El superintendente del Capiolio, César
Hérnandez Alfonzo muestra el espacio entre la cúpula y
el domo. (Ramón "Toñito" Zayas) |
El tiempo le “pasa factura” al Capitolio
La Casa de las Leyes está en un estado de deterioro avanzado y
estiman necesarios unos $20 millones para las reparaciones.
Primera Hora
Por Nydia Bauzá
6 de junio de 2021
Los turistas, que muy pronto volverán a admirar el valor
arquitectónico del Capitolio, así como muchos empleados,
políticos y visitantes que a diario circulan por los pasillos de
mármol de la obra neoclásica, están ajenos al grave deterioro en
que se encuentra la imponente estructura que dentro de ocho años
cumplirá un siglo.
La cúpula, cupulina y el domo interior de la histórica
edificación son los más afectados, según constató Primera Hora
en un recorrido por la parte más alta a la que solo se puede
acceder con equipo de protección. En lo alto, desde donde se
divisan los puntos cardinales de la Isleta de San Juan, se
pueden apreciar en el piso trozos de mármol y de concreto
desprendidos de la parte externa de la cúpula, varillas
expuestas en columnas y los hierros enmohecidos de los aires
acondicionados.
En la parte superior del domo interior se han tenido que colocar
lonas impermeables para que la humedad no afecte los frisos,
mosaicos y pinturas que recogen la historia de Puerto Rico y el
acrílico, en la parte superior de fondo, que tiene recreado el
escudo con el cordero, otorgado a la Isla por la Corona Española
en 1508, requiere ser reconstruido.
“Los estragos del huracán María agravaron las condiciones del
edificio. El impacto del sandblasting (chorro de arena) con el
agua de mar y los vientos fue devastador”, describió el
superintendente del distrito capitolino, César Hernández
Alfonzo, al mostrar las condiciones de cuidado en que se
encuentra la estructura principal del Capitolio. Se entiende que
el terremoto de 6.4 grados del 7 de enero de 2020 no ocasionó
daños al monumento.
Hernández Alfonzo le hizo un llamado a la Junta de Supervisión
Fiscal (JSF) a que asigne una partida especial de emergencia
para atender el deterioro de la obra, que se comenzó a construir
en 1925 y fue inaugurada el 11 de febrero de 1929. El
exlegislador dijo que estudios de la Superintendencia estiman
las obras de restauración en la cúpula, domo y las áreas
exteriores del edificio principal, entre $16 a $20 millones.
“Estamos emplazando a la Junta a que asigne los recursos sin
trastocar el presupuesto operacional de la Asamblea Legislativa,
que haga una partida especial para atender esos asuntos que son
de urgencia”, sostuvo.
Hasta el momento ninguno de los fragmentos que se han
desprendido han causado daños a personas. “El 28 de diciembre
pasado cayó el último pedazo de mármol en la escalinata sur del
Capitolio. Gracias a Dios que no había nadie. Lo que queremos es
contrarrestar eso con un plan de mitigación”, subrayó el
Superintendente.
“Ambos, el domo interior y la cúpula exterior, se encuentran en
un estado avanzado de deterioro, pedazos de la cúpula exterior
del edificio han comenzado a caer sobre el domo donde está
ubicada el área principal de la entrada al Capitolio. Se ha
tenido que poner un plástico protector en esa zona porque cada
vez que llueve la humedad está afectando ya directamente el domo
del Capitolio”, explicó desde uno de los laterales interiores de
la cúpula, a donde tuvimos que acceder con un casco por los
desprendimientos. “Estamos literalmente encima de la cúpula,
abajo está la cápsula donde está guardada la Constitución de
Puerto Rico. Los visitantes cuando llegan miran hacia arriba.
Justo encima ahora estamos nosotros”, detalló.
“El problema grave que tenemos es que estas son pequeñas partes
que se han desprendido, cuando empiecen a caer partes más
grandes de la cúpula van a afectar al domo que no está diseñado
para recibir impactos fuertes de cualquier tipo de piedra porque
es una revestidura interior”, especificó Hernández Alfonzo.
Dijo que aunque se han hecho mejoras pequeñas en columnas, al
menos en dos han encontrado que “continúan explotando la
varilla”.
Expresó que la reparación de ambas áreas, tanto de la cúpula
exterior como el domo debe ser completa. “Este es un edificio
histórico protegido y declarado patrimonio de Las Américas por
la UNESCO. Este el segundo edificio más visitado por los
turistas cuando vienen al País. Es patrimonio de todos los
puertorriqueños. La historia de todos los puertorriqueños está
aquí en este edificio”, recordó.
