El
equipo de trabajo de esta institución ha logrado asegurar fondos y
subveciones para reparar y modernizar la institución y además llevar a
cabo novedosos proyectos.
Primera Hora
24 de abril de 2022
Por Osman Pérez Méndez
Como ocurrió por todo
Puerto Rico en septiembre del 2017, el histórico edificio que alberga el
Archivo General y la Biblioteca Nacional de Puerto Rico fue golpeado por
el poderoso huracán María. Y al igual que sucedió por toda la Isla, la
institución tuvo que hacer frente al desastre como le fue posible.
Sin embargo, como lo demuestran los avances que han logrado,
particularmente en los últimos dos años, es evidente que la entusiasta
directora del Archivo y la Biblioteca, Hilda Teresa Ayala González, y su
equipo de trabajo, conformado en más del 90% por mujeres, no se quedaron
esperando porque se diera el complejo y burocrático proceso de
asistencias de recuperación y se lanzaron a procurar cualquier fuente
que estuviera disponible para ir levantando ambas instituciones.
“Aquí hubo ciertos daños, al igual que en el resto del país. El edificio
sufrió algunas pérdidas de ventanas, entrada de agua por la pérdida de
las ventanas”, comentó Ayala. “Pero hemos estado trabajando con FEMA
(Agencia Federal de Manejo de Emergencias), a través de este proceso, en
lo que ese dinero llega aquí al Archivo”.
“Adicional a eso hemos identificado unos fondos a nivel de gobierno, que
son los fondos Capex (Inversiones Capitales), y con estos fondos Capex
hemos ido paleando algunas de las necesidades que tenía el edificio, en
lo que es ese dinero de FEMA eventualmente llega a nuestras arcas y
podemos hacer los arreglos que hay que trabajar”, añadió.
Ayala explicó que el Archivo General recibe “la documentación pública de
valor permanente generada por el gobierno de Puerto Rico” y también
alberga colecciones privadas que han llegado a la institución, y la
Biblioteca Nacional “tiene la misión de traer y dar acceso a las
publicaciones, la bibliografía nacional del País”.
“Estas dos instituciones conviven en este espacio y tienen esa misión a
largo plazo: asegurar que los documentos van a estar accesibles no solo
para la generación actual, sino para las generaciones venideras y que
todo el mundo pueda tener ese acceso a la información desde un solo
lugar”, agregó.
Stephanie Santiago, del área de digitalización, muestra varios
documentos en vías de ser transferidos de formato.
Stephanie Santiago, del área de digitalización, muestra varios
documentos en vías de ser transferidos de formato. (teresa.canino@gfrmedia.com)
Cabe mencionar que cuando se refiere a documentos, habla de una
diversidad de materiales y formatos que incluye: la unidad de materiales
de papel, tales como periódicos, documentos y manuscritos, mapas y
planos; el área de música y sonido, que incluye grabaciones, cintas
“reel to reel”, casetes, partituras musicales, programas de música; la
unidad de imágenes en movimiento, donde hay películas de 16mm, 35mm,
Betacam, VHS; y la unidad de fotografía, que conserva fotografías en
papel y en negativos. También se guardan allí protocolos notariales,
algunos con más de 50 años, que llegan en colaboración con la Oficina de
Inspección de Notarías (ODIN).
En la Biblioteca, por otro lado, hay una gran variedad de libros,
documentos, periódicos, revistas y colecciones tales como la colección
de Eugenio María de Hostos, la colección de la biblioteca personal de
Concha Meléndez y la colección de libros de temas sobre afrodescendencia
de Ricardo Alegría.
“En fin, es un mundo de información dentro de este edificio. El Archivo
General tiene alrededor de 90,000 pies cúbicos de documentos. Son miles
y miles de pies cúbicos de documentos, cada uno con una necesidad
específica de conservación”, comentó.
