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 Paseo de covadonga: simbólico parque de plazas y monumentos

Listin Diario
27 de abril 2017

Carmenchu Brusíloff
Santo Domingo

En el Barrio Puerta de Tierra aledaño al Viejo San Juan, se extiende en dos niveles un bien cuidado parque de atrayente paisajismo con jardines y plazas. Durante mis vacaciones en casa de mi hija Carmen, en Puerto Rico, varias veces en auto pasamos junto a él. Decidimos recorrerlo a pie. No imaginábamos que en su alargada franja descubriríamos tantos monumentos y plazoletas. 

(Cuando dicho espacio, ubicado entre el Paseo de Covadonga y la avenida Constitución, antes avenida Ponce de León, fue transferido a la Superintendencia del Capitolio, al frente de cuya fachada sur está, citaban al inmueble con una cabida superficial de treinta y dos mil trescientos noventa y tres metros cuadrados).

Iniciamos nuestro paseo por la acera en el nivel inferior, en la calle Paseo de Covadonga, que honrando a esta virgen, patrona de Asturias, España, tiene colocado un pequeño mosaico con su imagen. Desde la esquina que inicia el parque con una pérgola de moderno diseño caminamos junto a la Plaza en Honor a la Mujer Puertorriqueña. Para ver el conjunto cruzamos al otro lado de la calle, observando cómo asoma dominante la cúpula del Capitolio. 

Atrapa nuestra atención un obelisco en lo alto. Es el Monumento a la Policía, al cual se asciende por escalones con geométricos pasamanos que se repiten, aunque con distintas formas, por varias zonas del parque. Facilitan el ascenso de la ligera pendiente hacia la Avenida Constitución. Nosotras, empero, continuamos por el Paseo de Covadonga pasando junto a la semicircular Plaza de los Leones con cinco leones, cada uno individualmente ubicado en su respectiva columna.

En este andar descubrimos el Memorial al Holocausto, donde un Camino de los Justos “honra a personas que arriesgando sus propias vidas y las de sus familias, salvaron a judíos durante el Holocausto. Estos justos son para todos nosotros un ejemplo de cómo, ante la injusticia e indiferencia, cada uno tiene la opción de asumir un compromiso moral y marcar la diferencia”. Aparecen varios nombres de entre aquellos reconocidos por el museo de Yad Vashen, en Jerusalén, Israel. 



A unos pasos, una tarja conmemora a soldados de La Guardia Nacional caídos en la Misión Nuevo Amanecer en Vieques. Más allá, el Memorial dedicado a los heroicos soldados puertorriqueños de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América que dieron sus vidas en defensa de la Democracia y Libertad.

Debido a que estamos dándole la vuelta al parque, no atravesándolo, no nos percatamos todavía de que varias de las plazoletas conmemorativas se extienden de una a otra calle. Al acercarnos hacia dos fuentes con sus aguas cristalinas nos vemos junto a un muro de granito semicircular. En él están grabados los nombres de los soldados caídos en conflictos armados como miembros del Ejército de Estados Unidos. Es el Monumento de la Recordación complementado por la estatua de la Victoria en el nivel superior del parque que luego vemos en detalle, mientras al centro de la plaza está la escultura Llama de la Eternidad, en honor a los soldados sobrevivientes de las guerras.

Tras fijarnos en una placa en honor a Carlos Luis Cáceres Collazo, quien murió en Timor Occidental cumpliendo una misión humanitaria para asistir y proteger a los refugiados de guerra, nos sorprende un magnífico conjunto escultórico con tres figuras. Es el Altar de la Patria. Representa las tres etnias y las tres culturas que componen la identidad puertorriqueña, nombre precisamente de esta plaza de verde césped. Al fondo se despliega el Relieve de la Historia y la Cultura Puertorriqueña. Una frase debajo dice: De tu historia y tu lucha heroica emanan tu dignidad, tu perseverancia, tu grandeza y tu cultura.

Cansadas pero animadas llegamos ante el monumento a Manuel Antonio Zeno Gandía, donde reproducen algunos de sus poemas. Alcanzamos otra lindísima pérgola. Tampoco tiene enredaderas que por ella serpenteen, pero no es necesario. En su entorno predomina la naturaleza. Alcanzamos la esquina donde una calle interrumpe el parque. Del otro lado continúa un corto trecho con esculturas que honran a Santiago Iglesias Pantín y a Rafael Hernández Marín. No cruzamos. Preferimos continuar hacia la avenida Constitución, paralela al Paseo de Covadonga, hasta donde alcanza el conjunto de la Plaza de la Identidad Puertorriqueña. A corta distancia, la Estatua de la Victoria en honor al soldado desconocido puetorriqueño, junto al Paseo de los Presidentes donde varias estatuas puntean la acera. Representan a aquellos presidentes de Estados Unidos que visitaron Puerto Rico mientras ocupaban el cargo: Barack Obama, Gerald Ford, Lyndon Johnson, John F. Kennedy, Dwight Eisenhower, HarryTruman, Franklin D. Roosevelt, Hoover y Theodore Roosevelt.

En este nivel superior del parque observamos desde otros ángulos y nuevas perspectivas algunas plazoletas que visitamos en el nivel inferior, como el Monumento del Holocausto: “Que seis millones de velas iluminen la oscuridad de estas vidas truncadas”. También la Masacre de Lod, ocurrida el 30 de mayo de 1972 en el aeropuerto de Tel Aviv, Israel. “La masacre de Lod representa el estallido de un nuevo tipo de terrorismo asesino”. Entre los muertos, 17 eran puertorriqueños.

Un par de conjuntos escultóricos de adultos y niños amén de un muro en mármol con nombres de educadores componen la Plaza del Maestro. Al acercarnos al obelisco en honor a los policías caídos en cumplimiento del deber notamos que en su base muestra imágenes de uniformados activos. Un muro ondulado que bordea el césped reproduce numerosos nombres de mujeres destacadas. Es parte de la Plazoleta en Honor a la Mujer Puertorriqueña.

Al cabo de dos horas y casi desfallecidas por el calor, acariciadas por una tibia brisa, nos sentamos en un banco a la sombra de un árbol mientras contemplamos la bellísima perspectiva de una doble hilera de palmeras. No se puede pedir más. Es una joya de parque.

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