Sr. Director de LA CORRESPONDENCIA.
Muy Sr. mío y amigo :
Ofrecí ayer dar á usted una revista detallada de las fiestas celebradas por los Gallegos en honor de su Patrón Santiago, y aunque compren de que me comprometí á más de lo que mi escasa inteligencia puede cumplir, después que otros colegas locales, con plumas mejor cortadas que la mía se han ocupado del asunto voy á ver si con la ayuda de Dios y de mi no escasa memoria (que mucho se necesita para retener tanta belleza) logró salir airoso de mi compromiso, esperando de la amabilidad de mis lectores que en gracia á mi buen deseo, y á la poderosa razón que subrayo, sabrán dispensarme las omisiones que contenga.
Pasaré por alto la narración de las fiestas, músicas, fuegos, retretas, maitines y vísperas que según programa tuvieron lugar en los dias 23 y 24, como presajio del gran acontecimiento que había de llevarse á cabo el 25, puesto que de ellas ha hablado usted ya en números anteriores y sólo me concretaré á detallar las de este ütlimo, día del apóstol Santiago en que los Gallegos, así como Castellanos, Catalanes y Astures, que previa invitación de la Directiva del Centro Gallego tomaron parte en dicho festival, echaron, como vulgarmente se dice,* la casa por la ventana.
Al romper el dia referido, una música en alegre diana, obligó á abandonar el lecho á los vecinos de Puerta de Tierra, disponiéndoles para los actos religiosos y diversos regocijos populares qiíefles esperaban.
Desde esta hora no cesó de afluir en Puerta de Tierra inmenso gentío que procedentes de esta Capital, Rio-piedras y Santurce, á pié unos, en coche otros y en el tren los más, acudían á gozar de los gratísimos esparcimientos de todo el dia.
A las nueve de la mañana se celebró en la iglesia del referido barrio, solemne misa con acompañamiento de orquesta y panejírico á cargo del elocuente é ilustrado orador sagrado padre García, capellán del Hospital Militar de esta plaza, según estaba anunciado en el programa. Dicho acto religioso al que concurrió multitud de distinguidas y apreciables damas de nuestra sociedad, fue presidido por el señor Alvarez Pérez con asistencia del Director y Administrador respectivamente del Galicia señores Vázquez Soto y D. Isidro Freyre, Secretario del Centro Gallego señor Mendín, así como de las representaciones de Castilla y Cataluña, compuesta del señor Regúlez la primera y de los señores Sauri, Torner y Pujol la segunda, y varios microscópicos farruquiños de ambos sexos que hicieron estos últimos el ofrecimiento del Santo Sacrificio.
El padre García en un brillante y filosófico discurso hizo el panejírico del Santo, demostrando una vez más con su.elocuencia y fácil lexpresión, las dotes sobresalientes de orador sagrado que posée.
Terminado el acto religioso, se quemaron algunos fuegos y se procedió á la distribución de limosnas á los pobres en los elegantes kioscos gallego y catalán levantados cerca del templo parroquial. En el kiosco de los gallegos sé repartieron gran cantidad de limosnas en metálico, y durante su distribución una excelente música no cesó de tocar aires provinciales, cerrando el acto el señor Alvarez Pérez ( alma de toda la fiesta ), con sentidas frases y vivas patrióticos que encontraron eco en los agradecidos corazones de tanto desgraciados que acababan de ser Socorridos.
En el de los catalanes á los acordes de la música que galantemente cedió el señor Alvarez Pérez tan luego como la hubo obsequiado en su kiosco con exquisitos manjares y vino, de todo lo que. participaron los allí reunidos, se distribuyó igualmente por una Junta de señoras, una limosna compuesta de pan, arroz, habichuelas y un vellón en efectivo á todo el que se presentó á recibirla sin distinción de personas, edades ni sexos, siendo de notar que hubo que repetir á algunos la limosna por haber sobrado cierto número de éstas y no quedar más pobres á quienes socorrer. El metálico que quedó, el señor Babí que nunca le falta humor para hacer una de las suyas, lo tiró á los muchachos fuera del kiosko por el placer de verles revolcarse, disputándose la presa.
Que era imponente y conmovedor el sublime acto de la limosna, no hay ni para que decirlo. Allí era de ver al manco, al cojo, al ciego y á la infeliz anciana, que ni aún apoyada en su bastón, á duras penas podía llegar á la mesa á recibir los consuelos de la caridad. También en el kiosko catalán, el señor Alvarez Pérez que estaba en todas pactes, cerró el sublime acto de la distribución de limosnas, subiéndose sobre la mesa en, que acababa de repartirse, é hizo con potente voz encomiástica apología de los catalanes, y terminó diciendo que sin desairar á Galicia á cuya privilegiada tierra se honraba en pertenecer, desearía también ser catalán, y en su excesivo amor patrio repartirse en pedazos para que á ser posible pudiera pertenecer á cada una de las provincias españolas, prorrumpiendo en un entusiasta grito de Viva España que fue repetido por más de mil personas allí reunidas.
