A conservar el encanto marino

sábado, 2 Abril 2011
Por Melvin J. Hernández Nieves / El Nuevo Día
 

Buscan eliminar al pez basura de las costas


 



El instructor de buceo, Rafael Ocasio, fue uno de los participantes de la limpieza del fondo marino que se celebró ayer en la playa de El Escambrón. (Especial/ Dennis M. Rivera Pichardo)

Para un ambiente limpio, saludable y en perfecta armonía con el ser humano, hay que liderar esfuerzos de conservación desde la cima de la montaña y el corazón de la ciudad, hasta lo largo de la costa y la profundidad de los océanos.

En celebración del inicio del mes del Planeta Tierra, varias organizaciones se dieron cita ayer a la “Conferencia Bajo Agua” para sumergirse al fondo del mar y despertar conciencia sobre la basura que afecta la vida marina.

Por tercer año, esta campaña educativa busca eliminar de las costas puertorriqueñas al “pez basura” y educar sobre el impacto de los desperdicios sólidos en el ambiente submarino.

Para documentar la plaga de este dañino pez, este diario realizó un recorrido por la ciudad de Atlantis, como fue denominado un parque submarino ubicado en la playa de El Escambrón en San Juan.

En esta “ciudad” se pueden apreciar columnas griegas, asientos decorativos, corales, flora y fauna, y una rica y atractiva ambientación marina. Sin embargo, también habían latas y otros desperdicios que perjudican el ecosistema.

“El recorrido submarino fue espectacular y muy triste a la vez. Vimos contrastes que chocan, como la increíble biodiversidad marina colorida y tropical, al igual que la abundante cantidad de basura que descansa en el fondo”, expresó Irma Ruiz, miembro de la junta de Scuba Dogs Society (SDS).

La basura no tan solo afecta a las miles de aves, mamíferos marinos, tortugas, peces y crustáceos que mueren cada año al ingerir o atraparse en la basura marina, sino que también afecta a las personas y desmejora las costas.

Además, las personas que contaminan el agua tirando botellas de vidrio, podrían producir cortaduras a otros visitantes. De igual forma, las latas oxidadas podrían ocasionar hasta tétano en el peor de los casos, explicó Alberto Martí, de Scuba Dogs.

Martí añadió que los peces pequeños pueden ingerir algunos de estos desperdicios y terminar en la boca de otro pez o en la de alguna persona.