa, dentro del
panorama de la infraestructura original de la ciudad de San
Juan. Corrobora el nombre y su existencia durante un largo
periodo de tiempo el mapa holandés de 1644 en el que aparece el
Puente de Aguilar construido en 1517. Podemos concluir, con esta
incursión documental que el primer trecho de la Carretera Número
2 que existe hoy día entre Caparra y San Juan, fue originalmente
parte de la calzada de los colonos que construyen, dirigidos por
Miguel de Aguilar en 1517.
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