Feliz rumbo a Guatemala


Por Yomaris Rodríguez, EL VOCERO 
20 de noviembre de 2009 

Las semanas de angustia concluyeron para José Vega, intérprete del payaso Remi, pues ayer consiguió que las autoridades de aduana guatemaltecas liberarán el vagón con alimentos, ropa, juguetes y materiales educativos que envió desde Puerto Rico para ayudar inicialmente a 20,000 niños en extrema pobreza en la ciudad Retalhuleu, en Guatemala.

El artista viajará mañana al mencionado país con la misión de llevar alegría, bolsas de comida y ropa. El domingo comenzará a recorrer catorce comunidades de Retalhuleu y el jueves, Día de Acción de Gracias, realizará una cena para 500 niños y sus familiares, quienes se ganan la vida picando piedras.

“Todo se solucionó a través de una fundación en Guatemala. Ahora estoy haciendo trámites porque conseguí más comida, ropa y zapatos allá, a través de la fundación ‘Esperanza de vida’ para ayudar a 30,000 personas en lugar de 20,000. Estoy feliz, pero no duermo hasta que no llegue y vea todo”, expresó Vega.

Hasta el miércoles, las autoridades insistían debían pagarse $7,000 de impuesto por el vagón, porque alegaban no tenían en su lista de entidades benéficas exentas de contribución a la que lo recibiría allá y sí lo está. Ya se habían pagado $1,600 por los 20 días que llevaba el vagón varado.

Todo el esfuerzo es gracias al pueblo puertorriqueño que donó medicinas, libros, alimentos, materiales educativos y dinero, así como quienes contribuyeron a recaudar $18,000 en el telemaratón realizado por Remi. El efectivo se empleará en comida, juguetes y en la compra de una estufa y cunas para la casa que Remi fundará como escuela y cuido. También contribuirá con una escuela que está en malas condiciones.

Lo acompañarán 31 voluntarios, entre ellos los Reyes Cantores Isabelinos, el mago Shabum, Axel Serrant “El Trotamundos”, Las muñequitas y el escudero, el Taller Pinta y Sueña y una terapista física. Además de 30 voluntarios guatemaltecos, un médico y el diputado Oscar Quintanilla, quien contactó a Remi.

“La cena es para los niños picapiedras porque muchos nunca se han comido un plato de comida solos, pues tienen que compartirlo entre seis u ocho familiares. Quiero contarles que fui muy pobre y hablarles de la riqueza espiritual porque podemos ser pobres económicamente pero no espiritualmente. Ese plato no se los puedo presentar todos los días, pero quiero les sirva de base para pensar, soñar y canalizar que las cosas se pueden hacer de otra manera”, puntualizó