Desde antes de amanecer se notaba gran animación en toda la Ciudad.
La juventud, siempre dispuesta, recorría en grupos las calles, acudiendo á la hora convenida á la cita, llamando la atención del vecindario con sus largas blusas de obrero y sus sombreros de paja del país.
Los chiquillos callejeros saludaban esos grupos con vítores de alegría.
Las azoteas y balcones estaban completamente llenos de gente.
EN LA PLAZA ALFONSO XII
A las cinco y media de la mañana apenas puede contener la plaza la multitud de vecinos que se reúnen allí.
Los grupos de obreros de honor empiezan a llegar, portando sus lujosos estandartes y son victoreados por la multitud. La animación y el contento son generales. En la plaza no cabe un alma más.
Pasan de doscientos los obreros de honor congregados, divididos en brigadas y con sus correspondientes capataces al frente. Esas brigadas las componen la juventud más distinguida de la Capital.
EN BUSCA DE LAS HERRAMIENTAS
A las seis en punto y en orden de formación salen los obreros de la plaza para el patio de la Casa Consistorial. Allí pasan lista y se les entregan las herramientas de trabajo; picó, palas, azadones, barras, carretillas, etc. etc. que. todos reciben con gusto y orden admirable. En las calles sigue aglomerándose gente; la mañana es hermosísima y todo demuestra un dia de fiesta y satisfacción.
EN MARCHA.
Regresan las brigadas á la plaza Alfonso," XII, con sus elegantísimos estandartes al frente y siempre dispuestos en orden de formación, marchando por la calle de San Francisco hacia la plazuela de Colón." Desde algunos balcones y azoteas les arrojan flores y son victoreados. El golpe de vista es admirable y la animación general. El popular Doctor Goenaga, en representación de la Cruz Roja, va en carro que arrastra una muía. El Jovencito Ramón López, director de La Correspondencia, con larga blusa azul y sombrero de anchas alas de paja del país, se contonea al frente de su brigada. El jíbaro de Cíales va verdaderamente en carácter de obrero. Lleva el pantalón raído y remendado; el sombrero roto y una soga al rededor de la cintura. El Lcdo. Rossy, rueda admirablemente una carretilla. Y no faltan otros letrados, médicos, jurisconsultos, etc. que llamen la atención por el aquel con que lucen la pica ó el azadón. Todos los obreros lucen en el los colores de su brigada. El señor Laguna, Coronel de Ingenieros, va al frente de ellos para dirigir los trabajos.
Entre los obreroa se dan casos muy curioso. Algunos de ellos que arrastran carretillas, llevan un marrón pesado al hombro, no pueden guardar el equilibrio de los lentes montados en oro que llevan sobre la nariz.
EN LA PLAZA DE COLÓN
No cabe allí un alma más. Media Capital se ha dado cita en el extenso recinto para ver la llegada de los obreros de honor. Las azoteas y balcones están igualmente atestados de bellas y elegantes caballeros.
En las calles que cuadran la plazuela se levantaron ayer tarde y anoche hasta 19 tiendas de campaña, donde se organizan la dirección técnica de las obras, la ambulancia de la Cruz Roja, los depósitos de agua, ect. etc.
Es lástima que á las siete y media de la mañana empiece á nublarse el cielo amenazando lluvia.
Y esa lástima que el que estas líneas escribe, participando de la animación general, este sentado frente al escritorio sin poder disfrutar de la fiesta condenado a pasar un dia de contratiempos.
Loa tipógrafos, metidos también en fiesta, llegaron tarde al taller de LA CORRESPONDENCIA; nuestros compañeros de redacción figuran entre los obreroa de honor: los«repórteros » ídem Ídem van trayendo a inedia las, noticias. ¿A qué hora podrá empezar á circular este diario? Nosotros mismos no pedemos resistir al deseo de salir a la puerta cada vez que estalla un barreno, para echar un párrafo con los escasos transeúntes que van por la calle.
Y eso que son las ocho de la mañana y que todavía no se han dejado ver las bellas y simpáticas aguadoras, gala y ornato de la fiesta.
¿Quién podrá permanecer tranquilo al frente del escritorio, cuando estas empiecen á ejercer la nobilísima misión que se han impuesto?
¡Y pensar que nuestros abonados sin piedad, nos exigirán esta noche detalles de todo lo ocurrido en las fiestas del derribo de las murallas sin perdonarnos las omisiones que se encapen, ni las erratas y faltas que, necesariamente ha de llevar hoy el pperiódico!....
