Antigua Piscina Olímpica del Escambrón |
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En mayo de 1967, el ICP comisionó a Myrna Báez, Lorenzo Homar y José Antonio Torres Martinó, unos murales de fachada, en lozas de cerámica, para la Piscina Olímpica del Escambrón en construcción para los inminentes juegos Panamericanos. Se trataba de doce paños de 11.5 pies de alto por 24 de largo cada uno. Se emplearon 1080 lozas por paño y cinco colores: turquesa, siena, blanco, negro y gris. "Homar llevaba varios meses en Inglaterra cuando me enteré por terceros que las lozas de esos dos murales se estaban desprendiendo por el calor excesivo de nuestro sol" cuenta Martinó. "Recabamos la ayuda técnica de Jesse Cohn, el ceramista que había quemado las lozas, La Económica de Roberto Homar, hermano de Lorenzo, y la artesanal del maestro albañil, don Nicolás Figueroa. Por consejo de Cohn despegamos las lozas que no se habían desprendido, aplicándole precisamente lo que las despegaba, el calor, con una antorcha de plomero. Rehice las que se habían roto [las que rehice de Homar las rechazó casi todas cuando regresó] y se instalaron los murales como si nada hubiera pasado." Estas piezas de arte, que desafortunadamente hoy ya no existen, ya que fueron demolidas, ponían de manifiesto la relación entre las dos disciplinas. Todas giraban en torno al tema de los deportes acuáticos. Myrna Báez se inspiró en el polo acuático, Homar en el clavado y Torres Martino se centró en el nadador y las clases de natación. Según Martinó, en 1977 el Departamento de Recreo y Deportes, dirigido a la sazón. por un tal Celso Barbosa, quiso rediseñar la Piscina Olímpica, bajo la dirección arquitectónica de un arquitecto llamado Héctor Bonilla Norat, hermano del pintor Félix Bonilla Norat. De acuerdo con el nuevo diseño, los murales tenían que ser destruidos, pues no había forma de transferirlos a otro sitio. El viento siempre fue un dolor de cabeza para el desempeño de los atletas. Por eso la construcción de un muro de contención que aplacara las fuertes ráfagas de vientos que provenían del mar. Pero, lo cierto es que en ninguna otra alberca en la Isla se vivieron momentos tan emocionantes para el deporte de la natación como en ese complejo de piscinas. Durante 14 días de acción deportiva se establecieron importantes records
en la historia de los X Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados
en San Juan en el 1966. La reina de los Juegos lo fue la puertorriqueña Anita Lallande que ganó 10 medallas de oro y dos de bronce para un total
de 12, marca absoluta en total de medallas, aunque la sirena Silvia Poll
de Costa Rica logró ganar 10 medallas de oro en el 1986 en Santiago no
pudo añadir otras preseas a su gran hazaña. Otro nadador, pero esta vez
de México se convirtió en el Rey de los Juegos al lograr la friolera de
8 medallas de oro, una plata y una bronce para un total de 10, máximo
total logrado por un atleta masculino en la historia de los Juegos; el
responsable de esa hazaña lo fue Guillermo Echevarría.
Las nadadoras boricuas encabezadas por Lallande, Margaret Harding,
Kristina Moir y Melanie Laporte lograron la friolera de 29 medallas, de
las cuales 13 fueron de oro. Los nadadores boricuas no se quedaron atrás
y sumaron otras 13 medallas, incluyendo dos de oro para dar una de las
barridas más extraordinarias en la natación de los Juegos con un total
de 42 medallas entre ambos sexos.
Sin embargo, el pueblo puertorriqueño lo ovacionó a rabiar, mientras
enarbolaba una pequeña bandera boricua. En esa misma competencia, Puerto
Rico y el mundo conocieron el rostro de un joven de 17 años, que años
más tarde se convirtió en el mejor clavadista del mundo: Greg Louganis.
En la final del evento de plataforma, Louganis venció al mexicano Carlos
Girón por un punto. La televisión difundió, de costa a costa, el llanto
del mexicano.... La implosión del 19 de
octubre de 1997 destruyó , en unos 16 segundos, el natatorio olímpico de
El Escambrón. El personal de Drillex, empresa a la que el gobierno
encomendó la demolición, colocó explosivos en las piscinas con la
intención de provocar un gran chorro de agua que sirvió para capturar
parte del ''polvo fugitivo'' producto de la colisión del concreto.
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Fuentes - El Mundo, 22 de abril de 1938. - El Nuevo Día / 13 de junio de 1993. - El Nuevo Día / 18 de octubre de 1997/ Amelia Estades Santaliz. -El Nuevo Día / 20 de octubre de 1997/Gerardo Cordero. - Primera Hora/ 15 de mayo de 2006 /Carmen Trelles. -José Antonio Torres Martinó:Voz de varios registros/José Antonio Torres Martinó, Myrna Báez, Silvia Alvarez- Curbelo, 2006. |