30 de septiembre de 2017

Por Perla Rodríguez, EL VOCERO 

La comunidad de Puerta de Tierra tiene razones para mantener la sonrisa.

La parada de guaguas que construyeron junto a una brigada de niños sobrevivió la embestida del huracán María y parte de la comunidad ya tiene agua y luz.

Sin embargo, aún hay mucho que hacer. El vivero que trabajó la brigada de niños y adolescentes juntos a los líderes comunitarios se echó a perder y muchos de las herramientas que usaban para trabajar la tierra terminaron entre los escombros.


El trabajo no será fácil y el líder de la comunidad, José Vélez, lo sabe.

"No será fácil. Nos dio duro porque nos dañó las matitas y las estructuras de madera se destruyeron", explicó el líder comunitario que está dispuesto a trabajar incansablemente por reconstruir el espacio.

Pero todo dependerá de las herramientas que tengan para trabajar.


"Teníamos algunas cosas y se fue el techo con to'. Las matitas que están vivas, las vamos a limpiar nuevamente y vamos a traer plantas nuevas de medicina y empezar de cero", explicó Vélez a EL VOCERO.

El tiempo que tarden dependerá de las herramientas que lleguen a la llamada "Brigada PDT".

"Todo depende del material que me traigan. Si me dan los materiales, yo le doy 24/7 a esto y hago todo lo que puedo", explicó el líder de la comunidad en Puerta de Tierra.


También están en peligro unos dibujos que le obsequiaron a la brigada. Vélez intentará reponer las ventanas pintadas que cayeron, pero el futuro dependerá de la necesidad que tengan de esa madera.

En pausa la rampa

La rampa de patinetas que tenían planificada para los niños de la comunidad podría tardar en lo que reconstruyen el espacio que devastó el huracán María.


"Los nenes estaban bien contentos, pero vamos a ver qué pasa", señaló Vélez.

Los coordinadores del proyectos habían decidido construir una rampa porque querían mantener el vínculo de los niños pueden perder con la brigada según vayan creciendo.