Mientras el arqueólogo y periodista
Raphael Cosme hacía un recorrido para tomar fotos de monumentos
históricos por la parte norte de la isleta del Viejo San Juan en
Puerto Rico, en junio, una docena de grabados coloniales del
siglo XVII y XVIII salieron a la luz pública en medio de una
sesión de fotos.
Todo comenzó cuando Cosme decidió bajar a la muralla que se
encuentra frente a la guardia nacional. El camino no fue fácil
debido a que el único acceso era una pendiente muy resbalosa. Ya
en el lugar Cosme inició su sesión de fotos, enfocando las
antiguas paredes de la muralla.
Fue entonces que se percató de que habían unas embarcaciones del
tipo colonial grabadas en las gruesas paredes. Algunos de lo
dibujos sobre la mampostería o estuco reflejaban galeones y
comenzó a inventariarlos.
Primero en descubrir
Mientras eso sucedía, Cosme no tenía ninguna duda de que fue el
primero en descubrirlas debido a varios factores asociados a los
grabados. Primero la pared se encontraba sólida sobre su
fundación en donde el grabado de un galeón colonial se notaba
apenas por estar cubierto con algún sedimento de tierra.
Otra embarcación de menor tamaño salió a la luz, que también fue
inventariada por Cosme.
Una razón fundamental para saber que se trataba de grabados
auténticos de la época colonial y que se encontraban por primera
vez es la existencia de una capa de sedimento de tierra sin
alterar de aproximadamente una tonelada que cubría parte de los
grabados.
Más tarde, un empleado del Instituto de Cultura Puertorriueña (ICP)
confirmó que se trataba del fortín Tajamar, pero desconocía la
existencias de dichos grabados.
Como en San Agustín
Lo irónico del caso es que hacía un mes que Cosme había
reportado en un semanario de Orlando otros ejemplos de dibujos
coloniales sobre mampostería que fueron detectados en el fuerte
de San Marcos de la ciudad de San Agustín, Florida, por un indio
seminole al inicio del siglo 20.
Para los años 40 los historiadores Albert Manucy y Luis Arana
hicieron la conexión y la clasificación de sobre 25
embarcaciones grabadas sobre el estuco en los cuartos de armería
del fuerte.
Eric Pérez, quien lleva varios años estudiando monumentos
históricos del Viejo San Juan con la organización San Juan en
Blanco y Negro, confirmó de que esta muralla fue abandonada por
los norteamericanos desde la adquisiciones de fuertes al
principio del siglo 20, nunca se les prestó alguna restauración
o preservación, luego más tarde paso a ser propiedad del
gobierno de Puerto Rico, pero continuó en el mismo estado de
abandono.
Pérez dijo que la mayoría de los datos historiográficos de la
muralla del Tajamar estarían en el archivo de las Indias en
España y que el lugar fue utilizado como observatorio entre los
dos bastiones de San Cristóbal y la batería del Escambrón.
En cuanto al nombre de la muralla, podía referirse de dos
maneras, Tajamar o Taxamar, según las lecturas de Adolfo de
Hostos en el tema de la ciudad amurallada del Viejo San Juan.
Pérez trabajó en un proyecto de reconstrucción de la muralla por
medio de dibujos y esquemas, pero aseguró nunca haber visto esos
grabados de Cosme en el estuco de las murallas de Tajamar.
Interés en Tajamar
El hallazgo de Cosme abrió un interés de estudiar la ruinas
abandonadas del Tajamar por varias organizaciones de gobierno y
privadas.
Cosme continuó con el sondeo y la colección de imágenes del
observatorio Tajamar y que según él es una estructura construida
entre la arena y las aguas del mar Caribe, fácil de ver desde el
Malecón y a 1,500 pies desde el fuerte de San Cristóbal y a tan
sólo 1,000 pies del Capitolio.
El descubrimiento de los grabados coloniales sin lugar a dudas
fue resultado del empeño de un hombre de analizar todo lo que se
ve a simple vista en antiguas ruinas.
Cosme fue más allá y descifró el primer dibujo que mostró
claramente una embarcación de guerra. Se podían apreciar hasta
la serie de orificios donde se presume iban colocados los
cañones en la embarcación.
Los autores son anónimos pero son parte de la historia de San
Juan. Algunos de los responsables de los grabados pudieron ser
los centinelas o soldados del pequeño fuerte.
