Por Rosa Rodríguez Meléndez
Inmediatamente
después de la ocupación americana, el sistema escolar experimentó una
serie de modificaciones radicales. El clima de cambios, modificaciones y
adaptaciones a partir de 1898, ocasionó desajustes en todos los ámbitos
de la vida de los puertorriqueños, sobre todo en el campo de la
educación, institución fundamental para la integración al nuevo sistema
de cultura y valores (Brau,1937,277).
Entre los intentos por lograr este objetivo, identifica Aida Negrón de
Montilla (1990, 9) la celebración de las fiestas nacionales
norteamericanas, la organización de ejercicios patrióticos basados en la
lealtad hacia los Estados Unidos, el cambio curricular y la sustitución
de las estructuras de organización y leyes escolares, incluido el cambio
de idioma y de libros que reflejaban la vida
norteamericana. En los inicios de la ocupación militar, el estado
caótico, resultante de la guerra hispanoamericana, hizo imperativa la
adopción de medidas temporales para implantar el nuevo régimen. Entre
éstas, el cierre de las escuelas y la suspensión de maestros, muchos de
los cuales regresaron a España ante la situación de incertidumbre en
Puerto Rico.
Las nuevas autoridades no ocultaron sus intenciones de "educar para
americanizar". En las mentes de muchos de estos funcionarios, la
educación era una herramienta para convertir a los puertorriqueños en
"buenos americanos". Desde luego, la idea de americanizar al pueblo a
través de la educación no agradó a todo el mundo.
El proyecto de americanización provocó fuertes resistencias,
principalmente entre quienes se alzaron en oposición creciente al
dominio estadounidense. Otros puertorriqueños favorecieron el objetivo
de la americanización, más no de los métodos para alcanzarla. Para ambos
grupos, los aspectos mas controversiales de las reformas educativas
fueron la centralización del sistema educativo y la imposición del
inglés en las escuelas.
El 3ro. de octubre de 1898, se celebró en el Teatro Tapia una asamblea
para estudiar la situación en Puerto Rico luego de la ocupación. De esta
asamblea, y de sus resoluciones, se determinó el inicio del nuevo
sistema educativo para los puertorriqueños. Se disolvieron todas las
instituciones del gobierno español, entre éstas la Junta Provincial de
Educación Pública, y se comenzó el proceso de reestructuración del nuevo
modelo de enseñanza. Se instituyó el Negociado de Educación bajo el
Departamento de lo Interior, entidad gubernamental responsable de
implantar el nuevo régimen escolar.
En el verano de 1899 comenzó un período de experimentos, de éxito
variado, con el propósito de establecer la escuela pública gratuita
americana como la base del
gobierno republicano y la prosperidad de los negocios. Este período de
experimentación duró hasta después que el Gobierno Civil se estableció
en Puerto Rico, el 1 de mayo de 1900, y, de hecho, hasta que la
Legislatura aprobó una ley integral de la educación el 31 de enero de
1901.
Desde 1900 la administración educativa estuvo a cargo del Comisionado de
Educación, un funcionario nombrado por el presidente de los Estados
Unidos e investido de poderes muy amplios. El cargo de comisionado fue
ocupado por norteamericanos hasta 1921, cuando se nombró al primer
puertorriqueño (de fuertes sentimientos proamericanos), Juan B. Huyke.
Dichos funcionarios dirigieron un sistema de instrucción pública muy
centralizado, pues ellos tomaban la mayor parte de las decisiones sobre
nombramientos, currículo, programas y otros asuntos importantes. Los
primeros comisionados escogieron principalmente a estadounidenses para
supervisar a los maestros. La mayoría de estos supervisores no hablaban
español y apenas podían comunicarse con los profesores a su cargo
quienes, a su vez, no hablaban inglés.
Para evitar problemas de esta índole y acelerar la americanización de el
sistema de instrucción, durante los primeros años del siglo, se
importaron cientos de maestros estadounidenses. Aunque muchos llegaban
con buenas intenciones, pocos estaban preparados para trabajar en un
ambiente tan distinto al suyo. No sabían español, no entendían las
costumbres y la forma de ser de los puertorriqueños y, en muchos casos,
compartían la creencia de que la cultura nativa era inferior a la suya.
En enero de 1899, el gobierno norteamericano nombró a John Eaton, ex
Comisionado de Educación, para hacerse cargo de los asuntos educativos.
