La controversia surgida en los pasados días en torno a la construcción del Paseo Puerta de Tierra y en la cual se detuvieron los trabajos de corte y remoción de varias palmas pasó desapercibido la existencia de las ruinas del antiguo puesto de observación español Tajamar.
El considerado como un monumento histórico no ha sido mencionado por ninguna de las partes que se encuentran en discusión e incluso para el Gobierno al parecer tampoco existe.
El observatorio de Tajamar fue parte importante durante la época del imperio del Plan de Defensa de la ciudad y uno de los más importantes del Caribe en los siglos pasados.
Apenas unos meses atrás, el gobierno anunció la construcción de las fases III y IV del Paseo Puerta de Tierra que crearían 175 empleos de construcción, el cual se compone de siete etapas. Como parte de la fase III, el Paseo de los Enamorados se transformará en la Terraza al Mar, con un mirador de dos pisos, de 36 mil pies cuadrados y una monumental vista al Océano Atlántico, que albergará algunos negocios. La etapa IV extiende el paseo para ciclistas hasta el Capitolio.
Los vecinos que se encuentran en discusión con la Administración para el Financiamiento de la Infraestructura (AFI), paralizaron las labores de corte y poda del follaje, y actualmente se encuentran en la Legislatura tratando de detener todo el proyecto. No obstante, pasaron por alto el Puesto de Observación de Tajamar, que se encuentra justo al final de la playa de ese nombre, completamente dilapidado y con las paredes en el suelo.
Tal y como apuntaba el Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, es el testigo insobornable de la historia, por que no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él, el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones. Este eslabón arquitectónico y monumento de Puerta de Tierra, podría atraer toda la atención de la ciudadanía tanto forma parte de un eslabón de defensa que comenzó en 1532 con la construcción de la Fortaleza y la edificación del Cuartel de Ballajá que se completó en 1864.
No aparece en los registros
La historia de este puesto de observación es muy singular porque durante el cambio de soberanía entre Puerto Rico y Estados Unidos de 1898, esta estructura no se incluyó. Aunque su ubicación al norte de la isleta, cara al Océano Atlántico se encontraba en el punto cero de todo ese litoral, desde donde se podía observar todo lo que venía por el mar desde la Batería del Escambrón a la derecha y el Castillo de San Cristóbal y el Castillo San Felipe del Morro a la izquierda, sin obstrucción de visuales.
“Es una especie de espigón que sale hacia el mar y sus ruinas están en la playa norte frente a los cuarteles de la Guardia Nacional, en la parada 3, de Puerta de Tierra. Era un punto de observación y era utilizado por la Infantería pues carece de troneras. Nunca encontramos alguna garita para proteger al vigilante aunque es probable tuviese un techo temporal en su galería. Se construyó antes de 1743 de acuerdo a dos manuscritos de 1794. Está en nuestros planes reconstruir gráficamente esta pieza”, expresó el ilustrador e historiador Erick Pérez del equipo ‘San Juan en blanco y negro”, y voluntario de la Oficina Estatal de Conservación Histórica de La Fortaleza y el Servicio de Parques Nacionales (NPS), para reproducir los originales de esta edificaciones históricas.
De otra parte, la directora de arqueología del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Arq. Laura del Olmo, indica que de acuerdo a sus estudios nadie está seguro de quién tiene la jurisdicción del Puesto de Tajamar.
“Según me indicó una persona que trabajó en la Autoridad de Carreteras hace varios años, esas ruinas se quedaron fuera del inventario de traspaso de España a Estados Unidos, igualmente fuera del inventario de traspaso de EEUU al Departamento de lo Interior, y del DI al Departamento de Transportación y Obras Públicas. Es decir que aparentemente, no hay una agencia que sea ‘dueña’ de esta sección de muralla. Tal vez la Legislatura pudiera hacer una asignación de fondos para que estos trabajos se llevaran a cabo, ya sea a través del ICP, DTOP o el Municipio de San Juan y también podría planteársele al NPS”, agregó.
Esta fortificación tiene además otra fascinante historia, dado que el arqueólogo y periodista Raphael Cosme visitó esta estructura en 2005, encontrando en sus fotografías que sobre la mampostería había grafittis de embarcaciones coloniales, y otras más detalladas con orificios donde se presume iban colocados cañones, un bohío taíno, una hamaca, un escudo de realeza española y una flecha que apuntaba a un hueco abierto. En información obtenida del Archivo de las Indias, se descubrió que la edificación realizada databa entre los años 1634 al 1693. Ricardo Alegría intervino con el descubrimiento, al igual que el Superintendente del NPS, Walter Chávez, que extendió la investigación de grabados hacia El Morro y San Cristóbal.
Chávez quien mantiene un programa de preservación continuo sobre el Morro, su explanada, el San Cristóbal, El Cañuelo, partes de las paredes amuralladas de la ciudad y los bastiones, incluye un laboratorio especializado, según describe, en técnicas de preservación, reparación y restauración in situ que nunca se detiene.
”Esta particular fortificación y parte de una docena de lugares que formaban parte del sistema de defensa español, no forma parte del Servicio de Parques Nacionales. Actualmente, se encuentra bajo estudio para ver si pueden formar parte de nuestro trabajo. Hace dos años y medio se viene realizando esa investigación cuyo resultado se conocerá este verano de 2015. Dependiendo de los estudios y las recomendaciones, puede convertirse en parte de nuestras prioridades. De lo contrario, desearíamos trabajar con el Estado Libre Asociado, la alcaldía de San Juan o cualquier autoridad puertorriqueña”, manifestó Chávez.
El rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEA), el Arq. Miguel Rodríguez López manifestó que es muy poca es la información que se tiene de esta estructura en publicaciones especializadas en historia y arquitectura militar. Solo se menciona que formaba parte de la Tercera Línea de Defensa de la ciudad.
“Creo que con el desarrollo actual de la zona y el corte de la vegetación, se ha redescubierto y visibilizado desde lo alto este pequeño fortín, que yace muy maltratado por el fuerte oleaje y por el tiempo. Como rector del CEA, ofrezco la posibilidad de que nuestros estudiantes de los programas de Arqueología e Historia se involucren en el estudio y documentación de este valioso hallazgo arquitectónico que forma parte de la historia militar de nuestra ciudad de San Juan. El pasado año nuestra institución firmó un acuerdo general de colaboración con el NPS y creo que dentro del marco de esta alianza, podemos diseñar un proyecto investigativo sobre el llamado ‘Fortín anónimo’”, dijo Rodríguez López.
La comunicación con el Arquitecto Segundo Cardona, creador de El Paseo de Puerta de Tierra, sin embargo, no sólo fue infructuosa sino que impartió instrucciones para que la directora ejecutiva de AFI, Grace Santana contestara las preguntas de este diario. Esta, a su vez, encargó a la Sra. Cheisa Ojeda a informar que “no procuramos preservar los monumentos de Puerta de Tierra porque eso elevaría los costos del Paseo de Puerta de Tierra. Como ven, la construcción es en tierra y no en la costa, así que una cosa no tiene que ver con la otra. ¡No se puede hacer nada por esa estructura!”, concluyó.
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