Jubiloso espíritu dorado en festival con toque playero


sábado, 11 de junio de 2005

Por: Cynthia López Cabán 
 


Al escuchar los primeros acordes de la canción ranchera “El Rey”, Aurea López Rodríguez aplaudió entusiasmada y se ubicó junto al “coro de mujeres doradas” que acompañó al trío Los Camperos.“Yo sé bien que estoy afuera, pero el día en que yo me muera, sé que tendras que llorar, llorar y llorar, llorar y llorar”, cantó a todo pulmón la septuagenaria, mientras su “compañero” Luis Arroba la siguió con la mirada.Cuando terminó de cantar, se volteó y dijo con un aire de coquetería: “Papi, pónme crema protectora que me quemo”; petición que el parejo, de 74 años, atendió con premura.Así como estos dos enamorados de Bayamón, cientos de envejecientes abarrotaron ayer la playa de El Escambrón, en Puerta de Tierra, durante la celebración del Segundo Festival Playero de la Edad Dorada, evento organizado por la Fundación Educativa Bernardo Guerra Isales.


“¡Esto está formidable!”, exclamó Arroba al ser abordado por El Nuevo Día.Al otro extremo de la tarima, José Cordero, de 86 años, y María Elena Robles, de 60 años, sudan la gota gorda bailando “La Bikina”.A lo largo de los dos días que duró el festival, las personas que llegaron al lugar participaron en torneos de dominó, bingo, así como competencias de baile y hula hoop. 
Además cantaron, se solearon e hicieron nuevos amigos.

“Actividades como ésta son importantes porque hay muchos viejos que se deprimen porque les hace falta el contacto con la gente”, comentó Lucy Torres, de 68 años, quien arribó a la playa con un grupo de amigas.A pocos pasos del puesto de pinchos de pollo y bajo un árbol de almendra para protegerse del sol, Providencia Colón echó unos pasitos de baile.

“Esta música me recuerda mis años de juventud”, indicó la mujer. “Siempre me gustó el baile”, agregó.Sus otras amigas Belén León, de 85 años, y María Leonides Freds, de 86 años, bromearon, mientras esperaban por la guagua que las devolvería a Carolina.

“Vamos a volver el año que viene, si Dios lo permite”, señaló León, antes de despedirse.El coordinador del evento, el sicólogo clínico Héctor Guerra, explicó que cerca de 6,000 envejecientes asistieron al festival, que busca proveer un espacio de esparcimiento para este sector de la población que, según datos del Censo, crecerá significativamente en los próximos años.
Población en crecimiento.

La población de edad avanzada en Puerto Rico alcanzaba 600,000 personas en el 2004. Se calcula que esta cifra llegará a 674,481 (17.2% de la población) en el 2010.
Guerra indicó que durante el festival se ofrecieron clínicas de colesterol, diabetes y glucosa, entre otras.

La entrada al festival y las clínicas fueron gratis. Los asistentes sólo tuvieron que pagar por la comida que consumieron.
Para recibir más información sobre el festival o los servicios que provee la Fundación Educativa Bernardo Guerra Isales se puede llamar al (787)757-5924.