Yo no sé si Mickey Serrian, el nuevo importado del dúo Rosario- Sierra, venció a Pete Martin estando el campeón "welter" portorriqueño en posesión de sus plenas facultades, pero lo cierto es, juzgando por las informaciones a mano, que las cosas no estuvieron muy católicas para Puerto Rico, en lo que al dicho "aífaire" se refiere.
Acababa Pete Martin de arribar a Nueva York después de una formicable "tournée" de campaña por cuadriláteros europeos cuando fue enfrentado a nuestro actual visitante en uno de los "rings" de aquella urbe, y, a decir verdad, para recibir la mayor paliza de su luenga carrera pugilística. En más de cien combates hasta ese día Pete Martin ignoró tamaña derrota. Tan aplastante y decisiva resultó la victoria del americano en cuestión.
Sin embargo, Pete Martin, se nos antoja así, tiene sus excusas, verdaderamente dignas de nuestra consideración. Aquellos que conocemos las actuaciones del valiente púgil boricua tenemos al menos que figurárnoslas. Algo debió existir. Para nosotros Pete no es bueno, es algo mejor, formidable; tan aplastante derrota no cabe a nuestro campeón sino a manos de un verdadero fenómeno del cuadrilátero.
Lo que antes queda dicho me lo figuré yo el lunes último, cuando tuve la oportunidad de ver al aguerrido pugilista americano en las oficinas de EL MUNDO. Un rápido vistazo al invasor y una no menos rápida conclusión. Serrián es un toro humano, capaz de ser el fenómeno que nos pintamos. Una testa que parece de bisonte, una quijada de Uzcudum, unos brazos que más parecen aspas de molino que manos, todo nos hace llegar a la conclusión de ue Mickey Serrián, vencedor de Pete Martin, es un hombre verdaderamente peligroso: sólo que el recuerdo nos trae a la memoria las cruentas batallas de nuestro excepcional "welter", casi siempre sostenidas contra hombres de las mismas condiciones físicas y apariencias de este americano, nos hace meditar con un no sé que de... duda llamémoslo pues que no tiene por qué ser optimismo. Y entonces Pete Martin nos parece hecho a la medida de Serrián, hecho precisamente para ajustarle cuentas. En otras palabras, Serrián, sin saber por qué, no nos parece hombre para nuestro campeón semi -mediano, pese a que se trae mucho de púgil experimentado y de bisonte del cuadrilátero....
Pero eso es sólo meditar, sin más valor, sin más allá, solamente un antojo de nuestra calamorra, tal vez apasionamiento. Lo que sea Serrián en realidad quedará probado con creces el próximo sábado en la noche, en el cuadrilátero del Escam brón, donde habrá de medirse con el cubiche Legón; éste es un muchacho fuerte, temerario, hábil en el ataque, capaz de hacer pasar un mal rato a cualquiera. En Legón tendrá Serrián nuestra prueba y ... si sale vencedor, pues, venga la revancha de nuestro campeón "welter".
Eso último en cuanto al "match" del próximo sábado en el Escambrón; en cuanto al inevitable encuentro Martin-Serrian bueno es, decir que Pete Martin cree en su victoria, pues que las cosas han cambiado, sus condiciones son ahora mejores que antes y su temeridad ha aumentado. Pete, al efecto, quiere el triunfo de Serrián aunque desea el de Legón, según nos lo dejó entender en conversación que sostuviéramos con él. Mientras tanto, Serrián es el aplastante vencedor de Pete, sometido a prueba frente a Legón, candidato a un segundo encuentro frente al campeón insular semi- mediano; un fenómeno pugilístico, según su récord e informes en nuestro poder, lo que veremos el próximo sábado. . .
BALLYHOO
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