Eaton, a su vez, seleccionó al Sr. Víctor S. Clark como su ayudante. Por
instrucciones de Eaton, una de las primeras gestiones de Clark fue
visitar la Isla, con el propósito de hablar con los maestros, repartir
libros, mapas y la bandera de Estados Unidos de Norteamérica, así como
de inspeccionar las escuelas y preparar un informe general, incluyendo
en éste la localización de los centros educativos.
Para comenzar los cambios requeridos, Eaton recomendó al gobernador de
Puerto Rico, Guy V. Henry, una serie de estrategias y reformas; entre
éstas, la construcción de escuelas y el alquiler de mejores casas con
propósitos educativos, libros y pupitres, entre otros materiales para la
enseñanza.
Basándose en el sistema escolar de Massachusetts, el 1ro. de mayo de
1899 el gobernador proclamó la primera ley escolar bajo el dominio
norteamericano en Puerto Rico. La ley establecía la escuela pública (Common
Public School) por grados (Graded School) para todos los habitantes
entre los seis y dieciocho años, no más de cincuenta estudiantes por
maestro o maestra, la "coeducación"; es decir, que no se separaría niños
y niñas, el calendario académico según el estadounidense (de lunes a
viernes), la división de la isla en seis distritos escolares (San Juan,
Fajardo, Arroyo, Arecibo, Ponce y Mayagüez), y la matrícula y los libros
gratuitos. Se instituyeron las juntas municipales y sus
responsabilidades; entre otras, la cualificación de los maestros y
maestras mediante exámenes, el nombramiento de los directores escolares,
ya que en el sistema español no existía esta posición, el sueldo de los
funcionarios y la adquisición de los materiales educativos, así como la
inspección de los edificios escolares, todo mediante los maestros de
inglés, quienes "are familiar with the American school system", según
Eaton (AGPR, Fondo: Municipal, Serie: Instrucción Pública, Legajo 69) La
ley, también, autorizó una escuela normal para la preparación de
maestros y maestras, y los comienzos de la organización de la
Universidad de Puerto Rico.
Las leyes escolares quedaron sin efecto con la renuncia del general Guy
V. Henry, ese mismo año. El nuevo gobernador militar de la isla, George
W. Davis, disolvió los departamentos de Estado, Tesoro e Interior, y
creó la Oficina de Asuntos Municipales, de Rentas Internas y de
Agricultura, dejando en función la Oficina de Educación con una Junta
Insular de Educación, la cual continuaría las recomendaciones de Eaton y
Clark.
Se comenzó con el diseño y construcción de varias escuelas modelos bajo
la supervisión de Víctor S. Clark, las cuales tendría "el propósito de
ilustrar en forma concreta lo que es y debía ser una escuela americana"
(Annual Report of the Commissioner, 1900, 258); entre éstas, una en
Ponce, una en Fajardo y otra en San Juan. La escuela de San Juan, según
Osuna, (1949) comenzó sus funciones el 24 de septiembre de 1899 con un
departamento de escuela superior y una facultad de cinco profesores. El
edificio de madera, se construyó frente a la Plaza de Colón en el Viejo
San Juan, esquina de Puerta de Tierra, donde luego se localizó el Casino
de Puerto Rico, hoy Centro de Recepciones del Gobierno del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico. La escuela fue inaugurada oficialmente el 16 de
enero de 1900.
El 3 de julio, el periódico La Democracia, bajo el titular "Un Edificio
Quemado", reseñaba la destrucción de la Model and Training School,
recalcando la posibilidad de que fuese un acto intencional. De
inmediato, el gobierno inició una investigación. La pesquisa concluyó
que el fuego comenzó por algún accidente en el salón de química,
localizado en el segundo piso.
Con el establecimiento del gobierno civil en 1900, Martin G. Brumbaugh fue
designado Comisionado de Educación. Le correspondió a Brumbaugh la
organización del Departamento de Instrucción. En primer lugar, Brumbaugh
vió la posibilidad de abrir unas ochocientas escuelas, todas bajo la
administración del Departamento de Instrucción. Mención aparte fue la
Escuela de Ponce, tanto por las óptimas condiciones del edificio, como
por las iniciativas pedagógicas que allí se llevaban, "debidas al
esfuerzo personal del General Henry y su esposa" (Annual Report of the
Commissioner, 1900, 19-20). Aparentemente, este edificio pudo haber sido
construido antes que la Model and Training School de San Juan, pues los
documentos registran sus inicios previo al 1900 para la llamada "escuela
americana de Ponce". Con este dato, habría que examinar con más
detenimiento la posibilidad de que ésta sea la primera escuela
construida por los norteamericanos en Puerto Rico.