EMPIEZAN LOS TRABAJOS Y MAL PRINCIPIO DE FIESTA
La primera brigada de obreros de honor empieza los trabajos á las siete y media en punto, mientras los demás ocupan las tiendas esperando su turno á la repartición de la labor del día.
Estalla en este momento el primer barreno en el trozo de muralla comprendido entre la puerta de Santiago y el Castillo de San Cristóbal y una lluvia de escombros y piedras llena el espacio. Un fragmento de piedra fue á herir muy cerca de la sien derecha, á la vecina Marta Carrasquillo que fue curada por el doctor Goenaga y auxiliada por el sr. Salgado Jiménez en la casa de la señorai viuda de Orbeta, presidenta de la Asociasión de la Cruz Roja, del barrio de la Marina.
Se ha prohibido el tránsito por la puerta de Santiago.
A las 7 y 30 minutos entraron a trabajar las brigadas «Reina Regente» y «Colón.»
A DERRIBAR LAS MURALLAS
Los trabajos empiezan bajo la dirección del siguiente personal facultativo:
Director honorario: don José Laguna, Director efectivo: don Arturo Guerra. Auxiliares: don Antolín Nin, don Antonio Géigel, don Bartolomé Llovet, don Armando Morales, don Enrique García Caballero, don Jaime Annexi. Médico: don Francisco Goenaga. Inspector del material: don Enrique O'Neill. Guarda-almacénn: don Federico San Martín." Listero: don José Lázaro. Delineantes: don Arturo Igaravldez, don Miguel Aguayo, don Gonzalo Gil de León. Y entran en turno por el orden que designamos:
«Brigada Rey,» capataz José Rodríguez Suárez. «Brigada Reina Regente, capataz Santos Filippi. «Brigada Purita,» capataz Vicente Guillot. «Brigada Matilde,» capataz Ángel Rívero. «Brigada María,» capataz Ramón B. López. «Brígida-Ortega,» capataz Julio A. Géigel. «Brigada, Laguna,» capataz Miguel-Cañellas. «Brigada Lealtad,» capataz Juan Díaz. «Brigada Colón,» capataz Rafael Alvarez Torres. «Brigada Castro,» capataz Ramón González (a) «Matamba.»
Habíamos olvidado decir que todos los obreros, además de los colores de su divisa, lucen en el sombrero la cuchara con que han de comer el rancho.
Varios grupos de éstos han recorrido las calles cargando sillas, platos, pipas con agua etc. etc. Dicen que á esta hora se está trabajando mucho.
Con lo cual queda demostrado que jurisconsultos y médicos, licenciados en Ciencias y Letras, Bachilleres, oficiales del ejército y de la Marina, periodistas, etc. etc. pueden rodar una carretilla ó manejar un azadón en momento, dado, á cambio de algunos callos en las manos.
¿Y ESTO?.... ¿QUE OCURRE?
A las ocho y media de la mañana recibimos el siguiente volante de uno de nuestros reporters.
«Se han disuelto las brigadas «Rey» y «Lealtad». De la brigada «Purita» hay dos obreros mareados. Se trabaja mucho.
«Uno de los presidiarios que trabajaba en los fosos sufrió un fuerte golpe con una piedra al caer de la muralla. Fue curado y atendido por «La Cruz Roja».
Los trabajos se hacen simultáneamente en las murallas á la derecha y a la izquierda saliendo por la Puerta de Santiago.
La mañana sigue por fortuna nublada y hasta las nueve y cuarto los obreros no han sufrido los rigores del sol.» .
¡LAS AGUADORAS!
Son las nueve y media y la gente corre y se arremolina por la calla de San Francisco. Los balcones se llenan de damas y caballeros.
¿Qué ocurre? ¿qué ocurre?
Corremos á la puerta. Son las brigadas de aguadoras que salen de la plaza de Alfonso XII !!
¡Viva la gracia!!
Qué espectáculo más grandioso!!
Qué derrocho de sol!!
Que hermosísimo es nuestro vergel borincano!!
Van de dos en dos las "elegantes señoritas, ornato de nuestra buena sociedad.
Purita Dorticos, de León y Marín y Adela Méndez abren la marcha. Cada una lleva en la mano un cesto con provisiones para obsequiar a los obreros de honor. Visten sencilla y elegantemente y las con pamelas y las sin pamelas, divididas hasta ayer por la fuerza de la opinión, se confunden hoy para formar un bouquet fragantísimo. La esencia fina de la fiesta. Gran número de damas y caballeros é inmenso público las siguen. Todos nos descubrimos al ver pasar á tan simpáticas aguadoras.
