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Numerosos vecinos de Puerta de Tierra han sido demandados para que desocupen, dentro de un limitado término de tiempo, los ranchones en que hasta ahora han venido teniendo sus viviendas. Los vecinos se han reunido para considerar su suerte y han decidido solicitar la ayuda del Gobierno para que se proceda a construir más caseríos en Puerta de Tierra, donde ellos puedan volver a constituir sus hogares, después de haber sido desahuciados de los que al presente ocupan.
No impugnamos los motivos que pueda haber para la destrucción de los ranchones en que al presente habitan estos vecinos de Puerta de Tierra, esperamos que las construcciones a erigirse en su lugar respondan a planes establecidos para contribuir a mejorar esa zona urban. Sin embargo, consideramos que se debe tomar muy en cuenta el bienestar de las familias que allí habitan.
Sabemos las dificultades existentes en materia de viviendas en la zona metropolitana, sobre todo para las personas de no muy alto nivel económico. Si las que van a ser desalojadas no tienen al presente un sitio donde trasladarse, al tener efecto el desahucio se les habrá de crear un serio problema a ellas y a la comunidad.
La petición de estos ciudadanos nos parece completamente atendible. Su solicitud va encaminada a que la Asamblea Legislativa provea medio millón de dólares para caseríos en Puerta de Tierra. Tanto la Autoridad insular sobre Hogares como la Autoridad Municipal hacían bien en investigar el problema planteado por estas personas y en proponer el remedio mejor que, dentro de la experiencia de esos dos organismos, podrá dársele a está situación en Puerta de Tierra.
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