Al aumentar la demanda de maestros, surgió la necesidad de mejorar su
adiestramiento. En 1900, una escuela normal e industrial fue abierta en
Fajardo, una institución preparatoria para maestros tanto rurales como
urbanos. Desafortunadamente, la distancia que separaba este pueblo del
resto de la isla hizo que solo unos 20 maestros se matricularan
inicialmente. La escuela normal se movió a Rio Piedras en 1901. En este
edificio se comenzó, a partir de el 12 de marzo de 1903, la Universidad
de Puerto Rico, institucionalizada mediante Ley de la Asamblea
Legislativa durante la administración de Samuel McCune Lindsay,
Comisionado de Educación desde 1902 hasta 1904, quien auspició la
legislación.
En 1908 el Gobierno de los
Estados Unidos extendió a Puerto Rico la ayuda dispuesta por la Ley
Morrill- Nelson, convirtiendo a la Universidad en una Institución por
Concesión de Tierras (Land Grant). Esto impulsó el crecimiento de los
estudios superiores, y el 23 de septiembre de 1911 se estableció el
Colegio de Agricultura en Mayagüez como parte de la Universidad de
Puerto Rico. Un año después se le cambió el nombre a Colegio de
Agricultura y Artes Mecánicas (CAAM), nombre con el cual se le conoció
por 50 años.
En el 1908 un grupo de maestros de la zona occidental de Puerto Rico se
reúne en la escuela Farragut de Mayagüez y acuerda constituirse en una
entidad que denominan Asociación Puertorriqueña de Maestros. Un año más
tarde, el 4 de marzo de 1909, un grupo de maestros de San Juan se reúne
en el Ateneo Puertorriqueño y decide fundar otra entidad magisterial con
el nombre de Asociación Insular del Magisterio. El sábado 8 de julio de
1911 se reúnen las dos organizaciones en el Teatro La Perla de Ponce y
crean lo que hoy se conoce como la Asociación de Maestros de Puerto
Rico.
Durante los primeros años del
siglo XX, el gobierno norteamericano, a través del Departamento de
Educación, inició en las escuelas públicas del país varios
programas-dirigidos sobre todo a las niñas en los grados intermedios-,
encaminados a re-orientar los trabajos que históricamente habían
realizado la mayoría de las mujeres puertorriqueña pobres en el espacio
doméstico: limpiar, lavar ropa, cocinar, tejer y criar. Agrupados bajo
el nombre de «economía doméstica», se inició desde 1902 --no sin
tropiezos ni dificultades-- la diseminación de una serie de saberes
sobre higiene, nutrición, embellecimiento del hogar, cuidado de la
apariencia y organización de las tareas domésticas que se predicarán
como soluciones a las penurias sociales de las familias puertorriqueñas.
Para 1913 el gobierno insular
había invertido catorce millones de dólares en la educación. Seiscientos
treinta escuelas graduadas (urbanas), 1,050 escuelas rurales y cuatro
escuela superiores habían sido construidas. En aquella época había 1,974
profesores, y la asistencia a la escuela había aumentado a 162,000. La
educación vocacional ofreció cursos a los alumnos en agricultura, el
dibujo, artes manuales, ciencia doméstica, y música. El número de
planteles, maestros y alumnos del sistema de instrucción pública
continuó incrementándose año tras año, especialmente en los niveles
elementales. Gracias a esto, el analfabetismo se redujo notablemente, de
un 80 por ciento en 1899 a un 41 por ciento en 1930 y a un 35 por ciento
en 1935.
En 1915, designaron al Dr. Paul G. Molinero Comisionado de la Educación.
Con él vino un cambio en el método de enseñanza, puesto que la ocupación
americana había estado enteramente en inglés con el español tratado como
asignatura especial. El Dr. Molinero estableció el idioma español como
el medio de la instrucción en los primeros cuatro grados, inglés en los
tres grados subsiguientes, e inglés y español para los grados intermedio
y superior. Este método fue utilizado hasta noviembre de 1934, cuando el
Comisionado de Instrucción, José Padín ordenó que la instrucción se
impartiera en español en todos los grados elementales, con el inglés
enseñado como clase especial del primer grado.