Ese trabajo de conservar y hacer disponible al público todo ese material
tan diverso es un enorme reto. Tan solo con las películas y sus
diferentes formatos “es un problema, porque no existen reproductores
para muchos de los materiales que hay aquí y tenemos que estar buscando
maneras de cómo migrar el contenido para poder acceder al mismo. Y ese
es uno de los proyectos de digitalización con los que estamos
trabajando”.
En el acrhivo de imágenes en movimiento se trabajan formatos como 16mm,
35mm, Betacam y VHS. Marisel Flores muestra uno de tantos rollos de
película que se conservan allí.
En el acrhivo de imágenes en movimiento se trabajan formatos como 16mm,
35mm, Betacam y VHS. Marisel Flores muestra uno de tantos rollos de
película que se conservan allí. (teresa.canino@gfrmedia.com)
La directora explicó que el edificio “necesita mantener una temperatura
y un control de la humedad todo el tiempo”, porque los documentos en el
archivo “están hechos en su gran mayoría de papel, acetato o poliéster.
Y cada uno de estos medios necesita una temperatura y una humedad
específica para asegurar su preservación a largo plazo”. Los cambios en
temperatura y humedad provocan que el documento “se debilite, se
desgarre”.
Tras el azote de María, aunque el edificio tenía un generador para
atender situaciones de falta de servicio eléctrico, “del edificio de al
lado le cayó a nuestro generador el sistema de climatización” y no se
pudo utilizar.
“Eso fue una de las cosas que primero atendimos. Tenemos ya, finalmente,
un generador y tenemos la transferencia automática. Así que, si el
edificio se queda sin electricidad, el generador ahora prende y en 19
segundos, porque ya hemos hecho varios ejercicios, nos hemos quedado sin
luz en un par de ocasiones, el generador enciende y prende el edificio
completo, incluyendo el sistema de climatización. Es una de las cosas
que trabajamos en este pasado año”, confirmó.
La directora agregó que también se ocuparon de resolver el problema del
sistema de climatización, pues el edificio “tuvo por más de 20 años una
sola unidad de enfriamiento, que colapsó luego del huracán por los
cambios drásticos que hubo de electricidad”.
“Por los pasados dos años estuvimos en el proceso de adquirir primero
una unidad. Pero, como sabemos que una unidad no es suficiente, porque
hace falta mantenimiento, puede salir del sistema de carga, lo que se
hizo fue adquirir una segunda unidad. Eso quiere decir que vamos a
asegurar que el edificio siempre va a tener una unidad de climatización
que está activa y funcionando, y también conectada a la planta, para
asegurar que el edificio se mantenga climatizado”.
“Estos últimos dos años han sido de escribir propuestas, solicitar
fondos y más que todo de ejecutar. Llevamos dos años con una agenda bien
cargada para asegurar que este edificio pueda estar en las condiciones
que merece estar. Porque, por décadas, por las diferentes necesidades
que ha habido económicas en el gobierno, aquí no había fondos para
esto”, subrayó.
Explicó que con esos esfuerzos de identificar proyectos específicos,
someter propuestas y demostrar las necesidades que tiene el edificio,
han conseguido esos ingresos que “sumaron $1.3 millones en el pasado año
y medio, solamente para mejoras por Capex”.
La estructura aun presenta daños causados por el embate del huracán
María y está a la espera de fondos de FEMA para reparar ventanas,
puertas, techo y realizar otras mejoras estructurales.
La estructura aun presenta daños causados por el embate del huracán
María y está a la espera de fondos de FEMA para reparar ventanas,
puertas, techo y realizar otras mejoras estructurales. (teresa.canino@gfrmedia.com)
Además del generador y las dos unidades de enfriamiento, también
arreglaron los ascensores y actualizaron el sistema completo de
monitoreo del edificio, con la renovación de 64 cámaras de seguridad y
la instalación de un sistema de grabación constante las 24 horas.
