La Unión de Trabajadores de los Muelles de San Juan, afiliada a la
Federación Libre de los Trabajadores de Puerto Rico y a la “American
Federation of Labor”, celebró el domingo 2 de febrero corriente, la
inauguración oficial de su templo, erigido en la calle “Nolasco Rubio”
(parada 5) en Puerta de Tierra, San Juan, Puerto Rico.
El acto resultó espléndido. Toda la calle “Nolasco Rubio” estaba
adornada de guirnaldas con banderines blanco y azul al romper el día,
una alegre diana recorrió las calles de la capital anunciando la
festividad. A las diez en punto de la mañana se verificó la bendición
del tempo, ceremonia que tuvo a su cargo el reverendo León Clifford, de
la Parroquia de San Agustín. Una orquesta dirigida por el profesor Jesús
Lumbano amenizó todos los actos del programa. A las 10:30 A. M. la
concurrencia se congregó en el salón de asamblea del templo. En el
proscenio ocupaban asientos los señores Manuel Rubio Salinas, presidente
del Consejo Insular de Trabajadores de los Muelles de Puerto Rico; Jaime
Deriberprey, organizador; Prudencio Rivera Martínez, comisionado del
Trabajo; Francisco Paz Granela, vicepresidente de la Federación Libre de
los Trabajadores de Puerto Rico; Juan Carreras, presidente de la Unión
Obrera Federada de San Juan; Dr. Pedro de Castro, Juan Marchán Sicardó y
Ernesto O. Miranda. Presidió el acto el señor Eugenio Andrades, por
estar enfermo ese día el presidente de la Unión, señor Ramón Gordils.Don
Manuel Rubio Salinas, en su carácter de presidente del Concejo Insular
de Trabajadores de las Muelles de Puerto Rico, al ser anunciado para
hablar en primer término, pronunció un conceptuoso discurso, cerrando
con estas frases; “Con el corazón henchido de inmensa satisfacción
dedico este edificio al movimiento obrero organizado y especialmente a
los trabajadores de los muelles de San Juan y de Puerto Rico. Con los
inmensos sacrificios que todos ustedes conocen hemos cumplido con la
primera parte de nuestro deber, que es la construcción de este templo.
Ahora corresponde a todos realizar la segunda parte, o sea, sostenerlo y
dignificarlo a través de los años y de los tiempos.”
Fue anunciado para consumir el segundo turno, el comisionado del
Trabajo, don Prudencio Rivera Martínez. Su discurso ocupó la atención de
los concurrentes por más de media hora, de el tomamos estos párrafos:
“Este templo se dedica al movimiento social, cultural y económico de los
trabajadores de los muelles de San Juan y de todas las organizaciones
que laboran por el mejoramiento de las clases obreras de Puerto Rico.
Este acto tiene para mi dos aspectos: Uno emocional que está ligado con
el viejo caserón que ocupaba este sitio antes de erigirse este gran
edificio. En aquella casucha vivió por muchos años el gran líder obrero
Luis F. Quiñones: que fue consecuente, hasta el momento de su muerte con
el juramento de lealtad que prestó al movimiento obrero organizado de
Puerto Rico. Su hogar me acogió a mi y a mis hijos al fallecer mi
primera esposa y aquella acción generosa del compañero Quiñones sembró
en mi espíritu y en el de mis hijos la gratitud y el recuerdo
permanentes. En cuanto al otro aspecto, el oficial, debo referirme a la
significación que yo le doy a este acto por la obra precursora de los
líderes que por sostener valientemente los ideales de justicia, dieron
su sangre y sus vidas en las grandes luchas industriales de épocas
pasadas que culminaron en atropellos, encarcelamientos y asesinatos. Ahí
en una de esas esas paredes debe perforarse espacio suficiente para
perpetuar en placa de bronce los nombres de los mártires de este
movimiento, tales como Trinidad, Reinoso, Julián Caballero y otros, cuya
obra realizada
(Continúa en la página 13 Col.3)
en el pasado es superior y es más grande que todo esto que estamos
contemplando en estos momentos.
“El hombre aspira a tener un hogar para constituirlo en el refugio de la
familia. Así también las organizaciones obreras aspiran a la adquisición
de un sitio permanente para constituirlo en el refugio de sus
actividades. Por tanto, este templo es el resultado del pensamiento y
del deseo de esta unión de Trabajadores de la muelles de San Juan. “Esta
es vuestra casa y vuestro Parlamento. Procurad que sea un sitio cuyas
actividades respondan siempre a los principios e ideología del trabajo.
