jueves, 3 de diciembre de 2015
Por Antonio Quiñones Calderón
Con la puesta en escena hoy jueves de Camoens –el casi olvidado drama de don Alejandro Tapia y Rivera–, el recuperado Ateneo Puertorriqueño y el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe inician públicamente las Jornadas de todo un año en honor del fecundo escritor, filósofo, ensayista, historiador, narrador, padre de las letras puertorriqueñas y del Teatro Puertorriqueño e iniciador y fundador en 1876 de la más importante casa cultural de Puerto Rico.
Iniciado el año de las “Jornadas en Honor y Memoria de Alejandro Tapia y Rivera” con la colocación de una ofrenda floral el pasado 12 de noviembre –fecha de su nacimiento en San Juan hace 189 años– en la tumba donde reposa en la ciudad capital en la que también murió en 1882, los actos en recordación del autor de Mis Memorias, o Puerto Rico, como lo encontré y como lo dejo, incluirán, entre otros, un congreso académico de tres días en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, presentaciones de libros, nuevas publicaciones, una magna exposición de su vida y su obra, la creación de la Medalla Conmemorativa, foros de discusión y análisis, documentales y varios estrenos de su obra dramática en el tradicional Festival del Teatro del Ateneo Puertorriqueño.
Además del Ateneo Puertorriqueño –en plena efervescencia cultural y académica a través de sus nuevas cátedras de variadas disciplinas bajo la presidencia del poeta y médico Hamid Galib– y del CEAPRC, con su rector Miguel Rodríguez López, las jornadas de todo un año cuentan con el coauspicio del gobierno municipal de la ciudad capital, la Asociación Puertorriqueña de Historiadores, el Instituto de Literatura Puertorriqueña, el PEN Club de Puerto Rico, el Taller Dramático de Radio y Televisión de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública y el Instituto Alejandro Tapia y Rivera.
Todas las actividades están enmarcadas en el objetivo de exaltar la vida y la obra, así como promover ante las nuevas generaciones el pensamiento de Tapia y Rivera, aún vivo y enérgico. Una de sus más conocidas y celebradas obras –Mis Memorias–, constituye el testimonial más importante del siglo XIX, en el cual narra con su característica precisión y la belleza de su perfecto lenguaje la vida pública y privada de la ciudad de San Juan, incluyendo acertados detalles de la capital en los años formativos de su identidad: los de 1820 a 1882. En atención a su vida y su amor por la ciudad capital, la Legislatura Municipal de San Juan tiene bajo consideración una iniciativa que se le ha solicitado para hacer viable la colocación de una estatua de bronce a cuerpo completo de Tapia y Rivera, que sería expuesta en los jardines del Ateneo Puertorriqueño.
No tan conocida, pero poseedora de un decidido fervor por los derechos de la mujer –de hecho, la evidencia de un adelantado que rompió esquemas y superó las limitaciones existentes entonces en los derechos de lasmujeres– es su pieza de teatro La parte del león, en la que aboga por la igualdad de la mujer en su ambiente y en sus relaciones; era su interés desterrar los parámetros que imponía una sociedad patriarcal.
Camoens, un drama basado en la azarosa vida del poeta portugués Luis de Camoens, estrena este jueves en el Teatro del Ateneo Puertorriqueño en Puerta de Tierra en funciones que incluyen el fin de semana y que se extenderán hasta el domingo 13. Dirigida por el dramaturgo Roberto Ramos Perea, en la pieza se destacan elementos románticos como el duelo, las visiones fantasmales y el amor traicionado por la intolerancia. La obra, protagonizada por el doctor Edgar Quiles Ferrer, Mayra Echevarría, Rolando Reyes y otros 30 actores, fue catalogada en su momento por Manuel Fernández Juncos como “excepcional, intensa y lo mejor de la producción tapiana”.
Es una buena manera de iniciar el año de Tapia y Rivera y evocar los cimientos sobre los que él consolidó la literatura puertorriqueña.
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