El Sr. Alcalde-Corregidor ha presentado ante el Excnm.
Ayuntamiento la. siguiente notable moción, la cual fue tomada en
consideración por unanimidad.
Excmo. Ayuntamiento.—El Alcalde que suscribe tiene el honor de exponer á
V. E., que preocupado hace algún tiempo, con la importantísima cuestión
de abastecimiento de agua para la Ciudad, ha tenido ocasión de entrar en
todos los detalles que á dicha cuestión se refieren, entre los que ocupa
un lugar preferente el lavado de ropa, ya por lo que influye en la
economía doméstica, ya por lo que respecto á la industria misma, ya
también por el consumo de agua que supone y que afecta directamente á la
cantidad de tan primordial artículo, necesario para atenciones más
preferentes de la vida.
Los daños que el lavado de ropas ocasiona en las casas de vecindad son
tan generalmente sentidos que sería supérfluo el reseñarlos. Todo el
mundo sabe en esta población que el lavado agota los algibes en una
décima parte del tiempo que podrían durar sus aguas si no sirvieran para
aquel uso; todos saben que los patios están constantemente sucios y
mojados por causa del lavado; y que las habitaciones bajas del interior
se resienten de la humedad que con dicho servicio adquieren. Y no
hablemos de las épocas desgraciadas de epidemias, porque entonces el
lavado de las ropas de los enfermos hecho en las mismas casas es un
medio de trasmisión que coopera poderosamente al desarrollo y al
sostenimiento del mal.
Bajo el punto de vista de la economía doméstica, basta para formar
juicio cierto de lo que es el lavado de ropas tal como hoy se ejecuta,
oir las constantes quejas de las amas de casa, de las que se deduce que
aquel servicio es uno de los que peor se llenan, sin embargo de ser de
los más caros.
Preciso es, pues, fijar la atención en este importante ramo de la vida
y buscar los medios de regularizarlo, á ejemplo de otras poblaciones que
no son por cierto mejores que esta Ciudad, y que, no obstante eso, gozan
hace ya tiempo de los beneficios de un servicio regularizado, bueno y
relativamente económico. Es tanto mas de atenderse este servicio, Excmo.
Sr., cuanto que sus consecuencias afectan no solo á la economía
doméstica y á la Higiene privada sino que tienen también influencia en
la Higiene publica, lo mismo en los tiempos normales que en los de
epidemia. V. E. comprenderá de cuanta valia para la población ha de ser
el que se económico la mitad y tal vez hasta las dos terceras partes del
agua que hoy se consume, y que es invertida en el lavado de ropas : y V.
E. apreciará de cuanta importancia es que pueda llevarse al interior de
las casas la limpieza que hoy no les es dable obtener.
Bien sabe el Alcalde que suscribe que para ello se necesita disponer de
un caudal de aguas, por lo menos igual al que ha de dejar de tomarse de
los aljibes, y si no hubiera encontrado la manera de proporcionarlo no
vendría á ocupar la atención de V. E. con una mejora irrealizable. La
Ciudad tiene por fortuna agua y agua en cantidad suficiente para el
servicio de que se trata, según el juicio pericial del Sr. Arquitecto
del Municipio, El proponente, acompañado de dicho funcionario, ha
examinado los pozos naturales que existen en la primera línea de
fortificación, entre el "Polvorín" y el puente de "San Antonio",
conocidos vulgarmente con el nombre de los pozos del puente; y ellos
producen el apetecido líquido en cantidad sobrada para el uso que se
propone; y aún en el caso de que se quisiera aumentar la masa de agua,
podría hacerse fácilmente y á poco costo aprovechando otro pozo natural
que se encuentra á mano izquierda saliendo del puente citado á menos de
un kilómetro distante de los primeros.