De igual forma, con los fondos recibidos están en proceso de modernizar
el sistema de detección y supresión de incendios, sustituyendo el viejo
sistema a base de agua por uno de gas inerte.
“Sabemos que el agua siempre va a ser mejor que el fuego, pero el efecto
que causa cuando un documento se expone al fuego y luego al agua, pues
crea una pasta, el hollín mancha, el documento después puede generar
hongos. Así que optamos por un sistema de detección que aspira aire cada
segundo y va analizando para asegurarse de que no hay partículas de
incendio por ningún lugar del edificio. Y el sistema de supresión,
específicamente dentro de los depósitos, es a base de gas inerte. El gas
extrae el oxígeno y, como no hay oxígeno, se apaga el fuego”, explicó
Ayala.
Pero las cosas no quedan ahí; en los pasados dos años, el Archivo
también ha conseguido identificar fondos y subvenciones para poder
impulsar su centro de digitalización y unirse a la tendencia mundial de
proveer servicios en formato digital.
Ahora, con una buena dosis de creatividad y adaptación, pues al tratarse
de un edificio histórico que no permite modificaciones en su estructura,
han logrado configurar los espacios donde se están digitalizando los
documentos uno a uno, de manera que puedan estar disponibles y
accesibles para investigadores y público, sin tener siquiera que llegar
allí, en lo que será el repositorio digital del Archivo General.
La digitalización no es sencilla, requiere equipo altamente
especializado para poder, por ejemplo, escanear documentos de gran
tamaño, como planos, o para escanear negativos y fotografías, que en
caso de los negativos tiene además que invertir la imagen.
Todo ese moderno centro de digitalización ha sido posible gracias a una
subvención de $2 millones de la Fundación Andrew W. Mellon, para la cual
tuvieron que competir con muchas otras instituciones. Además, como parte
del compromiso del centro de digitalización, han entrenado especialistas
para que dicho proceso se haga siguiendo los estándares federales de
digitalización y los que se usan a nivel mundial, que establecen
parámetros uniformados de color, resolución y demás.
Fue necesario incluso crear una especie de carpas, confeccionadas a la
medida, que sirvieran de cuarto oscuro para que la luz no afectara el
proceso de digitalización de ciertos documentos, muchos de los cuales
deben manipularse con extremo cuidado, como las actas del cabildo de San
Juan, que con motivo de los 500 años de la fundación de San Juan
eligieron para comenzar la digitalización, y que datan desde 1722 y
“recogen la evolución y cómo se forjó, no tan solo San Juan, sino Puerto
Rico”.
“Aquí decidimos que, si íbamos a hacer las cosas, las vamos a hacer
extrabién. No íbamos a empezar desde chiquito, íbamos a hacer las cosas
bien, en grande, con miras a ser un modelo para otras instituciones en
el País. Y demostrar que se puede. Hay que trabajar un poquito, pero se
puede”, afirmó Ayala, con evidente orgullo y destacando a las dos
jóvenes que se han especializado en manejar los equipos de
digitalización, y son parte de los 14 empleos nuevos que ha creado el
proyecto.
Por otro lado, la directora comentó que, como todas esas imágenes que se
están escaneando para el archivo digital suponen una gran cantidad de
espacio de memoria, se ocuparon de adquirir sus propios servidores para
poder almacenarlas y tenerlas disponibles para el público.
“Los servidores todavía no han llegado, pero es algo que se empezó hace
dos años. Uno de los problemas más grandes que hemos enfrentado es que
estas imágenes son inmensas y tenemos que producir varias copias. Así
que vamos a necesitar mucho almacenamiento y con Mellon logramos
establecer la infraestructura básica, que son 300 teras (bytes)”,
comentó Ayala.
Agregó que, hace unas tres semanas, la Junta de Supervisión Fiscal (JSF)
autorizó una partida de sobre $841,000 para aumentar esa capacidad “de
300 teras (cada tera equivale a mil gigabytes) a 3.5 petas (cada
petabyte equivale a un millón de gigabytes)”.