Con el nombramiento del Dr. José M. Gallardo como Comisionado de la
Educación en junio de de 1937, un nuevo programa escolar fue adoptado
poniéndo énfasis especial en la enseñanza del inglés. La instrucción se
dá en español en los primeros dos grados, con inglés como asignatura
secundaria; en el tercero y cuarto la razón es dos tercios en español y
un tercio en inglés; en los quinto y sexto grados, mitad español y mitad
inglés; mientras que en el séptimo y octavos grados, la división era un
tercio en español y dos tercios en inglés. La educación en el nivel
superior sería totalmente en inglés, con el español siendo tratado como
asignatura secundaria.
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Lámina del tío SAM, inclinándose sobre un escritorio y
dando una conferencia a 4 niños (Filipinas, Hawai,
Puerto Rico y Cuba) delante de niños que sostienen
libros (varios estados de los E.E.U.U.). Hay un indio
americano en el fondo, sosteniendo un libro al revés y
un muchacho chino en la puerta. 1899.
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La orden de enseñar en inglés, y no en español que es el idioma de los
puertorriqueños, provocó protestas, no solo de los partidos políticos y
grupos que empezaban a afirmar la nacionalidad puertorriqueña, sino
también de la Asociación de Maestros y los estudiantes de secundaria y
universitarios, entre otros. Estos opositores planteaban que la
enseñanza en inglés, lengua extranjera para los alumnos, no hacía
sino confundir y atrasar el aprendizaje. Cuestionaban la importancia
dada a los valores nacionales de Estados Unidos, soslayando los de la
patria. Alegaban, además, que la imposición del inglés producía cierta
resistencia sicológica. Es decir, que el plan de enseñar a la fuerza en
ese idioma, en vez de ayudar en su aprendizaje, lo retrasaba.
Todos estos argumentos irían ganado terreno en la política educativa
puertorriqueña durante las próximas décadas, hasta derrotar por completo
la política de imponer el inglés como vehículo de enseñanza.
Dos eventos significativos que
repercutieron en el problema del lenguaje tuvieron lugar en el 1948. El
gobierno colonial de la isla fue modificado para permitir a los
puertorriqueños elegir al Gobernador. Segundo, el Gobernador fue
investido con la autoridad para designar al comisionado de Educación. El
Gobernador electo, Luis Muñoz Marín, designó a Mariano Villaronga, quién
por decreto administrativo instituyó el español como el idioma para la
educación en Puerto Rico en el año escolar 1949-1950. Por vez primera
desde 1898, Puerto Rico tuvo el español como el lenguaje oficial para la
instrucción en todos los niveles de la educación pública.
En 1949, el Comisionado de
Educación fue nombrado por primera vez por el gobernador de Puerto Rico,
con el consejo y consentimiento del Senado. Sin embargo, este cambio no
afectó las funciones que desempeñaba. Además, durante este año se creó
la División de Educación de la Comunidad. Para esta época la
organización del nivel central constaba de un Comisionado, dos
Subcomisionados (uno a cargo de lo docente y el otro de lo
administrativo) y un Primer Oficial Administrativo, á cargo de los
asuntos de personal y de planificación. Además, existían ocho divisiones
principales: Educación Vocacional, Rehabilitación Vocacional, Finanzas,
Personal y Planificación Escolar, Investigaciones y Estadísticas,
Educación a la Comunidad, Comedores Escolares y División Técnica.
Durante el 1952 se aprueba la constitución del Estado Libre Asociado de
Puerto Rico en la cual se estipulan los siguientes derechos relacionados
con la educación y que reflejan el deseo de todos los que trabajaron y
trabajan por mejorar la educación puertorriqueña desde los años de la
colonización española hasta nuestros días.
"Habrá un Sistema de Instrucción Pública, el cual será libre y no
sectario."
"La enseñanza será gratuita en la escuela primaria y secundaria y, hasta
donde las facilidades del estado lo permitan se hará obligatoria para la
escuela secundaria".
"La asistencia obligatoria a las escuelas públicas primarias, hasta
donde las facilidades del estado lo permitan , según se dispone en la
presente, no se interpretará como aplicable a aquellos que reciban
insrucción primaria en escuelas establecidas bajo auspicios no
gubernamentales".
