La ordenanza de Sanidad que obliga á los caseros de Puerta de Tierra a establecer inodoros, resulta impracticable, y hasta cierto punto inhumana contra aquellos modestos propietarios.
No se explica como no habiendo allí alcantarillado, quiera obligarse á los dueños de casa á instalar grandes tuberías de desagüe al mar, lo cual implicaría un enorme gasto,que no estaría en relación con la finca ni con las rentas que esta producen.
Por otro lado, si la medida es rigurosa y fundada en exigencias de
salud pública, ella ha de ser general y no concreta a determinados propietarios, con lo que no se conseguirá ya el fin perseguido.
Recordamos que antes de instalarse el alcantarillado en las calles de Sol y San Sebastián, no exigió la Sanidad a los caseros de estos recintos montar inodoros, y se esperó que la obra estuviese concluida para exigirse el cumplimiento de esa disposición sanitaria.
En Puerta de Tierra piensa tambien el municipio instalar un alcantarilllado de barro, tal vez en el próximo año fiscal. Y sí es así, con mayor motivo debe aplazarse para aquel tiempo lo que hoy se exige a los caseros y lo que no podrían cumplir por no haber medios de ejecutarlo.
Es de esperarse, pues, que esa ordenanza obligando a la instalación de inodoros en Puerta de Tierra, sea aplazada, pues se vé con disgusto que en un barrio tan olvidado de la administración como Puerta de Tierra, se imponga tantos deberes y no se reconozca el derecho a reformas necesarias.
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