Oh! ... . quien fuera obrero de honor! ....
LAS AGUADORAS LLEGAN A LA PLAZUELA DE COLÓN
Es inmensa la concurrencia en este momento en la Plazuela de Colón. No cabe un alma más. Las bellas aguadoras en número considerable son recibidas por las bigadas de obreros y por la multitud con vítores de entusiasmo. La banda de voluntarios ejecuta La Borinquena. Un hurra inmenso, arrollador, se escuchaba en toda la plaza. Los trenes del tranvía de Ubarri y el vapor de Cataño no cesan de conducir pasajeros a la Capital, procedentes de los pueblos vecinos.
La ola humana crece de momento en momento en la Plazuela de Colon. Las aguadoras visten elegantemente y lucen los colores de sus brigadas respectivas. Semejan zagalas que van al campo en días de primavera. Con la llegada de las aguadoras a la plaza coincide la salida de un sol estival que empieza á caer de plano sobre los obreros de honor. Pasó el nublado. Parece que Febo envidioso no se prestó á negar su luz a esa otra luz del genero que acaba de invadir la plaza.
iQué espectáculo más hermoso!
Las aguadoras ocupan las tiendas de campaña.
EL GENERAL ORTEGA
El General 2do. Cabo, que tantas simpatías ha sabido captarse en esta capital, llega á la plaza en este momento. Los obreros y la multitud le saludan con grandes vítores. El general Ortega se confunde democráticamente con los capataces y con los obreros. Un detalle antes que se olvide: Nuestro querido amigo don Juan Macho Moreno, catedrático de las Escuelas Normales y obrero de honor colateral y sin pamela, fué el encargado de tocar la campana para llamar los peones al trabajo.
EL G ENERAL MARÍN EN LA PLAZUELA DE COLÓN
A las nueve y media llegó nuestro ilustre y querido gobernante á la plazuela, acompañado de su distinguida señora. La multitud les victoreó con frenesí. Una banda militar tocó la marcha real. El Cuerpo facultativo de los obrero y los capataces de las brigadas salieron á recibirles. El general inspeccionó las obras y se muestra muy complacido del éxito de los trabajos. La animación y el contento son generales.
En las tiendas de campaña circulan con profusión pastelillos, vinos, dulces, frutas, helados y champaña. Y es natural. Los obreros que sudan el quilo, es justo que unan lo útil á lo dulce, sobre todo cuando el tente en pié es servido por manecitas aristocráticas, blancas como la nieve, rosadas como un capulIo al entreabrirse á la caricias suaves del sol de la mañana. Es lástima que el calor de la estación, aún bajo tiendas de campaña, sea poco menos que insoportable.
EL RANCHO
Fué confeccionado en el Cuartel de Artillería y dicen que es suculentísimo. Hemos visto pasar dos enormes calderos que lo contienen; pero nuestros reporters parece que se han metido en fiesta. Hace más dé hora y medía que no .recibimos notas de lo que está ocurriendo en el teatro de los sucesos. Y el tiempo vuela y nuestros lectores de la capital y del interior esperarán con ansia La Correspondencia para que le relatemos con todos sus detalles lo del día. Nos dejarán los reporters en las astas del toro?' Tendremos que esperar hasta mañana para poder ampliar noticias? Nos perdonarán nuestros abonados las omisiones involuntarias en que podamos ocurrir?
Nos dicen que el rancho está de buten. Los obreros cada uno con su plato y cuchara correspondientes, se han repartido por las tiendas, por el teatro, por la plaza, para comer, en el suelo ó sobre una silla, su ración. Hasta algunas de las aguadoras que se cobijan del sol en las tiendas, no han desdeñado probar el rancho. El joven Director de La Correspondencia dicen que se ha salido de madre. Ha comido y bebido por diez. Su tienda fué visitada por los generales, Gobernador y 2do. Cabo, donde se dieron entusiastas vivas. Olvidábamos decir que cada brigada tiene dos tiendas, primorosamente adornadas, llamando entre todas la atención las de las brigadas "Matilde","Laguna" y "Marí".
