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Jueves 16 de octubre de 1919    p.10

Los Lunes del Ateneo

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El Ateneo celebró la noche del lunes una de sus más lucidas fiestas lírico literarias, tanto por el realce del selecto y numeroso público como por los artistas que tomaron parte.

La niña Sol Real llamó notablemente la atención por la precocidad de su ingenio artístico. Nada más sorprendente que una niña de tan pocos años interpretando al piano, con aprovechamiento nada vulgar, difíciles pasajes de selecta música clásica. Puede decirse que Sólita Real ha comenzado una noble carrera de triunfos. Las dos selecciones del lunes, sobre todo la mazurca de Chopín, le valieron, además de prolongados aplausos, un hermoso bouquet de flores que recibió de manos de su profesora, la notable pianista Séñora Tavárez de Storer, a quien también reiteramos nuestra felicitación efusiva.

Francisco L. Amadeo, dijo unos delicados versos suyos que él titula ''Desde el Balcón". Amadeo sabe expresar sus emociones en versos llenos de lirismo suavemente encantador. Su manera de "hacer" es sencilla, sugerente y emotiva, como la virtud de la poesía de hoy. Los versos gustaron y la concurrencia los aplaudió como se merecían.

La señorita Mercedes Solá leyó un interesante trabajo suyo sobre el feminismo. Las ideas de la entusiasta feminista fueron muy bien acogidas. Mercedes Solá ha hecho un concienzudo estudio sobre diversos aspectos del feminismo. Fue una lástima que el trabajo no pudiera apreciarse mejor por la voz un tanto apagada que ella dio a su lectura.

El conocido recitador José Ramírez Santibáñez deleitó al auditorio recitando la hermosa "Canción de las Antillas" de Llorens Torres, nuestro poeta representativo. La poesía fue recitada con admirable dominio del buen decir y Santibáñez fue justamente aplaudido.

También gustó el cuento de Luis Samalea. Pudiéramos decir, usando una frase de Valle-Inclán, que la página literaria del joven escritor "es todo un pomo de afroditas y nupciales esencias". Porque el asunto es original y bello y el estilo de impecable arte.

Así, pudimos observar hermosos pasajes de emoción estética como el que anida las hojas que en Otoño dijeron su canción de olvido. Indudablemente, "Cuando la Primavera vuelve" es el cuento más bello que conocemos del escritor amigo. Dígalo si no, la simpatía unánime y espontánea que expresaron los oyentes.

Los ateneístas volvieron a deleitarse con el arte exquisito del maestro don Julio C. de Arteaga. Tres de las famosas rapsodias húngaras del gran Liszt, octava, novena y décima, fueron interpretadas con maestría y dominio insuperables. El notable pianista comienza haciendo una breve explicación histórica respecto a cada rapsodia, lo que hace que sus meritísimas audiciones resulten cada vez más agradables y conquisten mayor gloria.

Luego oímos a Arturo Gómez Costa, quien recitó tres de una serie de sonetos suyos titulados "Nocturnos Criollos", que pertenecen a su próximo libro y que representan varias acuarelas tropicales, traídas al Verso en éstos sonetos subjetivos. El Condado, El Parque Borínquen y El Castillo del Morro fueron cantados esta vez.

Eugenio Astol dio lectura a unos hermosos versos suyos que llevan por título "La Ronda de los Ojos", bello poema emocional pletórico de líricos arrestos. Después cerró el acto, substituyendo al señor Barceló que por encontrarse a última hora enfermo no pudo asistir. El discurso fue brillante y el orador recibió, al igual que por los versos, calurosos aplausos y felicitaciones.

Se regalaron dos ejemplares de la obra "Viviendo y Amando" cuyo autor es el poeta Virgilio Dávila. Ambos tomos resultaron pertenecer a la muy ilustre viuda del prócer, señora Amalia Marín, y a la muy culta y gentil artista Genoveva de Arteaga.

La velada terminó dejando un grato recuerdo en el pensamiento y un lírico perfume en cada corazón.

Jorge Manrique.



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