En un esfuerzo por lograr que
más puertorriqueños continuaran estudios académicos a nivel superior, en
1981 el Banco Gubernamental de Fomento estableció la Corporación para la
Asistencia de la Educación Superior en Puerto Rico. Esta subsidiaria
garantizaba préstamos otorgados a estudiantes por la banca privada bajo
un programa del gobierno federal. Igualmente, el Banco creó la
Asociación de Préstamos Estudiantiles de Puerto Rico que ofrecía
préstamos a bajos intereses para estudios postgraduados
Ante los vertiginosos cambios que se van desarrollando desde la mitad
del siglo XX, se ha convertido en una necesidad imperiosa el realizar
sistemáticamente estudios que permitan tener un panorama claro de
la situación educativa día a día.
En 1990 se presenta el Informe Final de la Comisión Especial
Conjunta para la Reforma Educativa Integral de la Asamblea Legislativa
del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Los resultados de este estudio
y los trabajos de la comisión que lo preparó culminaron con la Ley
Orgánica que regula la educación elemental y secundaria del Sistema de
Educación Pública de Puerto Rico (Ley Num. 68 de 28 de agosto de 1990).
Esa ley substituyó la Ley Escolar Compilada de 1903 que fue enmendada en
innumerables ocasiones, pero no derogada hasta ese momento. Además,
sustituyó el término Secretario de Instrucción Pública por Secretario de
Educación. De varios estatutos de esta ley Num. 68 se origina la Ley
Num. 18 del 16 de junio de 1993, Ley para el Desarrollo de las
Escuelas de la Comunidad, se crearon las escuelas de la comunidad y se
les otorgó autonomía académica, fiscal y administrativa para que
pudieran operar de forma efectiva.
La Escuela de la Comunidad es la unidad funcional del Sistema de
Educación Pública de Puerto Rico. Dicha unidad está constituida por los
estudiantes, el personal docente, el personal administrativo y el
personal externo. El personal docente lo componen los maestros, los
directores de escuela, los bibliotecarios, los orientadores, los
trabajadores sociales, y el personal con funciones técnicas,
administrativas y de supervisión. El personal administrativo lo componen
empleados de oficina, de los comedores y de mantenimiento de la Escuela.
El personal externo lo componen los padres de los estudiantes y los
representantes de la comunidad servida por la Escuela.
Al 31 de diciembre de 2005, según los registros del DE había 1,523
escuelas de la comunidad operando en las 10 regiones educativas: Arecibo
(172), Bayamón (183), Caguas (178), Fajardo (97), Humacao (145), Morovis
(99), Mayagüez (160),Ponce (184), San Germán (109) y San Juan (196).
Todo este proceso culmina en
la nueva Ley Num. 149 de 15 de julio de 1999, conocida como Ley Orgánica
para el Departamento de Educación Pública de Puerto Rico y la nueva Ley
Num. 158 de 18 de julio de 1999, conocida como Ley de la Carrera
Magisterial.
Desde 1925 hasta el presente se ha logrado un progreso significativo. El
Departamento de Educación se ha reorganizado para lograr mayor solvencia
económica y eficiencia, los estándares para el desempeño se han
elevado en los cuerpos administrativos, supervisores, y docentes; la
reorganización se ha efectuado en línea con ideas progresivas de la
educación y un esfuerzo definido se ha hecho dirigido a realizar los
objetivos sociales y económicos del sistema educativo en Puerto Rico
junio 2006
Bibliografía
Ángela López Borrero (2005) Mi Escuelita
Educación y arquitectura en Puerto Rico. Editorial Universidad de
Puerto Rico
Scarano, Francisco A. (1999). Puerto Rico: Una historia
contemporánea. McGraw-Hill. México.
Charles Hartzell, Register of Porto Rico for 1903,
Press of Lou 18 E. Tuzo and Company 1903
López Yustos, A. (1992,
ed.). Compendio de historia de la educación. Publicaciones
Puertorriqueñas, Inc. Hato Rey, Puerto Rico.
Negrón de
Montilla, A. (1990, ed.). La americanización de
Puerto Rico y el sistema de
InstrucciónPública
1900-1930
Scarano, Francisco A. (1999). Puerto Rico: Cinco siglos de historia.
McGraw-Hill. México.
Víctor R. Fajardo Vélez (1999) Historia de la Reforma Educativa:
Transformación de la Escuela Pública Puertorriqueña. Editorial
Departamento de Educación. Gobierno de Puerto Rico.
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN
Informe Especial DE-07-12 6 de noviembre de 2006.
Image
Envision / Jamie Voetsch
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