Esta mañana informó el gobernador Post á los reporters de la prensa local, haber recibido horas antes una comisión de la Junta Superior de Sanidad compuesta del Superintendente del ramo y presidente de la misma doctor don Tomás Vázquez y el vocal doctor Saldaña, con cuyos señores estuvo conferenciando largo tiempo acerca del estado sanitario de San Juan con relación á la fiebre tifoidea que se ha propagado de manera alarmante en la ciudad.
Dijo Mr. Post, que el no cree que exista epidemia de tifoidea, aunque sabe de la existencia de muchos casos en San Juan y la isla. Creo—continuó -que las autoridades de esta ciudad están haciendo todo lo posible por combatir esa enfermedad, pero hay tantas causas á que puede atribuirse el origen de ella, que es casi imposible atacarla con eficacia.
Hay gran falta de alcantarillado en Puerta de Tierra—dijo—y la gente pobre vive muy aglomerada; las calles son de tierra y el polvo que se levanta de ellas al paso de los vehículos ó con el viento se introduce en las casas de vecindad, todo lo cual yo considero que es nocivo á la salud, pero se hace difícil saber si este ú otro son los motivos de la llamada epidemia de
tifoidea.
Hace algunos momentos—sigue Mr. Post- conferencié con el doctor Gómez
Brioso, oficial de sanidad local, y me explicó éste los métodos que se están usando por su
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departamento para contrarrestar la propagación de esta enfermedad y creo que es bastante lo que se está haciendo con los recursos de que para ese servicio se
dispone.
Una de las causas que hasta ahora podemos creer como propagadoras de la fiebre
tifoidea, es, á nuestro entender la existencias de pequeñas casas en los poblados de Puerta de Tierra y Santurce, á las cuales por su inferioridad, no pueden exigirsele grandes medidas sanitarias, no obstante de hallarse situadas entre otras grandes casas, dotadas de todas las exigencia de la sanidad. De ahí que en esos sitios el saneamiento sea un problema difícil de resolver, teniendo también en cuenta la falta de alcantarillado para los desagües.
Las medidas que hemos acordado en nuestra conferencia de hoy son los siguientes:
Publicarse por el gobernador una proclama, haciendo obligatorio á todo médico ó individuo cualquiera, denunciar ante las autoridades de Sanidad todo caso de enfermedad contagiosa.
El Gobernador llamará después en conferencia á los médicos más prominentes para, en unión del Superintendente de Sanidad, acordar un reglamento especial para combatir las enfermedades contagiosas en toda la isla, pues las leyes de sanidad resultan incompletas en cuanto á este particular se refieren. Dicho reglamento se someterá al Consejo Ejecutivo,quien podrá o no aprobarlo, pero sin alteraciones de ningún género. |