A fondo. El Centro de Periodismo Investigativo denuncia que el principal contratista del Paseo de Puerta de Tierra abandonó el proyecto por problemas de liquidez que pudieron haberse detectado antes de su contratación.
Oscar Iván Rivera “está de viaje”, dice una secretaria desde de la suite 400 del edificio Miramar Plaza en la avenida Ponce de León. Es la oficina de Omega Engineering en San Juan, empresa que cometió errores en la construcción, entró en impago con suplidores y por falta de liquidez abandonó el proyecto para el que fue contratada por la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura (AFI): las fases III y IV del Paseo Lineal de Puerta de Tierra. Oscar Iván Rivera es presidente y principal ejecutivo de Omega, que opera también en Panamá. Allí la Corte Suprema le acusa de formar parte de un esquema de lavado de dinero por el magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia de Panamá Alejandro Moncada Luna fue sentenciado a cinco años de cárcel. A Omega también se le acusa de recibir un adelanto de $1.7 millones para desarrollar un mercado agrícola que nunca construyó.
Grace Santana, directora ejecutiva de AFI, aseguró al Centro de Periodismo Investigativo que los problemas de liquidez de Omega llegaron “después” de su contratación para el proyecto del Paseo Lineal. Sin embargo, la inestabilidad económica de Omega se refleja en documentos que la compañía sometió a AFI para competir en la subasta, donde se midió contra siete empresas para llevarse el contrato de $11,273,841. Los problemas económicos de Omega no impidieron que cualificara para obtener el contrato, firmado el 18 de noviembre de 2014 y cancelado por AFI el 1 de diciembre de 2015, alegadamente por falta de liquidez en las cuentas de Omega.
La directora de AFI no asumió responsabilidad por haber contratado a Omega aun cuando eran evidentes sus problemas económicos. “El CPA, no nosotros, hace una evaluación, y asume una posición, y dice si (la compañía) tiene liquidez suficiente para continuar”, dijo Santana. El CPA Armando Suárez fue el consultor que evaluó los estados financieros de las empresas que compitieron por el contrato. Armando Suárez aseguró en su informe que “el proponente (Omega) tiene liquidez adecuada para construir cualquier proyecto”.
Por otra parte, en una carta de María L. Santiago, presidenta de la Junta de Subastas de AFI, a Arnaldo L. Príncipe, supervisor de proyectos y jefe del departamento de compras y contrataciones de Omega, se indica que todas las líneas de crédito de Omega fueron canceladas por los bancos y que los balances de las líneas de crédito a febrero de 2013 excedían su límite y estaban vencidos.
En 2012, las pérdidas netas de Omega fueron de $1,309,146 y en 2013 de $3,526,894. “Estas pérdidas netas no recurrentes pertenecen a varios proyectos de los que Omega era el contratista general, que encontraron complicaciones debido a las dificultades económicas de la isla”, indica una carta de Víctor R. López, vicepresidente de Omega, a Santiago.
“Al final del año fiscal 2014, Omega presentó efectivo y valores mercadeables por la cantidad de $2.3 millones con un Capital de Trabajo de $1.8 millones, más del doble de lo que exige AFI en efectivo. Las ganancias por contrato aumentaron $15.4 millones con ganancias netas de $163,000”, indica Víctor R. López en la misiva que refleja que la cantidad de efectivo y valores mercadeables de finales de 2014 es menor que la de febrero de 2013.
Para otorgarles contratos, AFI exige a las empresas que tengan un mínimo de $725,000 en efectivo y el respaldo de instituciones bancarias para obtener financiamiento. En su evaluación financiera para la subasta, Omega obtuvo 14 de 20 puntos, con lo que pudo cualificar para que se le otorgara el contrato.
Luego de que Omega estuviese 12 meses a cargo de la construcción, AFI le envió una notificación para avisarle de manera “formal” que estaba incurriendo en “serios retrasos en la ejecución del trabajo debido a falta de recursos y capacidad financiera”, y le daba siete días para presentar un plan de trabajo para recuperar los días perdidos so pena de cancelarle el contrato. Para entonces, el proyecto del Paseo Lineal estaba retrasado por 260 días calendario.
Lina Vega colaboró en esta historia desde Panamá.
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