18 DE NOVIEMBRE DE 2011
POR ROBERTO RAMOS-PEREA
Desde 1876, el Ateneo Puertorriqueño se funda como signo de identidad y distinción de la cultura, costumbres, y pensar de nuestro pueblo ante el modo de vida español. Sus fundadores Don Alejandro Tapia y Rivera, Don Manuel Elzaburu Vizcarrondo, Don José Julián Acosta, Don Román Baldorioty de Castro, Don Manuel Corchado y Juarbe entre más de medio centenar de ilustres hombres del pasado siglo, destacaron que para ellos, aunque españoles por ciudadanía, tenían muy claro que su Patria era Puerto Rico. De esta forma crean una Sociedad que tenía como misión privilegiada, el ser una tribuna libre de las ideas, un espacio de difusión para las artes y el pensamiento y centro de difusión de conocimientos y educación. Aquí recibieron sus primeros galardones en los certámenes literarios y artísticos anuales, poetas como José Gautier Benítez, José de Diego, Manuel María Sama, Francisco Oller, Manuel Fernández Juncos, Lola Rodríguez de Tió, Luis Lloréns Torres, entre cientos de notables artistas y pensadores puertorriqueños.
En el año 1888, Manuel Elzaburu crea en el Ateneo el Instituto de Libre Enseñanza, que se constituyó en la Primera Universidad que tuvo Puerto Rico, donde se graduaron varios centenares de estudiantes, certificados por profesores de la Universidad de la Habana, España y Puerto Rico. Al negociarse el Tratado de París entre España y Estados Unidos en el año de 1898, en el Artículo XIII de dicho Tratado se establece claramente que el gobierno militar y civil de Estados Unidos en Puerto Rico respetará y no intervendrá con las instituciones establecidas antes de la invasión. Estas dos instituciones vigentes lo fueron el Colegio de Abogados, fundado en 1840 y el Ateneo Puertorriqueño fundado en 1876. El Ateneo Puertorriqueño entonces, duplica sus esfuerzos en la difusión de la cultura puertorriqueña creando secciones y actividades para la discusión abierta y plural de las ideas, sin rendir su misión de defender la puertorriqueñidad y la libertad de ejercerla de las maneras que el Ateneo entendió necesarias.
Así, la referida labor cultural y social que realiza el Ateneo se extiende hoy en el trabajo diverso a través de foros, presentaciones, conferencias simposios y congresos de sus secciones de Ciencias Políticas y Sociales, de Ciencias Naturales, de Artes Plásticas, de Historia, de Teatro, Cine, Música y Literatura. Continúa sin descanso su tarea de premiar el talento joven del país a través de sus Certámenes artísticos y literarios. Tiene un fondo editorial, el Editorial LEA, de más de un centenar de títulos publicados, dos revistas especializadas, impresos facsímiles, películas en DVD y audiolibros para ciegos. En la actualidad, el Ateneo posee la Primera Biblioteca del País, especializada en libros y manuscritos sobre Puerto Rico. Cuenta además con el Conservatorio de Arte Dramático, fundado por Tapia en 1879, donde más de 90 estudiantes, de manera gratuita, reciben educación en todos los campos relacionados a este arte. El Ateneo es dueño y custodio de una de las más importantes colecciones de Arte de Puerto Rico, en la que se conserva entre otras obras, el cuadro del Maestro Rafael Cordero, pintado por Francisco Oller. Su Archivo Nacional de Teatro y Cine guarda todo el patrimonio cinematográfico, las colecciones de los más destacados actores y dramaturgos del país, y entre sus colecciones se encuentran los documentos de Lucy Boscana, Jossie Pérez, Francisco Arriví, Alejandro Tapia y Rivera, Awilda Carbia, Myrna Vázquez, Axel Anderson, entre muchos otros. Conserva un Teatro de 200 sillas en las que se da espacio a lo novedoso y a lo clásico del teatro y la música nacional puertorriqueña.
Es el Ateneo además el impulsor de varias comisiones de estudio sobre los problemas más apremiantes de la Nación, con la creación de su Comisión sobre el Estatus; la Comisión sobre Vieques; la Comisión sobre el Idioma Español que dio paso a la creación del Centro de Estudios Bilingües del Ateneo que exitosamente dirigió el Lcdo. Eduardo Morales Coll y que realizó extensos estudios y encuestas sobre el idioma español de Puerto Rico; la Comisión para el Estudio del Origen de nuestra Bandera, la Comisión de estudio sobre el Fondo Electoral, la Comisión para el desarrollo de las Ciencias Puertorriqueñas, entre otras muchas que sirvieron de fuente de información y discusión a la propia Legislatura del país.
Desde la década del treinta del siglo XX, en reconocimiento a la ingente labor cultural y social de esta Docta Casa, se asignó un donativo por las cámaras legislativas que estimuló el desarrollo de actividades, ayudó a preservar su Biblioteca y su colección artística, sus publicaciones y solventó los certámenes artísticos y literarios. Con el tiempo, esta asignación fue creciendo con el aumento en los costos de vida y alcanza la cifra de $500,000 dólares anuales. Cada año, el Ateneo Puertorriqueño y su división de contabilidad, remite extensos informes a la Legislatura y al Contralor del buen uso de estos fondos. En varias ocasiones hemos recibido felicitaciones por lo completo, extenso y detallado de dichos informes.
Nadie debe discutir los méritos y el valor de una institución como el Ateneo desde una perspectiva partidista o meramente económica, cuando en todas partes del mundo, los Ateneos se levantan como signos de la identidad de las naciones. El Ateneo ha sido tribuna libre y espacio de expresión de todas las tendencias políticas, de todos los sectores sociales y de todas las facciones de trabajo cultural. Su Junta de Gobierno, compuesta por 17 ilustres ciudadanos de la comunidad social e intelectual, de todas las tendencias y credos políticos, ha colaborado de manera desinteresada y democrática en todas las tareas del Ateneo. Su caudal de socios, que cada año crece, abarca todos los sectores de nuestra sociedad y continuamente se reciben solicitudes y suscripciones para formar parte de sus actividades y trabajos.
Lo que representa el Ateneo Puertorriqueño para nuestra Sociedad, no alcanza a expresarse en palabras, sino en emociones profundas de respeto, solidaridad y esperanza. Respeto, porque desde las paredes de esta Docta Casa se han librado innumerables discusiones, que han derivado acuerdos, pactos y tolerancias entre los diversos puntos de vista de los que se nutre la pluralidad del ser puertorriqueño. Solidaridad, porque desde este espacio de creatividad y discusión cultural, se han crecido los más importantes artistas, filósofos, pensadores, escritores y políticos, en abierta solidaridad con todo el país y toda su gente. Esperanza, porque es la cultura la que afirma el ser y su identidad. Porque es el bagaje creativo, ideológico y filosófico junto al acervo histórico y patrimonial el que da forma, sentido y dirección a una nación debidamente constituida, como lo es la nación puertorriqueña. La esperanza de que ésta siga manifestándose y multiplicándose es finalidad y esencia del Ateneo. |