Romero Barceló actuó como corredor de bienes
raíces en la transacción de compraventa del
Condominio Covadonga 104.
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viernes, 8 de Julio de 2010
El Senado expande su reino
Romero Barceló cobró
$180,000 por la transacción
Por Yanira Hernández Cabiya / El Nuevo Día
El Senado compró por $6 millones el Condominio Covadonga 104 para
trasladar allí las oficinas que ubican al presente en el edificio
Medical Arts, según consta en documentos oficiales del Registro de
la Propiedad.
En la compraventa -que se concretó el pasado 1 de junio - actuó
como corredor de bienes raíces el ex gobernador Carlos Romero
Barceló. Por su gestión cobró $180,000 de comisión, según confirmó
el ex mandatario.
“Cobramos una comisión de 3%, que es menor a lo que es la norma
que es de 6%”, explicó Romero Barceló.
La transacción legislativa tiene lugar en momentos en que el
Gobierno central ha recortado los fondos a las agencias por falta
de dinero.
El superintendente del Capitolio, Eliezer Velázquez, quien aparece
firmando la escritura, no contestó la petición de entrevista hecha
por este diario.
Tampoco estuvo disponible el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, quien este cuatrienio tiene la administración de la
Superintendencia.
De acuerdo con la escritura presentada en el Registro de la
Propiedad, Velázquez pagó $3.2 millones mediante un cheque del
Secretario de Hacienda al momento del cierre.
En una carta firmada por Rivera Schatz y la presidenta de la
Cámara, Jenniffer González, que forma parte del expediente, se
establece que el Senado cuenta con fondos propios para realizar la
transacción. La escritura indica que sobre la propiedad había una
hipoteca con el Banco Santander.
El balance de $1 millón deberá pagarse entre el 1 y 31 de julio de
2010 mediante asignaciones especiales o transferencia de fondos
del Senado, indica la escritura. La Legislatura aprobó como parte
del presupuesto para el año fiscal 2010-2011 la resolución
conjunta 783, que asigna $4.4 millones del Fondo General para la
adquisición de edificios, realizar mejoras e instalar sistemas de
seguridad en la Asamblea Legislativa, así como para gastos de
funcionamiento de la Superintendencia del Capitolio.
El edificio de Habibe
En los pasillos capitolinos, el Condominio
Covadonga 104 se conoce como el edificio de Tommy
Habibe Arias, uno de los empresarios convictos por corrupción en
el 2002 en relación con el proyecto de digitalización del catastro
del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM).
En el Registro de Corporaciones del Departamento de Estado se
identifica en un momento dado a Habibe Arias como el agente
residente de Covadonga Properties Inc., entidad a la que el Senado
le compró el condominio.
Al ser cuestionado sobre la relación de Habibe Arias con Covadonga Properties, Romero Barceló indicó que el empresario forma parte de
una de las fundaciones que son dueñas de la corporación.
En el 2008, el entonces presidente de la Cámara, José Aponte,
identificó $8.8 millones del Fondo de Mejoras Públicas para la
compra de ese mismo edificio por la necesidad de espacio en ese
cuerpo. Pero la asignación recibió un veto de bolsillo por parte
del entonces gobernador Aníbal Acevedo Vilá.
Ante la controversia creada en ese momento, Luis Fortuño, entonces
candidato a la gobernación, se opuso a la compra del edificio tras
alegar que su programa de gobierno era reducir el número de
legisladores y recortar los gastos de la Asamblea Legislativa.
“Si vamos a reducir el número de oficinas, no hay siquiera que
alquilarlas”, dijo Fortuño en ese momento.
Este diario supo que el Senado tiene identificados otros edificios
cercanos al Capitolio para adquirirlos.
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09 Julio 2010
‘Necesario’ el Covadonga
104
Legislatura busca salir de edificios
enfermos
Por Yanira Hernández Cabiya
Los trabajos en el edificio Covadonga 104 van viento en popa.
Las tres palmas que el miércoles demarcaban la fachada del inmueble ya
no están y ayer se pudo observar a los empleados del Senado mientras
laboraban en los alrededores.
Mientras tanto, el superintendente del Capitolio, Eliezer Velázquez,
quien dirige la oficina a cargo de las propiedades de la Legislatura,
mantuvo su hermetismo sobre el edificio.
Velázquez se limitó a proveer a este diario un mapa de las instalaciones
que componen el llamado Distrito del Capitolio.
