Ayer tarde y anoche presentaba animación indescriptible el Campo de Covadonga en Puerta de Tierra, pues calculamos que no bajaban de 10 á 12 mil personas las que como un inmenso hormigüero humano, estaban congregadas en aquellos sitios.
Todos los coches particulares y de alquiler de esta Capital, Santurce y Rio-piedras no cesaban de ir y venir y el tranvía viajaba constantemente de la ciudad á Puerta de Tierra atestado de pasajeros.
Necesitaríamos muchas cuartillas y espacio de que no podemos disponer, para hacer una descripción detallada de las fiestas. Bastará decir que en todos los kioscos reinaba la mayor animación y fraternidad: se bailaban jotas, muñéiras, sevillanas y danzas; en el andaluz, el amigo Mármol estaba hecho un brazo de mar con su calañés, chaqueta y faja, que nos recordaba el Triana, que domina la Giralda y besa el Guadalquivir; las cañitas del oloroso, no eran por ciento, sino por miles que se repartían y las guitarras y peteneras no cesaban por todo lo alto.
¡Hasta Maracuto entusiasmado echó su cana al aire. Las Stas. de Ayuso y otras que no recordamos, vestían el clásico trage de la tierra de María Zantísima, llevando con salero y donosura la indispensable peineta y la blanca mantilla.
En el espacioso y elegante kiosko de los asturianos, promovedores y verdaderos héroes de la fiesta, no cabía un alma más y no pecaremos de exagerados si decimos que pasaban de seiscientas parejas las que bailaban. Entré infinidad de niñas que lucían el pintoresco traje popular de Asturias, conocimos a las bellas señoritas de Cañal, Abarca, Díaz Estébanes, Trápaga, Miranda, sintiendo no recordar los nombres de las demás. La linda señorita de Montoto estaba encantadora con su lujoso y caprichoso traje que nos recordaba á Norma, encargada de mantener vivo el. fuego sagrado. La comisión de los festejos en el kiosko se multiplicaba por atender á todos los concurrentes: los espiches de las barricas de sidra se mantenían á chorro vivo y las bandejas de las clasicas rosquillas no cesaban de circular por aquel inmenso salón. Los asturianos han dejado á gran altura su bandera.
En los demás kioskos de puertorriqueños y cubanos, asturianos, etc. etc. y en el de el popular Panchón, era también todo animación y alegría. Covadonga había vencido á Tarifa y todo era placer y contento.
La Procesión cívica
Resultó brillantísima la que ayer tarde recorrió las principales calles de esta Capital y luego se dirigió á Puerta r'e Tierra.
Abría la marcha un buen número de jóvenes vestidos de guerreros á la usanza de los gloriosos tiempos de la Reconquista. Después por el orden respectivo en elegantes carrosas adornadas convenientemente y con sus correspondientes es tandartes, seguían la comisión de la provincia de Asturias y el famoso carro típico cantador acompañado de gaita y tamboril. Después con lindisimos trajes provinciales, representación de las provincias de Aragón, Cataluña, Extremadura,
Cuba y Puerto-Rico, islas Baleares, provincias de Galicia, islas Canarias, Andalucía, Vascongadas y Navarra y Asturias. Después, antes de los carruajes en que iba la comisión íhixta encargada de los festejos á N. S. de Covadonga lucía una gran carrosa triunfal representando, á la nación española.
Seguía una excelente banda de música y un gentío inmenso. Escusamos decir que la procesión cívica presentaba un aspecto magnífico y que los balcónes y azoteas estaban atestadas de personas que con satisfacción la contemplaban.
Los nobles astures y todos los que han con tribuido á las fiestas en honor de la tradición; Virgen de Covadonga, deben estar orgullosos de su obra. Nosotros los felicitarnos sinceramente.
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