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El Nuevo Día y Puerta de Tierra
 

Por Bibiana Hernández
30 de junio de 2020 



Condominio Torre de la Reina

El domingo 24 de mayo de 2020 el periódico El Nuevo Día publicó un artículo llamado "Porque hay una historia que contar", escrito por Luis Alberto Ferré Rangel, conmemorando el cincuentenario de la fundación de dicho rotativo. En él son descritos los comienzos del periódico. El diario El Día fue fundado en Ponce, y después de sesenta años Antonio Ferré decidió mudarlo a la capital, cambiando su nombre por El Nuevo Día. El artículo indica de manera muy emotiva la historia y el alcance de la fundación del periódico para el autor y para todo Puerto Rico. Pero también ese comienzo llega mucho más allá, teniendo una mayor profundidad y una importancia especial para el barrio de Puerta de Tierra.

Nuestro barrio es mencionado como sede del edificio en el que tuvo principio el nuevo diario. Y es muy cierto. La redacción de El Nuevo Día estaba ubicada en el Condominio Torre de la Reina, frente al parque Luis Muñoz Rivera. Y a una cuadra de éste se encontraba la imprenta que le daba vida al periódico, bajando por la calle San Juan Bautista (actualmente calle Raphy Leavitt). Estos recuerdos imborrables son parte ya de la historia de Puerta de Tierra.

El artículo explica la misión sostenida por El Nuevo Día durante cinco décadas en pro de la verdad y la justicia. Y así mismo Puerta de Tierra se identifica como comunidad en su lucha por preservar su historia y cultura a pesar del abandono que ha sufrido.

Gracias a su nueva ubicación, El Nuevo Día fue fuente de empleos, ya que muchos de los obreros en las áreas de impresoras, intercalado de volantes comerciales y embalaje, eran del barrio. También implicó una gran ventaja, y es que en tiempos cuando no existían ni la internet ni los celulares, todos en Puerta de Tierra nos enterábamos de las noticias primero, gracias a nuestros periodiqueros, Andrés Camacho, Carmen Cabán y Samuel Nieves.  A través de varias generaciones, ellos buscaron de madrugada las pacas de ejemplares que les llevaban los porteadores en sus camionetas, para de inmediato repartir, colocadas sobre sus cabezas, las primeras tiradas de El Nuevo Día acabado de imprimir.

El periodista Chú García, quien fue colaborador del periódico por muchos años y también lo dirigió a finales de los 80 y principios de los 90, nos indica: “El diario El Día fue fundado en Ponce y su distribución era regional. Después de sesenta años, Antonio Luis Ferré Ramírez de Arellano decidió mudarlo a Puerta de Tierra, cambiando su nombre a El Nuevo Día. Su intención era expandir su distribución a toda la isla. Fuimos los primeros que usamos la plataforma tipo tabloide, la cual hacía que el periódico fuera más compacto y manejable. También le añadimos secciones, lo que brindó variedad a lectores de todas las edades y gustos. Imprimíamos con mucho colorido, los encabezados tenían diseños innovadores, y si un reportaje tenía continuación en otra página, la ubicábamos muy cercana y fácil de encontrar. Por eso el periódico se convirtió en el primer medio informativo de prensa en Puerto Rico. Mudarse a Puerta de Tierra fue un acierto para El Nuevo Día. Y dicho sea de paso, en mi juventud viví un año y medio en el barrio, pero me bastó ese breve tiempo para amarlo y tener muy buenos recuerdos que guardo con mucho cariño. Puerta de Tierra era una ciudad dentro de un barrio. Había de todo y se realizaban celebraciones y deportes en cantidad. La gente era familia. Recuerdo los restaurantes, las tiendas, el constante laborar en los muelles. Y un sándwich inmenso y bien lleno, solamente costaba veinte centavos.”
 

Porque antes, como ahora, nosotros también teníamos, y tenemos, una historia que contar.