UN ACCIDENTE
Hay que lamentar el hecho de que nuestro respetable amigo don Manuel Rossy (padre), que se encontraba en una de las tiendas, sufriese repentinamente un fuerte síncope, sin duda á causa del calor que hacía. Acompañado de sus hijos don Manuel y don Jesús, del doctor Goenaga y otros amigos, fué conducido en coche á la Farmacia de Blanco y de allí á su casa.
COMPAS DE ESPERA
Los trabajos están en receso á medio dia. Las aguadoras han vuelto á sus casas para regresar á sus faenas esta tarde
Algunos grupos de obreros recorren las calles alegremente, dando vivas al progreso. En la plazuela hay verdadero derroche de pastelillos, dulces, refrescos, vinos, champagne, no sólo entre los obreros, sino también entre los expectadores. El general Marín repartió con profusión tabacos de la Habana entre las brigadas. Estas rivalizan en generosidad por levantar altas sus banderas. Muchos hombres del pueblo han tomado las herramientas para ayudar en los trabajos. La animación es general. Toda la ciudad está de fiesta.
A la una concurrimos un rato á la plazuela de Colón. Reina allí la alegría por toda partes. Los obreros están de recreo. En las tiendas se come, se bebe, se toca la guitarra y el güícharo. Es aquello un verdadero jubileo. Las gentes van y vienen por todas partes.
Se distinguen por su regocijo y entusiasmo los jóvenes don Ramón González (Matamba) López Zárate, Ramón B. López, etc. La comisión técnica acaba de expedir el siguiente cablegrama á Madrid:
Presidente Consejo Ministros: Comisión obreros de honor ruega comunique á S. M. la Reina, delirante gratitud pueblo puertorriqueño por derribo murallas. Coronel Laguna.
OTRO ACCIDENTE
Acabamos de saber con pena que el obrero de honor don Francisco Palacios, ha tenido que retirarse enfermo con un ataque cerebral. Una comisión de la "Brigada Marín", á la cual pertenece, fue seguidamente á visitarle á su casa.
REGALOS
Todas las brigadas han rivalizado en hacer bonitos regalos á ias jóvenes aguadoras que están á su servicio. Mañana daremos mas detalles respecto del particular. La brigada "Laguna" obsequió con una medalla al general Marín. Es la una y media. Los trabajos se reanudarán á las dos de la tarde. Es lástima que el tiempo esté amenazando lluvia. Reina gran entusiasmo entre los obreros y sus directores. El orden que reina es ad mirable.
OTRO SUSTO
Un hijo de nuestro estimado amigo el señor teniente coronel don Francisco Sánchez Apellaniz, sufrió en la plaza la caida de un caballo que montaba. Fué asistido por los doctores Goenaga, Saldaña y del Valle. Afortunadamente no ha sido cosa de novedad.
Nuestro amigo el Lcdo, don Ricardo La Costa, se ha declarado un famoso orador al aire libre. Esta mañana, después de haber hablado en varias tiendas en un momento de entusiasmo, fué sacado en triunfo por algunos obreros de la brigada "Reina Regente", y subido en una silla pronunció un speech alusivo al acto que se celebraba. Desde allí continuó extremando sus facultades oratorias en otros extremos de la plaza. No hay duda que el champagne como dijo no sé quien, es el vino de los dioses. Mueve las ideas.
¡ OLE YA !!
A las dos de la tarde se reúnen de nuevo las aguadoras en la plaza Alfonso XII.
Llevan cestos repletos de frutas.
Chinas, mangós, plátanos, nísperos, piñas; etc. etc.
Volverán á la plazuela para llevar con qué refrescar á los obreros que bien lo necesitan, porque el calor de la estación y los refrescos que se han consumido lo exige así.
La calle de San Francisco es una verdadera romería. Infinidad de elegantes damas y caballeros se dirijen en grandes grupos á donde se hacen los trabajos del derribo de las murallas.
Una comisión compuesta de los capataces de las brigadas visitó hoy á medio día á S. E. el Gobernador General, con objeto de poner en su conocimiento el proyecto de expedir el telegrama de que hablamos en otro lugar, al Sr. Presidente del Consejo de ministros. S. E. aprobó el proyecto y recibió la comisión con su acostumbrada galantería.
Son las tres de la tarde, hora de empezar á compaginar La Correspondencia; el tiempo está le mal cariz y caen algunas lloviznas que se temen puedan aguar la fiesta esta tarde, cuando más rumbosas prometían ser. Tenemos que cerrar esta narración para continuarla con más detalles mañana. Hasta mañana, pues, que también queremos ir á la plazuela.de "Colón" á tirar una cana al aire.
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