Por
Johnny Torres Rivera
Herminio Morales Reyes nació el 25 de abril de 1930 en Puerta de Tierra, barrio de San Juan. Transcurre su infancia en el ranchón El Laberinto, que estaba ubicado en la parada siete donde residían sus abuelos Rosa María Reyes y Marcial Morales, quienes se hacen cargo de su custodia y lo crían. Sus estudios de escuela elemental los cursa en la escuela Martin G. Brumbaugh, luego continúa en la escuela José Celso Barbosa. Pero a los 14 años abandona los estudios por razones económicas y a esa edad comienza a trabajar en tareas de la construcción.
En 1950 conoce a Margarita Méndez y contrae matrimonio. De esta unión nacen 2 hijas y un varón; Rosa Margarita, Elizabeth y Herminio.
En agosto de 1951 es llamado para servir en el ejército y gracias a su dominio del idioma inglés es asignado al First Marine Division, How Company, de los Marines Corps. Completó su entrenamiento básico en Parish Island, North
Carolina y es entonces transferido a la base naval de Guantánamo
en Cuba. En el 1952 es enviado a entrar en combate durante la Guerra de Corea en el frente oeste. Muchos
de los soldados puertorriqueños confrontaban problemas para seguir las
órdenes militares impartidas en inglés. Tan pronto llega a su
unidad lo ascienden a cabo, para convertirse en líder de las escuadras
boricuas. "Nunca ninguno de ellos falló cumpliendo con su deber.
Nuestros muchachos fueron los más disciplinados y valerosos en
combate", afirma Herminio.
Tuvo participación activa en 7 grandes combates en el paralelo 38 y en específico la colina Bunker Hills, en manos del enemigo y la cual debían tomar. En sus recuerdos aún están vivos los momentos vividos en lo que describe como un infierno. El ambiente era hostil con interminables nevadas y temperaturas bajo cero. Los ataques con artillería pesada del enemigo eran contínuos, sin tregua. Apenas si tenían tiempo para descansar o dormir. Lo peor según sus palabra "era la casi insoportable tensión nerviosa causada por la espera, la incertidumbre de cuando se llevaría a cabo el próximo ataque, sin aviso, del
enemigo", señala Herminio.
En una ocasión estuvo a punto de morir al quedar sepultado bajo la nieve. "Me encontró mi comandante y me prestó los primeros auxilios. Sufría de hipotermia y para que no perdiera uno de mis brazos lo roció con whisky
caliente", aún recuerda. En uno de esos ataques vio morir al soldado Aimerich, un pelotero y quien también era de Puerta de Tierra. Según
cuenta Herminio, Aimerich fue herido en el cuello, pero según corría
la bala continuó desplazándose dentro de su cuerpo destrozándole sus
órganos internos hasta llegar a los testículos.
Herminio
Morales es presentado en una de las escenas captadas por el lente de los
camarógrafos y reporteros de Viguié Films Productions. Y luego su foto
es publicada en el periódico El Imparcial, recibiendo una banderita puertorriqueña
que le envió personalmente don Luis Muñoz Marín. "Era bien
pequeñita, pero para nosotros el tamaño no importaba. Era el símbolo
del terruño borincano para los "diablos de la Montaña", que
así fue el nombre que le dimos a nuestra unidad de combate",
sostuvo Herminio.
Durante una de las tres patrullas en las cuales participó en intentos por tomar la colina 122 o Bunker Hills, fue impactado por un fragmento de granada en el cabeza. "Los chinos nos lanzaban granadas como si fueran bombones. Cuarenta y ocho hombres fueron enviados a atacar un contingente enemigo superior en número y armamentos. De ellos solo 13 sobrevivieron".
Herminio, con una herida en su cabeza y perdida la visión en el ojo izquierdo vio caer un compañero malamente herido. Sin pensarlo dos veces acudió en su ayuda y se lo echó sobre sus hombros. Con él acuestas corrió hasta ponerlo a salvo del fuego enemigo. "Allí éramos uno para todos y todos para uno", según sus palabras. Luego de varios combates la I Company, el 3rd. batallion y los 1st Marines junto a tropas turcas y canadienses lograron tomar Bunker Hills. Durante el transcurso de esas batallas 15,000 marines murieron.
Al terminar su servicio militar regresó a Puerto Rico en el 1953. Fue dado de baja
de la marina con mención honorable. Le fueron concedidas las siguientes medallas por su honroso desempeño: Presidential Unit Citation, Purple Hearth, Navy Commendations, Combat
Action y Marksman Rifle, además de varios "ribbons". Por traumas y heridas recibidas en combate recibió en el 1953 un 10% de su paga como militar como compensación; $15 dólares mensuales. En el 1999 le aumentaron la cantidad a un 20%.
Decide entonces continuar y terminar sus estudios y se gradúa en la Escuela superior
Baldorioty de Castro
en San Juan. Tomó un curso de un año en principios básicos de contabilidad en el Instituto de Comercio de Puerto
Rico en Hato Rey. Para entonces consigue empleo en el Hotel La Concha donde decidió seguir trabajando desempeñándose en diversas labores hasta su retiro.
Otra faceta de su personalidad es la de artista y filósofo. Desde joven Herminio Morales ha sido amante de la
literatura, la poesía y la música. A través de sus versos entramos en
comunión con su alma delicada, sensible y amable. Escribió dos libros: Un regalo Para ti, que consta de dos historias y 17 poemas y Somos Únicos En Este Universo.
Además de escribir poesía, Herminio cultiva la música. Se sintió
cautivado por la sonoridad de los ritmos musicales cuando de niño
asistía a los ensayos que Johnny Goicuría celebraba en el ranchón
"El Bazán" de la parada siete, en la calle San Agustín. Entre sus composiciones musicales se
destacan: En Nuestro Diario Vivir, Qué Es La Vida y Esto Era Puerta de Tierra.
En la actualidad tiene varias de sus composiciones registradas en Hilltop Records y
ACEMLA.
Herminio Morales falleció el 31 de octubre de 2019. Su restos descansan
en el Cementerio Nacional de Puerto Rico.