Según la leyenda del mapa, durante este año se desocuparán dos de los
edificios que ahora utiliza el Senado. El primero es el edificio Luis
Muñoz Marín (antiguo Medical Arts), que se encuentra en visible
deterioro y alberga oficinas administrativas del Senado.
El segundo es un pequeño edificio que antes albergaba oficinas de la
Comisión Estatal de Elecciones y que pertenece a la Administración de
Terrenos.
Wanda Nazario, portavoz de Velázquez, indicó que las operaciones de esos
edificios son las que se trasladarán al Covadonga 104.
Histórico interés
De acuerdo con partes de prensa, los intentos del Gobierno por adquirir
el edificio Covadonga 104 datan del 2005. En esa ocasión los dueños del
inmueble presentaron una tasación que ascendía a $7 millones.
En mayo de 2007 una nueva tasación calculó el valor de la propiedad en
$10.1 millones.
Como posible comprador, la Legislatura realizó sus propias tasaciones.
La primera -en noviembre de 2006- arrojó un valor de $8 millones. La que
se realizó en junio de 2007 fue de $5.9 millones.
Para la transacción que se concretó el pasado 1ro. de junio, la tasación
rondó los $7 millones, según dijo a El Nuevo Día el ex gobernador Carlos
Romero Barceló, quien actúo como corredor.
El edificio de Covadonga Properties Inc. fue adquirido por $6 millones.
Según el expediente de dicha firma en el Departamento de Estado, el
presidente de Covadonga Properties Inc, es Wilfredo Marrero, tesorero de
Habibe Enterprises durante el escándalo de corrupción en el Centro de
Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM).
El empresario Tommy Habibe Arias y su hijo Tommy Habibe Vargas se
declararon culpables por su participación en el referido esquema.
Al momento de su incorporación, en la junta directiva de Covadonga
Properties aparecen Habibe Arias como presidente, Tommy Habibe Vargas
como tesorero y Frankie Habibe Vargas como secretario.
En 1999, cuando salió a relucir el escándalo del CRIM, Marrero se
convirtió en presidente, tesorero y secretario de la referida
corporación, según el expediente.
Los informes reflejan además que Covadonga Properties siempre reflejó un
déficit en sus ingresos. Al momento de la venta, Covadonga 104 tenía
deudas por cerca de $2 millones, entre ellas una hipoteca con el Banco
Santander.
El pasado 21 de mayo, Tommy Habibe Vargas se acogió al capítulo 11 de la
Ley de Quiebras ante la imposibilidad de pagar a sus acreedores más de
$10 millones en deudas, según reporta el Boletín de Puerto Rico.
Este diario intentó comunicarse con Marrero, pero tanto el teléfono de
su oficina como el celular registrado en los documentos del Departamento
de Estado estaban desconectados.
Un Mal viejo
Para el ex presidente del Senado, Kenneth McClintock, el problema de los
edificios enfermos es un viejo dolor de cabeza para la Superintendencia
del Capitolio.
“Al 31 de diciembre de 2008, cuando yo dejé el Senado, uno de los
dolores de cabeza más grandes a largo plazo era el problema de los
edificios enfermos, en especial el de Medical Arts, donde ubica el
corazón del Senado”, dijo el actual Secretario de Estado,
Según McClintock, durante su incumbencia como presidente del Senado
varios expertos le advirtieron que el edificio Medical Arts, cuyo nuevo
nombre es Luis Muñoz Marín, debía ser desalojado por dos años para poder
renovarlo. “Nosotros tratamos de arreglar algunas cosas, pero el
edificio se está cayendo en cantos”, dijo el ex senador.
El edificio, que data de mediados del siglo pasado, es una de las tantas
estructuras históricas, por lo que su restauración resulta más costosa
que un edificio regular, indicó McClintock.
Además, la Superintendencia del Capitolio posee oficinas en el antiguo
edificio de Medicina Tropical, otra instalación histórica que tras ser
remodelada fue afectada por un fuego ocurrido en abril de 2008.
La antigua sede de la Comisión Estatal de Elecciones, construida en
1938, también tiene defectos estructurales.
No obstante, McClintock no quiso opinar sobre la compra de nuevos
edificios para la Legislatura en momentos en que el gobierno de Luis
Fortuño mantiene una política de reducción de gastos y plantea un
recorte en el número de legisladores. |