Noticias - Artículos

Inicio - Home

 

Anita Lallande exhibe algunas de las 10 medallas de oro conquistadas en los Décimos Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Puerto Rico.

La leyenda de Anita Lallande

sábado, 10 de abril de 2010
Por Elliott Castro Tirado/Claridad

Resulta inevitable recordar el nombre de Anita Lallande cada vez que se acerca una edición más de cualquier competencia multideportiva internacional, más aún cuando se trata de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Es que con todo el respeto que se merecen nuestras atletas pioneras, como Rebekah Colberg, Anita fue nuestra primera verdadera Reina Deportiva, idolatrada por todo nuestro pueblo.

El escenario para su ascensión al trono fue la piscina del Escambrón, ubicada al lado del legendario Parque Sixto Escobar en Puerta de Tierra. El año fue 1966. El evento fue la Décima Edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se celebraron exitosamente en San Juan.

MUJERES EN LOS CENTROAMERICANOS
Las primeras dos ediciones de los Juegos Centroamericanos se celebraron con la participación exclusiva de atletas varones de la región. El nacimiento se produjo en 1926 en Ciudad de México y la segunda cita fue en La Habana en 1930, la que marcó el debut de Puerto Rico en el deporte internacional.

La primera participación de mujeres en estos juegos regionales se produjo en los Terceros Juegos que cobraron vida en 1935 en El Salvador, aunque sólo compitieron oficialmente en natación y baloncesto, mientras que el volibol fue de exhibición.

Los Cuartos Juegos, que fueron en Panamá en 1938, tuvieron la peculiaridad de añadir un “Concurso de Bellas Artes”, que incluyó pruebas de artes, ciencias, música, literatura y hasta un concurso de belleza entre féminas.

La insistencia de un grupo selecto de ciudadanos puertorriqueños, encabezados por la atleta Rebekah Colberg, logró que la Legislatura asignara la base del dinero necesario para enviar un equipo de volibol femenino a los Juegos de Panamá. El resto lo recaudaron entre ciudadanos solidarios. Su viaje fue aparte y posterior al de los varones.

Una vez en Panamá, algunas de ellas también participaron en eventos de pista y campo. De hecho, el debut de la mujer puertorriqueña en el deporte internacional fue coronado por una medalla de oro de Rebekah Colberg en el lanzamiento del disco. Ella también ganó oro en el envío de la jabalina y plata en el colectivo de volibol, deporte en el que Esther Carballeira fue nuestra máxima anotadora.

Toda la actividad deportiva internacional fue interrumpida por el salvajismo de la Segunda Guerra Mundial, por lo que no hubo Juegos Centroamericanos en 1942.

Las Justas regionales se reanudaron en 1946 en la ciudad colombiana de Barranquilla. Allí nuestras féminas capturaron oro en sofbol y plata en volibol, mientras no lograron subir al podio en atletismo, tenis y baloncesto. Llama la atención que Rebekah Colberg, que ya era considerada una veterana, participó en esos cinco deportes, lo que aumentó su botín Centroamericano a tres medallas de oro y dos de plata.

“CASTIGO” A TODAS LAS MUJERES BORICUAS
Nadie ha explicado para récord la ausencia de mujeres de la delegación que nos representó en los Juegos de 1950 en Guatemala y sólo una en los de 1954 en Ciudad de México. Ella fue Mabel Aguayo, quien no pudo obtener medallas en los dos eventos de atletismo en los que participó, jabalina y disco.

En los Juegos de 1959 en Caracas, nuestra participación femenina fue limitada a dos tenistas y seis en natación, en lo que marcó nuestro debut en ese sexo. La tenista Cindy Colbert logró dos preseas de plata, pues fue segunda en dobles para damas junto a Grace Valdés y también en pareja mixta con Carlos Pasarell.

Competidoras de la época han afirmado que la exclusión de nuestras mujeres de delegaciones internacionales, a pesar de los logros obtenidos anteriormente, se debió a que alegadamente en el año 46 en Barranquilla, sorprendieron a dos de nuestras atletas sosteniendo relaciones homosexuales. Supuestamente, la decisión de sancionar a todas las mujeres puertorriqueñas al excluirlas de competencias internacionales fue tomada por el propio Julio Enrique Monagas, quien era una especie de Zar del Deporte Puertorriqueño, incluyendo Administrador de Parques y Recreo, predecesor del Departamento de Recreación y Deportes, DRD. El problema es que todas las que brindaron la información insistieron en que sus nombres se mantuvieran en el anonimato.

ANITA DEBUTó EN EL 62 CON CINCO MEDALLAS
Anita Lallande fue una de las veinte mujeres atletas y dos chaperonas, que formaron parte de la delegación que nos representó en los Juegos del 62 en Kingston, capital de Jamaica. Dos medallas de plata y otras tres de bronce fue el balance de su primera participación, lo que sirvió como aperitivo para su espectacular hazaña cuatro años más tarde.

En total, en el 62 nuestras féminas aportaron tres medallas de oro, seis de plata y otras dos de bronce. La natación nos dio esos dos terceros lugares, así como dos primeros puestos y otros cuatro en segunda posición. Las doradas fueron producto del esfuerzo de las niñas Julia Milotz (también tres de plata) y Vivian Carrión (por descalificación).

Por su parte, Cindy Colbert logró oro y plata en dobles de tenis. Junto a Juan Ríos obtuvo la primera presea dorada para el país en el tenis internacional y la de plata en dobles para féminas junto a Josefina Cabrera, quien había participado en los Juegos del 46. Marta Torrós obtuvo bronce en sencillos.

Finalmente, el equipo femenino de volibol regresó con plata, encabezado por Delfina “Finín” Medina, quien fue incluida en el Equipo Todos Estrellas del torneo. Otra de sus componentes fue Carmen Rosa Sabater, única sobreviviente del terrible accidente de aviación que poco antes de los Juegos de 1970, causó la muerte a las restantes volibolistas nacionales boricuas.