Además, Cosme encontró otros grabados con un estilo único se
trataba de elementos poco usuales, como fue un dibujo de una
estructura con el tope arqueado y los incisos entrecruzados,
posiblemente posiblemente un Bohío Taino, ya que hasta finales
del siglo XVII los indios convivían con los españoles.
Otros dibujos fueron una "Hamaca", un escudo de la realeza
española y una flecha que apuntaba un hueco ya abierto que,
según Cosme, un mapa o monedas de oro fueron extraídos
posteriormente.
Apenas comienza a hablarse en todo el Viejo San Juan del
descubrimiento de Cosme, el doctor Ricardo Alegría dio su punto
de vista:
"Me di cuenta de lo encontrado por Cosme en los medios de
comunicación y me reuní con él por una hora. La explicación
acerca de las embarcaciones y el lugar era obvio; es una muralla
que pudo haberse construido entre el siglo 17 y 18; vi las fotos
de los grabados de embarcaciones y una de ellas podía ser de un
galeón de guerra por su forma y los detalles del inciso que
mostraban la serie de cañones de la cubierta; también sé que ese
lugar en mi infancia lo conocían como la muela y muchos bañistas
lo utilizaban como área recreativa".
Comentarios de Parques
Otro de los que aportaron comentarios acerca del descubrimiento
fueron dos empleados del Servicio de Parques Nacionales
(Nacional Park Service) de la región de Puerto Rico, el
superintendente Walter Chávez, y Félix López historiador de los
fuertes de Puerto Rico.
López, de 28 años, lleva trabajando 5 años en el fuerte de San
Cristóbal, en la división de Recursos Históricos y Culturales.
Explicó con gestos de sus brazos el nombre del fortín Tajamar:
"Taja" "Mar", muralla que penetra en forma linear y corta el
mar.
En cuanto a las fotos de los grabados, si puede ser un galeón el
grabado y la muralla del Tajador "pertenece al gobierno de
Puerto Rico, no son de los nuestros, no intervenimos en asuntos
de trabajos exploratorios si no son de los Parques Nacionales;
ahora existe un representante del ICP trabajando con varios de
los grabados coloniales encontrados en nuestros fuertes,
nosotros estamos patrocinando ese proyecto de estudiar los
grabados en los fuertes del Castillo de San Felipe del Morro y
San Cristóbal en el sector El abanico".
Chávez dijo: "Si es un proyecto especial lo de estudiar los
grabados en nuestros fuertes y son dos años de investigación y
preservación de ellos también una universidad de los Estados
Unidos participa".
Estudio preliminar
Antes de su partida hacia la Florida, Cosme realizo un estudio
preliminar del observatorio Tajamar y pudo comprobar de que la
muralla del pequeño fuerte se encontraba localizada en el punto
centro norte de la isleta del Viejo San Juan, o sea como si se
tratase del punto cero marcado por los ingenieros de esa época.
Se podía fácilmente medir las mismas distancias entre las dos
puntillas de la isleta del Viejo San Juan, en información
obtenida del archivo de las Indias en España, proveída por un
experto en manuscritos españoles, se agrega el dato de que los
ingenieros a cargo del proyecto, levantaron una pared que salía
de la parte este de la estructura en un ángulo de 90 grados
penetrando la orilla y la pendiente, edificación realizada entre
los años 1634 al 1693.
La intención de usar esa pared fue como punto de observación de
barcos enemigos entre los fuertes San Cristóbal y la batería del
Escambrón.
También se supo que se planeaba cerrar la muralla de defensa
desde el fuerte de San Cristóbal hasta el Tajamar, pero más
tarde se cambiaron los planes y se decidió cerrar la muralla de
defensa entre el Morro y San Cristóbal, nunca dejo de funcionar
como observatorio de barcos enemigos por los soldados centinelas
los mismos, que fueron responsables de la variedad de grabados
de embarcaciones que veían merodeando las aguas del mar caribe.
Cosme no descarta regresar a Puerto Rico para el próximo verano
del 2006 y estudiar más de cerca el observatorio del Tajamar
para confirmar datos acerca de la fecha exacta en que la
estructura fue construida o si pudo pasar como en el fuerte de
San Marcos de la Florida en donde varios diseños estructurales
fueron aplicados a través de los siglos.
Cosme espera visitar nuevamente el fuerte de San Marcos en la
Florida para hacer una comparación con los grabados de San Juan
y terminar con la recolección de datos para su publicación
"Huellas de la Colonia en Puerto Rico" que saldrá publicada el
próximo año.
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