Fomentad la cultura entre los trabajadores y entre las familias de los
trabajadores, por medio de la biblioteca y la conferencia. Aquí no habrá
la amenaza del desahucio ni habrá motivos tampoco para la subasta
pública por falta de pagos de contribuciones; ni hay el temor de perder
el sitio porque es de vuestra propiedad. Todos estos atributos os
deberán servir de estímulo y de aliento para que la obra comenzada por
vosotros perdure por cientos y cientos de años para bien de vuestra
clase y del movimiento organizado de Puerto Rico.”
Al terminar su discurso el señor Rivera Martínez, la orquesta entonó los
aires de la ‘“Marsellesa”, que fue oída por la concurrencia, puesta de
pie. Acto seguido fue presentado al público el constructor de la obra
señor Antonio Angleró, quien expresó breves palabras de satisfacción por
el honor que se le confirió para construir el templo, y exhortó a todas
las uniones del trabajo organizado de Puerto Rico para que siguieran el
ejemplo de los trabajadores de los muelles de San Juan que habían dado
pruebas de fe y perseverancia hasta plasmar en realidad los deseos de
construir un templo que fuera el domicilio permanente de su organización
gremial.
El siguiente turno le correspondió al señor Francisco Paz Grahela,
vicepresidente de la Federación Libre de los Trabajadores de Puerto Rico
y consejero de la Unión de Trabajadores de los Muelles de San Juan: Su
discurso fue la síntesis del historial de las luchas obreras e
industriales del pasado hasta los presentes momentos. Los párrafos mas
sobresalientes fueron estos:
“Hace treinta y cinco años no se conocía en Puerto Rico lo que se conoce
hoy como movimiento obrero organizado. Los trabajadores de esta isla no
eran considerados como ciudadanos ni como hombres, ni tenían derecho a
reunirse ni a demandar mejores condiciones de trabajo; carecían del
derecho a formar uniones, a elegir y ser elegidos; eran considerados
como parias, y no tenían el menos conocimiento de lo que representaban
ellos en la vida social, económica y política del pueblo de Puerto Rico;
ni sentían aspiraciones de progreso, ni se rebelaban contra las
condiciones deprimentes que les imponía un régimen caciquil. En medio de
esa penumbra mental y social de los trabajadores portorriqueños, llega a
nuestro país un hombre de amplias ideas libertarias; y al darse cuenta
de las condiciones en que vivían nuestros trabajadores, emprendió la
obra de emancipación y fue predicando pueblo por pueblo las ideas
reinvindicadoras del trabajo. “Poco a poco fue Iglesias haciendo adeptos
de las nuevas teorías; el periódico y la conferencia fueron armas
poderosas para ir formando la conciencia obrera en el país y pronto
surgieron los grupos de trabajadores formando uniones de oficios en
todos los pueblos de Puerto Rico. Vinieron después, como era natural que
vinieran, las protestas de los caciques del poder y del capital, y como
consecuencia de tales protestas se registraron expulsiones, arrestos,
órdenes de clausura de los centros obreros, etc., etc, todo esto
realizado a base de un temor a un Santiago Iglesias para bien de los
trabajadores de Puerto Rico. “Pero a pesar de la persecución y la
violencia, las masas obreras y campesinas han ido despertando su
conciencia y su mente en tal forma, que pueden ahora reunirse,
organizarse, demandar de sus patronos aquello que es necesario para la
protección del hogar y de la familia, pueden elegir y ser elegibles, aún
a aquellos que el poder cacical les negó oportunidad para aprender a
leer y & escribir se colocan por ley a igual altura de los más
potentados del capital y del intelectualismo para ejercer el derecho del
sufragio.
"Por efecto de la protesta y de las huelgas, los obreros de Puerto Rico
cuentan con leyes sobre indemnizaciones: por accidentes del trabajo. La
ley de ocho horas que a otros países ha costado ríos de sangre, ha sido
impuesta en Puerto Rico sin dificultad alguna. ¿Que país de Sudamérica y
aún de Europa, a excepción de Rusia, tiene en su ministerio a un
representante genuino de las clases trabajadoras? Puerto Rico lo tiene.
