A las dos de la madrugada del sábado se declaró un gran incendio en el almacén que los señores Infanzón y García tenían en la calle de San Agustín, parada 6 y media.
El fuego tomó rápidamente un gran incremento debido á la fuerte brisa que reinaba, y se propagó á las siguientes casas, que fueron todas destruidas por las llamas:
La número 99, propiedad de Pellón y Co.; la 101, de Adolfo y José Pérez Martínez; la 103, de Eduardo Méndez (este señor perdió también una casa más sin número, y dos ranchones de su propiedad nada de lo cual estaba asegurado) ; la 93, de Rafael Ojeda; la 105, de B. Fernández; la 10, de la calle Matías Ledesma, de Julián Silva; 92 y 94, de Juan Fernández Quintana; la 111, de Teresa Iglesia, viuda de Agrait; las 107 y 109, de D. Pedro Bouret; la 8 (de la calle Matías Ledesma) de Martín Belber; Kiosko de Emilio Salas; otras casas, sin número, de Manuel Hernández, Ángel Pizarro, Pablo Hernández, Laciano Monterlan y Sotero Monje; la 81 (de la carretera) de Rafael Ojeda; la 83 (de la carretera) y otro kiosko, de Rafael Ojeda también ; las 85, Infanzón y García; las 95 y 97, de Sánchez Morales y Co. y un ranchón de Teresa Iglesias viuda de Agrait fueron desmanteladas para, procurar localizar el incendio, que amenaba destruir todo el poblado.
El total de casas quemadas, como se vé, es de 23 y además tres destruidas. En muchas de esas casas había establecimientos comerciales entre ellos algunos importantes, como el de Mariano
Carbonell.
Luchando por extinguir el siniestro, resultaron Gumersindo Díaz y Gregiorio Rijos con quemaduras en el brazo derecho; y José J. Figueroa, inspector de Bomberos de Santuree, con herida en el dedo meñique de la mano derecha, todos los cuales fueron asístidos en la Sala de Socorros.
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El joven Emilio Iglesia, ex-consejal del Municipio, se cayó de una casa de altos á la calle, y además de las importantes contusiones que sufrió, estuvo en peligro de morir asfixiado. En grave estado se le condujo al Hospital Municipal, donde aún permanece.
Han quedado sin hogar cerca de seiscientas personas, en su mayoría pobres, de las cuales casi ningúna puldo salvar ni ropas ni muebles.
La policía arrestó a Daniel Rosa, negro, de 20 años, natural de Mayagüez; y Gervasio Rosario, de 19 años, también negro, natural de Corozal, por halber sido sorprendidos robando efectos de los que ponían en la calle los vecinos de las casas incendiadas, ocupándoseles todo lo que hurtaron.
Además de los bomberos de San Juan y sus barrios, acudieron al sitio del incendio los de Caguas, la policía de San Juan y Río Piedras, los mairimos del "Algonquin" y algunos soldados del Regimiento de Puerto Rico.
También se constituyeron; en Puerta de Tierra todas las autoridades.
Muchas de las casas incendiadas estaban aseguradas, y del valor de los aseguros, y del de las pérdidas totales, informaremos mañana.
Se está investigando activamente para averiguar el rumor que ha circulado de que manos criminales son las que provocaron el siniestro.
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