Aunque el Gobernador, los señores Camuñas y
Honoré, del Departamento del Trabajo, y el Director de la Compañía
suplicaron a los motoristas y cobradores de los trolleys que
aplazaran la huelga hasta hoy, a fin de que no padeciera el mayor
esplendor de las fiestas de la Victoria, aquéllos no accedieron, y
el miércoles a las seis de la tarde, según lo habían anunciado,
empezaron a encerrar los trolleys en las estaciones de Martín Peña y
Rio Piedras.
También la Comisión de Festejos trabajó para que los huelguistas
accedieran a no dejar al público sin trolleys durante el día de ayer
y la mitad del anteayer, pero aquéllo no fue concedido.
Poco después de haber dado comienzo la huelga, motoristas y
cobradores, formando grupos, sobre cada uno de los cuales flotaba la
bandear roja de los bolshevikis, recorrió la carretera de Santurce a
Río Piedras, gritando: ¡viva la huelga!
Los últimos trolleys, al retirarse, ostentaban también banderas
rojas, por las ventanillas los conductoras arrojaban hojas sueltas
al público dándoles cuenta de los motivos que los lanzaban a la
huelga.
Los huelguistas piden que a los motoristas y cobradores se les pague
cuarenta centavos por hora. Que las horas de trabajo sean ocho. Que
a los inspectores se les dé un sueldo mensual de 75 dólares. Que a
los empleados de los talleres de Río Piedras se les asigne 50
centavos por hora. Y que toda hora extra recibirá una retribución
doble, o sea de 80 centavos.
A un repórter nuestro que celebró una entrevista con el señor Julio
Aybar, representante de la Unión Obrera, éste le manifestó que en
Febrero de 1917, a raíz de otra huelga, quedó convenido entre la
compañía y sus empleados, que se haría un pequeño aumento en el
sueldo de los mismos; pero la Compañía no ha cumplido en parte su
compromiso.
Hace quince días, sigue diciendo Aybar, elevaron una petición a fin
de solicitar otra vez el aumento de salario, a lo cual contestó la
compañía que, como la guerra había terminado, no podía acceder. El
martes, los obreros enviaron un ultimátum exigiendo los aumentos de
sueldos que ya hemos dicho más arriba y, además, las siguientes
concesiones:
Reposición del motorista placa número 229, al que se le había
destituido sin causa justificada, y pago de sueldo al conductor 68
durante una semana que estuvo suspenso de él.
Se dieron 36 horas de plazo. Cuando el martes a las doce, citados
por la Compañía, se apersonaron en esta los miembros del Comité de
Arbitraje en representación de los obreros la Compañía no quiso
recibirlos en vista de que los miembros del Comité iban acompañados
por dos mecánicos de los talleres de Rio Piedras, los cuales no eran
agremiados. Los representantes de los huelguistas se retiraron sin
celebrar la entrevista.
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El lunes, 9 de diciembre de 1918, terminó la huelga en el
tranvía.
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