El comisionado del Trabajo, don Prudencio Rivera Martínez, que es carne
y sangre del trabajo, transmite en el Gabinete del Gobernador los
ideales, los dolores y aspiraciones de las muchedumbres obreras de
Puerto Rico. Y más aun: En el Congreso de los Estados Unidos ocupa un
escaño por la voluntad del pueblo portorriqueño, el mártir y apóstol, el
iniciador y caudillo de los ideales de los trabajadores de este país, y
allí en aquel Congreso del más democrático gobierno de América, Santiago
Iglesias transmite los ideales del sentimiento y del dolor de las clases
obreras de Puerto Rico. “Ia primera huelga de los muelles de San Juan
ocurrió en el año 1899, demandando la jornada de ocho horas y mayores
salarios. Los muelles eran grandes pantanos; los obreros cargaban sobre
sus hombros quintales enormes. Para esa época no existía legislación
obrera ni indemnización por accidente del trabajo. Por efecto de las
huelgas, las compañías navieras y los dueños de los muelles fueron
accediendo a las demandas de los trabajadores. Las uniones han sido
reconocidas; las condiciones del trabajo en los muelles se han mejorado
grandemente, pero vuestros lideres han continuado la tarea sin desmayar,
y hoy sienten la satisfacción de poder entregar este templo que es el
resumen de la inmensa filosofía que encierra vuestro lema ‘Querer es
poder’. “Conservad estas columnas, veneradlas, dignificarlas; porque son
el símbolo de los ideales predicados por siglos y siglos, a través de la
historia de la humanidad. Recordad a Reinoso, asesinado; recordad a
Julián Caballero, que no sabía leer ni escribir pero era un
propagandista enorme que no se rindió jamás; recordad a Trinidad y otros
mártires del trabajo que derramaron su sangre por defender los ideales
que encierra este templo. “No deis margen a que se destruya el templo
por divergencias políticas. Vigilad a la burguesía que labora en la
sombra para sembrar la discordia entre vosotros, y tened muy en cuenta
que si sois socialistas, liberales, republicanos o nacionalistas, al fin
y al cabo en el trabajo recibiréis de la burguesía los mismos salarios,
el mismo trato y correréis los mismos riesgos, porque el capitalismo no
tiene credo político alguno y solamente se preocupa por proteger y
aumentar sus intereses, no importándole en nada la situación de miseria
de vuestros hogares y de vuestros hijos.”
Al cerrar su discurso el señor Paz Granela, la orquesta ejecutó una
pieza musical, y acto seguido fue anunciado el señor Jaime Deriberprey,
organizador y secretario financiero de la Unión de Trabajadores de los
Muelles de San Juan. Hizo historia de cómo se fundó dicha Unión, y al
referirse a la necesidad que tiene el trabajador de ampliar sus
conocimiento continuamente, dijo: “Si el hombre tiene mente, si tiene
corazón, si siente emociones, ¿por qué no estudia para afrontar con
seguridad y firmeza todas las alternativas del progreso? “Aqui
estableceremos bibliotecas, escuelas y periódicos para los obreros y
trataremos de que nuestra obra sirva del ejemplo para que en cada
conciencia obrera portorriqueña se levante un templo simbólico como
éste. “No estamos aquí para laborar por ningún partido político. El fin
de nosotros no es de ser socialistas, ni liberales, ni republicanos, ni
nacionalistas, ni comunistas; el fin de nosotros es el de acabar con la
miseria que es lo único que esclaviza a los pueblos.”
El siguiente turno fue consumido por el Dr. Pedro de Castro, quien habló
en representación del Presidente del Senado de Puerto Rico:
“No vengo a hacer un discurso político” —dijo— “porque éste es un sitio
donde se predican ideales más sagrados.” Después fue presentado a la
concurrencia don Juan Marchan Sicardó, quien se expresó en la siguiente
forma:“Aunque de filiación liberal no vengo aquí a hablar a nombre y si
en mi carácter de patrono. Este acto que se celebra tiene para mi una
grandísima importancia y yo felicito sinceramente a sus iniciadores y
exhorto a los trabajadores de los muelles de San Juan para que pongan de
manifiesto ante los demás trabajadores no organizados lo que vale y
significa el esfuerzo unido. El único patrono que ha asistido a esté
acto, soy yo, más no creais que me he sentido mortificado por lo que
aquí se ha dicho. Soy de origen obrero y siento las penas y los dolores
de los trabajadores como si fueran mis propias penas y mis propios
dolores, y si en mi taller no pago mejores salarios a mis trabajadores,
es porque las circunstancias prevalecientes en el negocio me lo
impiden.”
Cerrado el turno de las discursos, el presidente señor Rubio Salinas dio
por terminado el acto de la mañana, dando las gracias a los concurrentes
por su asistencia al los honores distribuyendo refrescos y otros
obsequios entre los concurrentes.
