LOS FERROCARRILES |
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Aprobado
el remate de los "'ferrocarriles de esta Isla, ya se están
estudiando, por el Ingeniero Monsieur Le Brun, las condiciones generales
que ofrece para su instalación, y se aguarda en París su informe para
formalizar la Compañía, y dar principio sin demora á los trabajos.
Este asunto importantísimo, en que todos fundan las más legítimas
esperanzas de un porvenir de gran prosperidad para este país, merece la
preferente atención de la prensa local; se la daremos por nuestra parte,
y veremos con gusto que los demás órganos de la publicidad bagan lo
mismo, tratándose de una obra, que, más que otra alguna, atañe á los
intereses materiales y morales de esta sociedad. Otras
seguirán pronto, no hay que dudarlo. El que ayer interesaba vender
terrenos, se retrae; el que no sonaba en su compra á los mismos ya la
ambiciona, y se le hace más dificultosa.
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La
línea litoral dará así la vuelta á la Isla entera, en medio de una
sucesión continua de factorias á las cuales llevrará la caña el
combustible, las maquinarias, los abastos de toda clase, y de las cuales
recibirá los productos para embarque, especialmente de la Capital, de
Ponce y de Mayagüez, en busca de ios vapores que los visitan, mientras
que los azúcares mascabado suelen cargarse en el punto más cercano, en
buques fletados, al efecto. Cada factoría que se levante traerá la instalación de ferrocarríles agrícolas; éstos ahoraran un gran número de bueyes de trabajo, detolviendo al cultivo de la caña la extensa superficie que sirve hoy al sustento de las bueyadas. Ete hecho y eI mayor rendimiento del retoño, seran un poderoso estímulo para la extensión de los cultivos, accesibles a lo largo de las vías públicas al más ínfimo propietario; lo que traerá a su vez ía mayor actividad en los tráficos, siendo así que todos los progresos se encadenan.La garantía del % exime
á laCompañía de toda preocupación sobre los rendimientos de su
explotación; sin embargo, no es indiferente pensar que se puede confiar
en verlos aumentar rápidamente, hasta cubrir por sí mismos el tipo
garantizado, y excederlo, salvando al Tesoro público de todo gravamen.
Supongamos que la producción azucarera alcanza 150 á 200 000
toneladas, siendo tributaria, como tiene que serlo, del ferrocarril;
dificil será hallar condiciones más favorables. ¿Quién ignora el gran
adelanto de Cayey, desde que se abrió la carretera? Y aquí se trata
simplemente de una vía terrestre y de un pueblo de los más
elevados. Cuánto más provechoso será un ferrocarril uniendo y
recorriendo todos los pueblos y ciudades del litoral, todos sus puertos y
sus llanos! Estamos convencidos de
que no hay prosperidad posible sin ferrocarriles para esta Provincia,
mientras que con ellos y por ellos el progreso se manifestará aquí
también bajo todas las formas y en todos los ramos. Luchando con armas
iguales, pocos paises habrá que posean condiciones más favorables que
éste, para alcanzar una gran prosperidad. Comprendiendo la
trascendencia de la obra que está para ejecutarse, el Gobierno y la
administración se esmerarán en favorecer eficazmente la empresa, en
allanar obstáculos, y en admitir aquellas reformas que mejor con vengan. Confiemos, pues, en el mejor éxito de todo; la Compañía se constituirá en las condiciones más favorables; el porvenir justificará nuestras esperanzas y nuestras previsiones. |
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