A las cuatro y media de la mañana de hoy los pitos de alarma pusieron en movimiento al pueblo.
En el caserío de Puerta de Tierra y sitio denominado «El Tártago» se había declarado un incendio.
El pueblo acudió en el acto, porque el pueblo es el que menos se recata en los momentos de verdadero peligro, exponiendo su vida sin mas premio ni recompensa, que la satisfacción intima del deber cumplido.
Cuando ya el fuego había tornado incremento llegaron dos bombas de la capital, arrastradas por hombres y en lamentables condiciones resultando casi nulos sus servicios. Por mas esfuerzos que se hicieron fue imposible evitar los tristes efectos del voraz elemento.
Catorce casas y algunos ranchones han sido totalmente destruidos entre las que figuran, una de Polonia Mejía, dos de Arturo Carreras, una de Gregoría Molina, una de Valentía Falú, dos y un bohío de Manuel Gestera, dos de Alejo Ciernente, tres y un ranchón de panadería de Ángel Pavón, una de Francisco Orlandi (asegurada) y una de Juan Chachú.
Algunas que no se quemaron sufrieron desperfectos como la de Antonio Fern[andez y la de Sotero Perrero.
Todo aduce á creer que el fuego ha sido casual dando principio por una casa de Antonio Kierna que habitaba Carmen Velez quien está, alquilada en Santurce y tiene la costumbre hacer café antes de salir para su colocación. Ha sido detenida en averiguación de los hechos.
Se advirtió del incendio el vecino José Monje quien dio la voz de alarma y avisó á la señora de Florit quien lo hizo á la vez á los guardias de servicios Nicolás Carreras y Pió Confesor Vargas.
El cabo interino de servicio Manuel González Robles, avisó por teléfono á la Jefatura y a la primera brigada de la capital, presentándose en el acto el comisario Sr. Gómez, el guardia Raimundo Casanova Pilar Miranda y el cabo comandante Juan Roiriguez
De la capital salieron para el lugar del siniestro el 1e. Jefe del cuerpo de Bomberos, los dos Jefes de Policía, el arquitecto municipal, concejal Sr. Silva y el Sr. Berrios.
A las seis y media llegó el Sr. Alcalde al lugar del siniestro. Los bomberos incansables hacían esfuerzos titánicos por sofocar el incendio; esfuerzos inútiles por la absoluta falta de elementos.
Con este motivo el pueblo no disimuló su disgusto y nosotros creemos que es verdaderamente crimínal lo que viene pasando con el cuerpo de bomberos. O esta institución debe ser una verdad dotándolo de los elementos necesarios para que responda eficazmente al elevado fin para que ha sido creada, ó debe desaparecer para evitar espectáculos como el de hoy.
Ser ó no ser.
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