ORGANIZACION E HISTORIA
Actualmente la Junta Directiva la componen los señores siguientes:
Presidente, Ramón Gordils; vicepresidente, I. Cepero Tejada; secretario,
Francisco Benítez; secretario financiero, Jaime Deriberprey; tesorero,
Manuel Rivera, Marshal, Anastasio Santos; Guía, Juan Figueroa; vocales,
José Trinidad, Hermenegildo Concepción, Juan Betancourt y Juan Lucre;
delegados a la Unión Obrera Central, Manuel Rubio Salinas y José Vazquez.
Los colores distintivos de la Unión, son el blanco, que indica pureza y
el azul que simboliza devoción. El lema de la Unión es “Querer es
Poder’. La Unión de Trabajadores de los Muelles de San Juan, cuenta
actualmente con 1,752 miembros; acaba de inaugurar su templo de cuyo
costo no se debe un centavo; tiene un fondo en efectivos en los bancos
de mas de $2,000.00 y los muebles y utensilios del templo tienen un
valor de m4s de $1,500.00. Para la edificaci6n del templo se expidió una
serie de tickets cuyo valor mínimo era de 10 centavos cada ticket que
compraban espontáneamente los trabajadores. La Unión cobra una cuota a
sus miembros por la suma de 60 centavos mensuales, y los beneficios para
los asociados empiezan a percibirse a los seis meses de organizados,
consistiendo dichos beneficios en el pago de $5.25 semanales en casos de
enfermedad, y en casos de muerte la Unión sufraga todos los gastos del
sepelio y además paga una pensión de $75.00 a la viuda o herederos.
El Consejo Insular, el cual preside el señor Manuel Rubio Salinas, tiene
ramas establecidas en todos los puertos de la isla, en esta forma: Unión
Num. 1 de San Juan, Unión Núm. 2 de Ponce;
Unión Num. 3 de Mayaguez, Unión Num. 4 de Arecibo, Unión Num. 6 de
Arecibo, Unión Num. 6 de Guánica, Unión Num. 7 de Arroyo, Unión Num. 8
de Punta de Santiago, Unión Num. 9 de Playa Guayanés, Unión Num. 10 de
Fajardo, Unión Num 11 de Barceloneta, Unión Num. 12 de Barceloneta y
Unión Num. 13 de Vieques. El organizador general de estas uniones es el
señor Jaime Deriberprey y su deber es instruir a todos los oficiales en
relación con los convenios y reglamentos. El presidente tiene a su cargo
dirimir todas las quejas y agravios.
En las festividades de la inauguración del templo estaban representados
los siguientes cuerpos afiliados del movimiento obrero organizado de
Puerto Rico:
1—Unión de “Chauffeurs y Mecánicos de San Juan”, representada por F.
Rivera Graxinera y
Agustin Nieves.
2—Unión “Industria del Hielo’, representada por Marcelino Aponte y Pablo
Ortiz.
3.—Unión “Lavanderos y Aplanchadores”, representada por Marcelino
Aponte.
4—Unión “Protectora de Sunoco”, representada por Alejandro Ríos.
5.—Unión Plomeros, representada por José Tapia.
6—Unión de Torcedores, Núm.60, representada por Eugenio Andrades y
Francisco Paz Granela.
7—Unión “Trabajadores de Aguja”, representada por Ana Rivera.
8—Unión “Carpinteros de San Juan”, representada por Francisco R. Febres.
9.—Unión “Empleados del Gobierno de la Capital’, representada por
Antonio Lorenzana.
10.—Unión Obrera Federada de San Juan, representada por Juan Carreras.
11.—Unión Obrera Central, representada por Eugenio Andrades.
12.—Consejo Ejecutivo de la Federación Libre, representado por Prudencio
Rivera Martínez y Francisco Paz Granela.
13-Unión “Trabajadores de los Muelles de Arroyo”, representada por
Antero Gómez.
14—Unión “Trabajadores de los Muelles de Fajardo”, representada por
Felipe Prado.
El edificio es de concreto armado y consta de dos plantas y una
espaciosa terraza. La primera planta está ocupada totalmente por el
salón de asambleas que tiene capacidad para doscientas personas. Este
salón está dotado de un amplio escenario, asientos para la concurrencia,
un aparato de radio, teléfono y magnificas luces. La segunda planta esté
ocupada por las oficinas del presidente, del secretario y tesorero,
todas equipadas con escritorios modernos, vitrinas, archivos de acero,
teléfonos y luces apropiadas. En esta planta está instalado un magnifico
salón biblioteca que a su vez sirve de sitio de reunión para la Junta
Directiva de la Unión.
El edificio y su equipo tienen un costo de ocho mil dólares, y está
exento del pago de contribuciones, por ser una institución no
pecuniaria, de acuerdo con la ley.
Juan Carreras
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