“Vamos a ser una de las instituciones de Puerto Rico con más
almacenamiento local, porque uno de los retos que tienen estos proyectos
es que los fondos, como son especiales, no son recurrentes, no puedo
decir que voy a alquilar una nube para guardar las cosas, porque no
tengo $20,000 todos los meses para pagar una subscripción de la nube.
Así que teníamos que tener ese almacenamiento. Eso era una de las cosas
más importantes. Y esto es del Archivo General, no de una entidad
privada que quiera hacer una colaboración. Es de aquí, es nuestro. Y
este sistema de almacenamiento nos va a permitir crecimiento por los
próximos cinco años”, afirmó.
Agregó que, pese a los retrasos por la espera de llegada de los equipos,
mantienen la ambiciosa meta de digitalizar medio millón de imágenes para
que, “si todo sale bien y se logra terminar la instalación de los
servidores, para junio el repositorio se pueda hacer público para que la
gente empiece a navegar por las colecciones”.
El esfuerzo y los resultados del Archivo y la Biblioteca no ha pasado
desapercibidos. Por el contrario, han servido para que les otorguen
otros fondos para que continúen desarrollando otros proyectos.
De acuerdo con el director del Instituto de Cultura Puertorriqueña,
Carlos Ruiz Cortés, el gobierno le asignó al Archivo cerca de $1.5
millones de fondos ARPA, que se usarán para administración y para
proyectos de colaboración con Estados Unidos y España.
“La oportunidad de competir por ‘grants’ (subvenciones) siempre ha
existido. El asunto es la voluntad, el personal, el liderazgo, y confiar
también en nosotros mismos”, afirmó Ruiz, al tiempo que celebraba la
gestión de Ayala y su equipo de trabajo.
Entretanto, el Archivo General y la Biblioteca Nacional esperan también
poder usar los fondos de reconstrucción que asignó FEMA a la
institución.
“Son $3.1 millones de FEMA. Ya están en caja. Así que próximamente
estaría el proceso ya de realización del proyecto. Esperamos que antes
que se acabe el año empiece la restauración de lo que son puertas,
ventanas, pintura, mejoras permanentes”, comentó el director del ICP.
Además, hay otros $600,000 para trabajar con documentos en el Depósito
5, que fue muy afectado. Este proyecto, explicó la directora, se trabajó
con una compañía especializada y estuvo a una firma de comenzar, pero a
último momento el contratista se retiró, no por problemas con el
Archivo, sino por una situación de una deuda con otra agencia del
gobierno, que consideraron que, si no se pagaba, pues no tendrían
ninguna relación con el gobierno. Esa cancelación supuso un retraso de
más de un año en ese trabajo de sanitización de documentos.
Afortunadamente, ya están trabajando con otra compañía para poder
llevarlo a cabo.
“Algo muy bonito de todo esto, que a veces uno piensa en el Archivo y
piensa que es solo para historiadores. Pero no, esto es para todo el
mundo, todas las artes, todas las disciplinas, en fotografía; nada, eso
es... es la democratización y accesibilidad de la información para
todos”, resaltó Ruiz.
Y como si todo lo que han estado haciendo no fuera suficiente, el
Archivo General y la Biblioteca Nacional mantienen sus servicios de
atención al público y un interminable calendario de variadas
actividades, presentaciones y exposiciones.
Ayala invitó a las personas que estén interesadas en conocer más sobre
el Archivo General y la Biblioteca Nacional, y sobre sus proyectos y
eventos, a “buscarnos por las redes sociales, buscar nuestra página web.
Ahí tienen acceso a la información de quiénes somos, cuáles son nuestras
colecciones, cuáles son los servicios que estamos dando. Y los
exhortamos a que nos visiten. Estamos siempre aquí disponibles para el
público”.
|