"¡EL CUERPO ME PIDE REVOLÚ! ¡El cuerpo me
pide revolú!"
Ese ira el "mantra" repetido por 11 mujeres y un hombre metidos
hasta los hombros en un área del balneario El Escambrón, en
Puerta de Tierra, mientras se balanceaban de lado a lado
tratando de tocar una rodilla con el codo del mismo lado.
Como todos los sábados y domingos, cuando se juntan a partir de
las 9:30 a.m., formaban un círculo, al tiempo que seguían a la
instructora Yolanda Matías en la rutina de acuaeróbicos. A los
ojos de alguien que no está dentro del agua, podrían parecer
repeticiones sencillas.
Pero adentro, donde el vaivén del agua no permite que uno se
mantenga por mucho tiempo en un mismo punto, el cuerpo tiene que
luchar para lograr la postura adecuada. Imagine tratar de
sentarse (squats) y mantenerse en el mismo lugar para repetir el
ejercicio mientras el agua playera lucha en su contra. Y, a eso,
añádale tener que sortear las piedras del suelo que pueden
lastimar la planta de sus pies si no utiliza calzado apropiado
para el agua.
"¡Piso, piso, piso, patada!", dice Matías e invita a los demás a
repetir esas instrucciones, uno por uno. Y lo hacen, entre
risas, concentrados, y luchando con el agua. Se concentran tanto
en su dinámica que pareciera que no hay nadie más en el lugar,
aunque ayer, particularmente, el público que quiso celebrar el 4
de julio abarrotó el lugar.
"¡Oye, pero no hicimos la sirenita, ni la mariposa, ni la
marioneta!", interrumpe José "Cheo" Rodríguez. "Ni el ángel", le
hace coro, Graciela Mercado. A esos reclamos responde la
instructora, luego de terminar con "la tijera bota" un ejercicio
en el que flotan boca arriba y mueven sus piernas, abriendo y
cerrando.
MEDICINA ANTI DEPRESIÓN
Y es que algunos nombres de ejercicios tienen el mismo carácter
de diversión que se disfruta durante gran parte de la clase, que
Rodríguez describe como "medicina que no se toma".
El hombre de mediana edad se integró al grupo, en el que se
pagan $5 por clase, . en medio de un proceso de depresión
provocado por su divorcio. "A mí me gusta porque son ejercicios
que no tienen impacto. Es una forma placentera de hacer
ejercicios. Trabajamos con la resistencia del agua", afirmó
Rodríguez, quien aseguró que la rutina es excelente como terapia
anti depresión.
Mercado, maestra y propietaria de una escuela que usa el método
Mon-tesori, dijo que siempre había caminado pero se unió al
grupo hace dos años cuando su médico le recomendó ejercitarse
más continuamente como parte de su tratamiento contra el cáncer.
"Siempre me ha gustado la playa. Ha sido la mejor forma de hacer
ejercicio. Esto es una forma de dejar atrás situaciones y
problemas", declaró.
El grupo no sólo se reúne allí sino que hace actividades
especiales, como spa de barro, y se ayudan con sus problemas por
lo cual se han conformado en un grupo de apoyo, destacó Mercado.
"Soy un ser de luz", repite la instructora casi al final de la
clase, para luego dar paso a un saludo al sol en el cual se
respira y se intenta liberar malas energías para recoger las
buenas. Con los brazos extendidos hacia el sol dominical termina
la rutina que Matías define como sanadora.
|