Dijo que la reparación podría tomar unos cuatro a cinco años y
en los trabajos tendrían que utilizarse andamios, aditamentos
especiales y hasta revestir por fuera el monumento. Esto sin
contar con los curadores y especialistas que tendrían que ser
reclutados para la conservación de las obras de arte que adornan
la llamada Rotonda. Sostuvo que la Superintendencia ya ha hecho
acercamientos con la Oficina de Preservación Histórica.
“La construcción del edificio fue realizada por personal
especializado, se utilizó mármol que vino de distintas partes
del mundo. En especial en el área del domo cuando uno entra y
mira hacia arriba se representa la historia del pueblo de Puerto
Rico. Cuando entramos nosotros no vemos el deterioro, pero
cuando subimos a esta zona y vemos las condiciones en que está
nos damos cuenta de que hay una urgencia para repararlo y evitar
que los efectos que tuvieron tanto el huracán María e Irma,
adicional al deterioro natural del edificio, causen que la
reparación al final del camino, sea aún más costosa”, indicó.
Dijo que el trabajo de restauración sería similar al que se hizo
en el Congreso de Estados Unidos cuando se mandó a “reparar y
encapsular la cúpula” del Capitolio federal.
Sobre el costo de las obras de restauración dijo que los
presidentes de las cámaras legislativas han establecido un
proceso de diálogo con la JSF y “sí, hay un conocimiento
general, de que se necesita remodelar y atender esta parte del
domo” del Capitolio.
“Nuestro llamado a la Junta es a que se asignen los recursos
adicionales porque nosotros tenemos que continuar con el
mantenimiento y reparación de sobre 14 edificios que conforman
el distrito capitolino, casi todos ubicados en edificios
históricos que necesitan atenderse, pero esto debe considerarse
como un proyecto especial, fuera del presupuesto de la Asamblea
Legislativa”, sostuvo.
“Nosotros lo plasmamos todo por escrito. La Junta tiene nuestras
cartas sobre el tipo de mejoras que hay que hacer aquí, tiene un
‘time table’ de qué tipo de mejoras se harían por cada año. Hay
algo ya programado para atender esta acción de emergencia”,
detalló Hernández Alfonzo.
“Si no atendemos esta crisis que tenemos aquí no vamos a poder
tener el área porque falta muy poco para que toda esa humedad y
todo ese deterioro baje al área que todos vemos en el interior
del edificio. Tenemos que atender esto con urgencia, no tan
solo, el área del domo y cúpula, sino también las áreas
exteriores del edificio. Las cornisas que se están cayendo, las
áreas de mármol revestido están colapsando también”, dijo para
acentuar que también se trata de un asunto de seguridad.
“Tenemos que tener en cuenta la seguridad de las personas que
caminan alrededor del edificio. Hemos tenido eventos de
desprendimientos de mármol en muchas áreas exteriores del
Capitolio y estamos muy preocupados por el efecto que podría
tener en los empleados, turistas y visitantes”, alertó.
Ahora mismo, relató, en el hemiciclo del Senado se tuvo que
acordonar un área en uno de los laterales. “Eso fue un daño que
ocasionó el huracán María, esa área que reviste al hemiciclo
colapsó, se levantó y nunca fue reparada como correspondía, está
ocasionando un problema grave de filtración”, explicó.
En 2015, en medio de un debate legislativo, se desprendió una
fachada del techo del hemiciclo senatorial y durante las obras
de reparación las bancas de los senadores se tuvieron que mover
por un tiempo al Salón Leopoldo Figueroa.
También dijo que está en avanzado deterioro el edificio de
Medicina Tropical, otra construcción histórica que alberga
varias oficinas de senadores y representantes, así como la
Superintendencia del Capitolio, el Cuartel de la Policía del
Capitolio y las oficinas de la Comisaría Residente. El edificio
de tres niveles, se fundó en 1926, con el auspicio de la
Universidad de Columbia y su arquitectura se destaca por su
estilo Plateresco, que resalta el arte de la orfebrería.
“Estamos hablando de un costo de miles de miles de dólares,
adicionales a los $20 millones del Capitolio y sin hablar de las
mejoras que hay que hacerle al edificio Luis A. Ferré. Todos los
que trabajamos aquí sabemos que ese edificio está enfermo, que
hay que mejorarlo y trabajarlo de inmediato, pero nadie le ha
puesto el cascabel al gato”, sostuvo.
Hernández Alfonzo colocó al Luis A. Ferré en segunda prioridad,
después del edificio principal. La construcción de cuatro
niveles también provee oficinas a algunos legisladores, salones
de reuniones y vistas públicas, así como estacionamientos.
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