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May 17 1897  P.2

EL DERRIBO DE LAS MURALLAS


A pesar de que no cesó de llover en toda la mañana, un gentío inmenso se aglomeraba desde las primeras horas en la plazuela de Colón ( antes de Santiago ). Ya hemos dicho que el derribo debía principiar por la parte de la muralla comprendida entre la puerta de Santiago y el Castillo de S¡an Cristóbal. Toda la plazuela, las calles adyacentes, la puerta de Santiago y las murallas, estaban adornadas con banderas y escudos nacionales, cortinajes, etc

A las nueve y media de la mañana, bajo un fuerte aguacero, á pié y de riguroso uniforme, lllegó á la plazuela S. E. el Gobernador Don Sabia Marín presidiendo al Ayuntamiento en Cuerpo, que momentos, antes había ido á buscarle al palacio de Santa Catalina, teniendo que acojerse en los pabellones del Mayor de plaza cerca de una hora dando tiempo de que cesara la lluvia. Encontránbase allí también S. E. el general Don Ricardo Ortega, 2do. Cabo gobernador militar de la plaza, jefes de la guarnición, teniente coronel y oficiales de la Guardia civil, etc. También asistió al acto el Excmo. é Ilmo. Sr. Obispo Don Fray Toribio Minguella y muchos otras personas de alta representación política y social.

Cuando cesó la lluvia, el Ayuntamiento precedido de maceros y seguido de SS. EE. los generales Marín y Ortega y del Sr. Obispo, subieron al rebellín de Santiago, donde, preparado ya el derribo de la primera piedra, la echó al suelo el Gobernador General. Entonces el alcalde Dr. Don José M. Marxuach dirijiéndose al público dio vivas á España, al Rey, al General Marín, á Puerto-Rico etc., vivas que fueron entusiastamente contestados por la multitud.

Después de este acto y de haberse retirado la comisión oficial para colocarse á conveniente distancia, llegó la Excma. Sra. Generala Doña Matilde de León de Marín, acompañada del Sr. Don José Nouvilas, Jefe de Orden Público, para hacer estallar el primer barreno desde la espalda del teatro por medio de un hilo eléctrico preparado al efecto por el Cuerpo de ingenieros militares. Los demás barrenos, hasta cinco, fueron disparados, dos por el general Marín, uno por el general Ortega, uno por el coronel de Ingenieros Sr. Laguna, y otro por el Alcalde.

Estos actos fueron amenizados por las bandas del Provisional numero 3 y la de Voluntarios que se hallaban situadas en la plazuela. Escoltas de la guardia civil á pié y a caballo, impedían el tránsito de la gente por aquel sitio durante la ceremonia. Los barrenos produje ron bastante efecto en la parte superior de la muralla y sobre todo el primero y el último que lanzaron gran cantidad de escombros con dirección á la plazuela de Colón. El primero elevó una piedra de buen tamaño á una altura muy considerable. Los barrenos ó minas estaban combinados de manera que una sola explosión producía la descarga de quince ó más de éstos, unidos entre si por una corriente eléctrica.

Autorizado luego el paso por la puerta de Santiago, entró á la ciudad una gran manifestación organizada por los vecinos de Puerta de Tierra, y á su frente don Andrés Calvo, con banderas y estandartes, una orquesta y la banda de Beneficencia, dando vivas a España, al Rey, á Puerto-Rico y al Gobernador y dirigiéndose al teatro donde estaba S. E.

Este recibió una comisión de los manifestantes con su habitual galantería. La manifestación recorrió luego alegremente las calles de la ciudad.

En el teatro había preparado un lunch por el Ayuntamiento, al cual asistieron S. E. el Gobernador General y la comitiva oficial y personas invitadas.

Antes de principiar la explosión de los barrenos, el Ramo de Guerra hizo entrega solemne a la Corporación municipal del lienzo de murallas que ha de derribarse.

Otro dia nos ocuparemos con más detalles de esta solemnidad, que ha de formar época en los anales de la historia de Puerto-Rico. Hoy nos falta tiempo material para hacerlo.