En virtud de haber fallecido en la calle de
San Agustín No. 110, en Puerta de Tierra, la señora Dolores Rodríguez,
quien presentaba los rasgos más característicos de peste bubónica, según
dijimos ayer a nuestros lectores, nos presentamos en las oficinas del
"Negociado de Enfermedades Transmisibles", para informarnos con el Dr.
Pedro N. Ortiz, jefe del mencionado departamento, de la veracidad del
nuevo caso de peste.
El notable médico nos participó que, efectivamente, se había presentado
en un ranchón conocido con el nombre de "La Providencia", en la calle de
San Agustín, donde encontró á una mujer, que, según manifestaciones de
los vecinos, había muerto a las cinco de la mañana del miércoles.
—Eran las diez de la mañana—dijo-nos el Dr. Ortiz,—cuando yo examiné el
cadáver, ¡y aún estaba caliente!
—¿Es posible, doctor, que sea verdad lo que parece el mayor de los
absurdos?
—En casos de peste bubónica, algunas veces ocurre este fenómeno, que fue
lo que me infundió sospechas. Inmediatamente le examiné la región
femoral y noté que la víctima presentaba un enorme bubón, y me pareció
se trataba de un caso peligrosísimo de peste bubónica.
Este caso, de resultar de peste bubónica, como yo espero, es de lo más
fulminante y serio que se ha registrado en Puerto Rico La paciente,
Dolores Rodríguez, enfermó el domingo y el miércoles era cadáver.
Las muestras para el análisis fueron enviadas al Laboratorio biológico,
y a última hora nos informa el Dr. Fernós que en las pruebas del
análisis se ha podido ver el microbio de la peste.
Para tener mayor seguridad, fueron inoculados los conejos,—repuso.
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