Seguidamente se bailó una danza mientras se arreglaba la mesa para servir en ella un expléndido almuerzo con que un entusiasta catalán obsequió en dos tandas á más de treinta personas, por ser imposible su colocación en una sola. A la primera en que hizo los honores en representación de Cataluña el señor Saurí se cedió la preferencia al bello sexo que fue reemplazado luego por el feo. En esta segunda tanda en que asistió el señor Ozores digno Vice Presidente del Centro Gallego en representación de Galicia, se pronunciaron sencillos y bonitos discursos. Los señores Oliva y Ramonet se multiplicaron sirviendo y atendiendo á sus comensales, y el señor Ozores con fácil palabra brindó por la unión y confraternidad de todas las provincias españolas, estimulando á la repetición de actos como el que se estaba celebrando, puesto que entendía que ellos contribuirían poderosamente á fomentar la verdadera sociedad fuente de todo progreso, sin rencillas ni suspicacias de ningún género que la consumieran.
En este estado el señor Brau que acompañado de su distinguida familia acudía también á la fiesta, á instancia de los catalanes se detuvo y penetró en su kiosko en el que fue obsequiado y brindó en verso por la prosperidad de Cataluña. El señor Alvarez Pérez que, como ya hemos dicho antes no cesaba de correr de un lado á otro, si no tomó participación en el almuerzo de los catalanes, la tomó en cambio en sus brindis y expansiones é hizo uso de la palabra aludiendo al señor Brau, quien le contestó con el último verso de los que leyera en el matinée el día anterior en el Teatro, terminando el almuerzo á las dos y media de la tarde reinando la mayor harmonía entre todos Mientras esto sucedía en el kiosko catalán, los gallegos en el suyo no cesaron en sus bailes, cantos y demás diversiones propias del caso, obsequiando con cerveza y dulces á cuantas personas les visitaron.
A las tres de la tarde en que los trenes atestados de transeúntes que ávidos de expansión se trasladaban á Puerta de Tierra á gozar de las fiestas y en que los castellanos tomaron posesión de su kiosko, empezó la verdadera romería. Allí el Señor Zamorano y otros subidos en un andamio, distribuyeron excelente vino con profusión á todo el mundo. Aquello era un verdadero derroche. Los catalanes también obsequiaron con borregos de Cadeden fabricados en Puerto-Rico Carquiñonis, rosquillas, pastillitas de chocolate y mistela superior. Aquí los señores Oliva, Torner, Babí, Pujol, Torres y Kamonet, algunos de ellos ostentando la tradicional barretina, no cesaron un momento de atender y obsequiar á las distinguidas familias que sentadas unas y en pié otras, invadieron el kiosco, sin que ni las carreras de velocipedistas, maromas y demás juegos, bautizo de la calle de Santiago y procesión que resultaron todos con mucha concurrencia y lucimiento, fueron causa bastante para amenguar en los kioscos de Galicia, Castilla y Cataluña la multitud de personas en ellos apiñada, que duró hasta las nueve de la noche en que algunas familias fueron retirándose.
Al oscurecer fueron profusamente iluminados á la veneciana los kioscos, presentando un golpe de vista admirable. Se veía en primer término al Astur caprichosamente adornado: á éste le seguía el Catalán que á más de la multitud de faroles de vivos y bonitos colores, tenía prendidas ocho gasolinas y á continuación los de Castilla y Galicia no menos iluminados. En este último, kiosco ó sea en el de Galicia se quemaron abundantes atronadores y vistosísimos fuegos de artificio. En unos y otros se bailó, cantó y divirtió á más y mejor.
En fin para concluir, pues me haría interminable, reasumiré diciendo que la fiesta improvisada y con falta de tiempo por lo que á los Castellanos, Catalanes y Astures se refiere, resultó expléndida y como jamás se había visto. La animación fue general pues puede decirse que la Capital entera acudió á ella, quedando todo el mundo completamente satisfecho y con deseos de que las demás provincias Españolas, incluyendo en ellas Puerto-Rico, imiten á los Gallegos honrando á sus Patrones respectivos con fiestas y romerías de esta índole que quiten de uno vez para siempre la nostaljía y amodorramiento en que tienen sumidos á los vecinos de esta Capital,las espesas murallas que la rodean.
Termino pues esta mal coordinada relación enviando un caluroso aplauso á todos los que tomaron parte en la fiesta y despidiéndome hasta otra se repite siempre suyo y affmo amigo s. s. q. b. s. m.— Un Observador:
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