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Ayer en Puerta de Tierra se desarrolló, lo que pudiéramos llamar una película de corta duración.
Emilio Gratiot, dueño de una panadería francesa abrió dos puertas de la casa donde tiene instalado su establecimiento de su propiedad, y cual sería su sorpresa, cuando momentos después se presentó su vecino Paul L. Hagen acompañado de varios carpinteros y empezó a colocar un tabique para impedir que Gratiot abriera sus puertas.
El caso se presta a buen estudio, pues Gratiot es el dueño de la propiedad, la cual obtuvo mediante una subasta que celebró el Departamento del Interior pero resulta que Hagen, que es Sueco de nacimiento y que no tiene nada de Sueco, es arrendador del terreno por cuatro años y aunque Gratiot sea el dueño, Hagen es el que manda en la propiedad de Gratiot.
Así es que cuando Gratiot| pensaba abrir las dos puertas de su casa y Hagen se las cerró, alegando que aunque del terreno es dueño Gratiot, él lo tiene arrendado.
Gratiot, al ver a Hagen indignado y casi furioso no hizo oposición a las pretencones de este y entregó el asunto al Lcdo. Jacinto Texidor, quien de un momento a otro presentará un Injuntion para que Hagen quite el tabique que obstruye las puertas de Gratiot, pues el tabique quedó ayer puesto.
Los pasajeros del trolley y guaguas al pasar por la parada seis y ver la pared que ha formado Hagen, covienen en que Hagen se ha creído que esta en Suecia, su patria.
Veremos lo que dispondrá la Corte Federal en este asunto, pues se trata de dos extrangeros, que estuvieron aliados en la última guerra; pero que en cuestión de bussines, están que las parten.
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