Esos pozos, que en la actualidad utilizan muchas lavanderas, si bien con
la exposición y las contrariedades propias de todo trabajo a la
intemperie, pueden ser limpios arreglados con poco gasto puédece y sobre
ellos construir lavaderos públicos de extensión proporcionada á las
necesidades de la población, y por consecuencia regularizar el servicio
del lavado de ropas, con beneficio de las mujeres que á él se dedican y
que podrán introducir en su industria la división de trabajo tan
recomendada por la ciencia, separando el lavado del planchado, cuya
unión es hoy quizás el origen de algunas enfermedades y accidentes
físicos violentos que se hallan expuestas las personas que desempeñan
ambos servicios a la ves. En esos lavaderos además pueden
proporcionárseles los recursos y comodidades de que hoy carecen para su
oficio; y se les evitará hallarse expuestas continuamente á los rigores
del sol y de la lluvia. Y téngase en cuenta que la distancia á que se
hallan los pozos de esta Ciudad no es en manera alguna un inconveniente
para concurrir á ellos, puesto que se puede hacer á pié el camino en
veinte minutos lo más.
El vecindario de la Ciudad ha de sacar, por su parte, provecho y no poco
de la construcción de los lavaderos. Las casas se verían por este solo
hecho más limpias y secas; los aljibes conservaran constantemente mayor
cantidad de agua, hasta el punto de que quizás no se hagan sentir las
sequías como hoy; las familias obtendrán una regularidad positiva en uno
de los servicios más interesantes de la vida doméstica; y el pueblo
todo, Excmo. Sr., en caso de necesitar agua para beber, no se verá
expuesto á que hombres sin conciencia, por un miserable lucro, se la
vengan á ofrecer de los sitios mismos en que se han lavado ropas de
variolosos, como, por más increíble que parezca es cierto que se ha
hecho durante la última epidemia.
Las consideraciones que dejo expuestas bastan sin duda para llevar al
ánimo de V. E. la convicción de que la humilde propuesta de construcción
de lavaderos públicos, envuelve en si bienes de consideración para este
pueblo, que seguramente no mirará V. E. con indiferencia. La parte
económica y facultativa de el proyecto será presentada por el Sr.
Arquitecto; y el Alcalde se promete que V. E. no titubeará en gastar
algunos pocos miles de pesos, en cambio de una obra de utilidad pública
que ha de proporcionar mayor lucro á las clases pobres y más bienestar á
todas las que componen esta sociedad, cuyos intereses administra V. E.
El proponente cree además oportuno agregar que, en caso de que V, E.
se sirva acoger la moción y lleguen á ser una realidad los lavaderos
públicos, por lo pronto no debe exigirse estipendio alguno á las mujeres
que los ocupen, por que tal vez esto sería una gran rémora para la buena
organización del servicio más tarde probablemente la competencia de los
concurrentes dará motivo para que el Municipio saque una pequeña renta
de la obra que hoy se propone, é imponga una contribución á las
planchadoras como objeto de industria, resarciendo así los gastos que
hoy haga.
La obra envuelve en si una gran mejora que no dudo estimará el público
en todo lo que vale ; y V. E. por su parte, propenderá á que sus
administradores disfruten de los beneficios que ha de producir y que son
á todas luces de los primeros que están obligados á proporcionar á los
pueblos sus representantes en la esfera de lo municipal. —Puerto-Rico 18
de abril de 1876. Francisco Bastón.
Con la misma sinceridad con que impugnamos la moción relativa á los
trabajos preliminares del ensanche y á los de construcción de casas por
cuenta del Municipio; aplaudimos ahora sin reserva este conveniente y
sensato proyecto del Sr. Bastón que, si se realiza, está llamado á
influir favorablemente en la salubridad de la capital, en la comodidad
del público que podrá tener muchas y buenas lavanderas y en la
prosperidad de las mujeres pobres que actualmente ó no pueden lavar por
no permitirlo la estrechez de los locales en que viven, ó o hacen mal
con gran perjuicio de los amos de ropa y de las casas. En cuanto á la
contribución que indica el Sr. Alcalde que podrir echarse en lo futuro á
las planchadora, creemos que no debe pensarse en ello, tanto porque es
demasiado pobre y penosa esa pequeña industria como porque ya es crecido
el tributo que las indicadas pagan á los carboneros.
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