La
investigación que se ha practicado en Ponce con respecto a transacciones
realizadas por una firma allí ubicada que se dedica a la importación y
venta de automóviles ha revelado que a una relación trabada entre la
gerencia de la firma y un funcionario de alta jerarquía en el
Departamento de Hacienda puede responsabilizarse por un fraude
contributivo en exceso de dos millones de dólares. Los auditores de la
agencia han informado una deficiencia contributiva de cerca de un millón
de dólares, pero hay razones para creer que adicionalmente se ha
desarrollado una evasión contributiva en exceso de millón y medio de
dólares.
Evidencia documental revela que la importación de automóviles se
realizaba entre una firma de exportación en Miami dirigida por un
hermano del dueño de la firma importadora en Ponce. La documentación
comercial utilizada para levantar embarques de automóviles de los
muelles, preparada en Miami no respondía ppresumiblemente al valor
contributivo de los automóviles recibidos. Cualquier subvaloración de
artículos tributables es un elemento de fraude cuyo importe es fácil de
determinar por el DH ya que a esta aqencia le consta el valor de toda
mercancía que se recibe en Puerto Rico. Es bajo esta táctica de evasión
que el importe del fraude se estima puede rebasar el millón y medio de
dotares.
Transacciones de esta indole realizadas por concesionarios de la
Chrysler—Plymouth en Ponce han requerido un trato privilegiado de parte
de funcionarios del Departamento de Hacienda. Estos han consentido
frecuentes sobregiros en la fianza que se requiere a los importadores, y
han expedido permisos especiales para retirar mercadería de los muelles
sin tener a mano la documentación original por los automóviles
recibidos. Hay evidencia también de que se han tramitado expedientes de
reembolso de contribuciones a esa firma a sabiendas de que la empresa
tenía deudas contributivas sin atender con el DH.
Evidencia circunstancial allegada revela, además, que el dueño de la
empresa se ha ausentado del país luego de haber vendido su negocio asi
como sus bienes personales.
La Situación ya investigada había sido previamente denunciada cuando se
informó que e! señor Manuel Mártir Santiago, alto funcionario del DH
había recibido trato preferente de parte de la firma Chrysler—Plymouth
de Ponce. La investigación oficial encomendada al Departamento de
Justicia exoneró al señor Mártir Santiago de haber incurrido en
irregularidad alguna en sus relaciones oficiales o comerciales con la
firma de referencia.
Un curioso corolario de la situación de fraude señalada es que la firma
comparecerá el 28 de agosto a una vista contributiva en el DH en la que
se ventilará una alegación de la firma Chrysler—Plymouth a los efectos
de que su deuda contributiva es de $230.OOO y no de $999.293 como
señalan los auditores de Hacienda. La vista ha sido autorizada bajo la
firma del señor Mártir Santiago, justamente el funcionario al que se le
considera ilícitamente involucrado en las transacciones con la firma
Chrysler—Plymouth de Ponce.
En la audiencia señalada para el jueves deberá discutirse a fondo el
alcance de todas las transacciones de carácter dudoso llevadas a cabo
por la firma aludida mediante la benévola actuación de funcionarios de
Hacienda en detrimento de la recaudación de fondos públicos y en abierta
violación de las reglamentaciones fiscales a las que esa dependencia
esta llamada a darle la más ringurosa vigencia.
La evidencia documental y circunstancial que ha trascendido a la luz
pública en relación con este caso impedirá que se prolongue por más
tiempo el velo de secretividad en que se le ha mantenido por tanto
tiempo. El encubrimiento de actuaciones ilegales no puede realizarse
impunemente por mucno tiempo en un sitio como Puerto Rico. Tarde o
temprano la verdad saldrá a realizar, y en un caso como este quedarán
cuentas incobrables como triste recordatorio de actuaciones en que no
han debido incurrir funcionados en los que se ha depositado un alto
grado de responsabilidad y confianza en la administración pública.
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