El Nuevo Día
domingo,
30 de julio de 2006.
Por
Israel Rodríguez Sánchez
Tras el mostrador de La Fortuna por 45 años, vio lágrimas y sonrisas de múltiples personalidades isleñas.
Si algún cantinero conoce las penas y las alegrías de muchas personalidades de la farándula y de la política ese es Tito Fortuna.
Por más de 45 años atendió una de las barras más frecuentadas de Puerta de Tierra por artistas, periodistas y personalidades del quehacer puertorriqueño. Tan popular se hizo que la barra le cambió el nombre de Ernesto Santiago del Valle. Todo el mundo lo conoce por Tito Fortuna, de la barra La Fortuna.
Su clienta favorita en sus primeros años fue la compositora puertorriqueña Sylvia Rexach, autora de “Olas y arenas”, “Alma adentro” y “Nave sin rumbo”.
En La Fortuna la vio escribir hermosas composiciones en servilletas de papel. Llegaron a ser tan amigos que en una ocasión Sylvia llegó a pedirle $2 prestados, que en aquel tiempo representaban mucho más dinero que hoy.
No pudo pagárselos en el tiempo acordado, pero en cuanto ofreció uno de sus “shows” se los devolvió con una buena propina. “Ella quería que sólo yo la atendiera”, dijo con orgullo.
La Fortuna también era visitada por Mirta Silva, Ramón del Rivero "Diplo", Víctor Lance, Raúl Nacer, Miguel Ángel Suárez y llegó a contar entre sus comensales con políticos como Miguel Ángel García Méndez, Carlos Romero Barceló y Antonio Fas Alzamora, entre otros.
También fue punto de encuentro de los actores de Teatro del '60 que tenía su sala cercana a la barra. Para ese tiempo la hoy representante Iris Miriam Ruiz era actriz de ese colectivo y “vivía prácticamente en La Fortuna…”.
El junte de personalidades era propicio para la bohemia, porque Tito Fortuna también tocaba la guitarra y cantaba.
Recordó que en aquellos tiempos, un cuba libre (ron con cola) sólo costaba .25 centavos y no había vodka como la Finlandia. Antes de que llegara la Budweiser, las reinas de las cervezas eran India, Corona, Schaeffer de botellita y Reinhold.
Ahora trabaja con los niños y jóvenes del Taller de Fotoperiodismo, fundado por uno de sus últimos clientes, el fotoperiodista Ismael Fernández Reyes.
Este trabajo como ayudante en diversas áreas del taller lo ha expuesto a otras vivencias. Y es que desde que Tito Fortuna bajó de Naranjito a San Juan hace 55 años, nunca había salido del área metropolitana. Con los jóvenes del Taller de Fotoperiodismo ha ido a Piñones, a otros pueblos, se ha quedado en hoteles y hasta se montó en un bote en La Parguera.
“Primero no quería montarme, pero después no me quería bajar”, dijo entre risas.
Como Tito Fortuna no tiene familia, vive solo en Puerta de Tierra, dice que su mayor felicidad es estar pendiente al Taller de Fotoperiodismo y atender a los muchachos que lo llaman cariñosamente “abuelito”.
El director del Taller de Fotoperiodismo, Ismael Fernández Reyes, dijo que Fortuna es de gran ayuda para su proyecto. “Es muy agradable, servicial como el solo. Es muy generoso, un ser humano de entereza y de confianza”, dijo Fernández.
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