EL INFORME DEL DR. RUIZ SOLER
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El director de Sanidad, señor Ruiz Soler,
informó la noche del 27 al Senado de Puerto Rico del estado de la
epidemia de "influenza", que está ocasionando estragos en la isla. A
grandes rasgos hemos tomado los siguientes datos de su informe:
El número de atacados asciende a 100,000. El Dr. Ruiz Soler en sus
viajes a la isla ha dejado establecidos ya 28 hospitales modernos,
para la asistencia de los pacientes. A principio de la epidemia no
se disponía de fondos y recursos suficientes, Solo se contaba con
una suma aproximada a 6,000. Con respecto a los fondos manifestó el
Dr. Ruiz Soler que serán necesarios $300,000 para atender a los
enfermos que hay ya en los hospitales, y para sufragar los gastos de
auxilios a la zona rural. Todo el material para los hospitales ha
sido suministrado por el Negociado de Imprenta del Gobierno (Bureau
of Printing, Suplies, etc.) Además se ha tomado fiado mucho material
a las casas que lo tenían, camas, ropa y otros utensilios
necesarios.
Por ahora se dispone de leche para los pacientes de los hospitales,
y estos prefieren la leche de vaca. La mortalidad en general no es
muy alta pero es mayor en las zonas rurales donde no puede atenderse
a los pacientes en debida forma, y la epidemia se extiende. En En
las zonas rurales se necesitan más alimentos que medicinas.
Muchos médicos del ejército están prestando excelentes servicios en
la isla, y muchos de los facultativos han contraido la enfermedad,
dificultándose mucho con ese motivo, la acción que se realiza contra
la epidemia. Los gastos preliminares de los hospitales, sin tomar en
consideración el sostenimiento de los mismos, y el personal,
fluctúan alrededor de $2,300.00
Todo el personal de los asilos de niños ha sido ocupado en la
elaboración de ropas de camas cuya escasez es muy notable.
El Dr. Ruiz Soler, dijo que las autoridaudes locales en muchos
pueblos había cooperado decididamente con el departamento de Sanidad
en el combate que se libra contra la epidemia, con la excepción de
algunos inspectores de escuelas que se han negado a facilitar el uso
de los edificios escolares. Señaló el hecho de que en Arecibo la
Junta escolar protestó contra la idea de utilizar el edificio de la
Escuela de Segunda Enseñanza, para asistir y dar cabida a numerosos
enfermos de influenza.
En una reunión celebrada entre altos funcionarios y el Gobernador se
trató de cerrar las escuelas y tomar los edificios escolares para
hospitales, y ante serias objeciones del Departamento de Instrucción
Pública, se acordó consultar al Departamento de Justicia, para
determinar las atribuciones del Director de Sanidad, quien es en la
actualidad el encargado de vigilar por la salud del pueblo, que es
antes que todo, y demanda una gran urgencia. Se pidió copia de la
comunicación del Attorney interino, Tannenbaum, respecto a este
asunto.
Hicieron algunas preguntas, al informante los senadores Feliú,
Barbosa, Giorgetti, Valdés, Santoni y Martínez. El criterio
prevaleciente entre los senadores fue el de facilitar toda clase de
recursos y medios al Departamento de Sanidad para combatir tan
terrible epidemia.
En algunas poblaciones se hicieron más de 2,000 curaciones en los
primeros momentos, y la falta de recursos y medios adecuados elevó
notablemente la mortalidad. Si se ponen en vigor radicales medidas
será posible que la epidemia quede reducida a los 100,000 casos
registrados el miércoles, pero es lo más probable que continúe
propagándose por el con tagio que es como un reguero de pólvora,
imposible de contener una vez que ha encontrado su camino. Para
atender a todos los hospitales y al gran número de enfermos en las
distintas zonas rurales son necesarios unos 500 mil dolares. Merece
mención la Cruz Roja por la ayuda eficaz que ha prestado al
Departamento de Sanidad. Recomendó y encareció las siguientes
medidas:
Todas las escuelas debieran cerrarse para ser asistidos en sus
salones niños convalecientes que mantienen el contagio y propagan la
epidemia.
Solcitar la cooperación de las maestras de escuelas.
Es urgente seguir continuar prestando servicios en las zonas
infestadas, para salvar el mayor número de enfermos particulamente
niños.
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