Es el único de los generos de animales donde el que se queda embarazado es el macho. |
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Cabalgata submarina
3 de julio de 2007
Por Marcos Fernando López / Especial para El Nuevo Día
Encontrar caballitos de mar en Puerto Rico sería un buen indicio sobre la mejoría de la calidad ambiental del mar. Pero esta especie parece ya no existir en nuestra Isla, excepto en un último cuerpo de agua en el Estuario de San Juan.
Recientemente, en la Punta de Escambrón se han visto caballitos de mar, según Jorge Bauzá, científico ambiental para el Consorcio del Estuario de la Bahía de San Juan (CEBSJ). Pero este pudiera ser su último hábitat local.
Observar este pez pudiera dar un buen aviso sobre la calidad ambiental y la ausencia de contaminantes en donde habita. Por esto, el CEBSJ está considerando estudiar los hipocampos en la Isla.
Los caballitos de mar son peces frágiles y dóciles de unas cuatro pulgadas de largo. Nadan por la profundidad impulsándose con sus dos aletas dorsales y, al llegar a un área de yerbas marinas o de arrecife, enrollan su cola en forma espiral en alguna superficie. Allí, se alimentan succionando con su hocico pequeños animalitos marinos.
A diferencia de otros peces, los caballitos de mar nadan en posición vertical. Además, se reproduce cuando el macho se “embaraza”, o carga dentro de su saco abdominal los huevos que la hembra allí deposita.
En nuestras aguas se han observado tres especies de hipocampos: el enano, el estriado y, el más común, el de morro largo. Pero el deterioro gradual de las aguas del estuario a través de los años ha causado la desaparición de este animal, dijo Edwin Hernández, biólogo marino. “Casi 100% de su ambiente está degradado o en un grado de deterioro, no tienen las condiciones que tenían antes para sobrevivir”, dijo.
Aunque hace décadas los pescadores veían poblaciones abundantes de este pez, la captura de éstos y la contaminación y destrucción de su hábitat ha diezmado su presencia en nuestras aguas. Sólo queda un lugar con las condiciones aceptables para que viva: la Punta de Escambrón.
Recientemente, en Punta Escambrón y en el adyacente Canal de San Antonio, buzos han visto los caballitos de mar, dijo Bauzá. En estas aguas, evaden el ojo de los científicos cuando se ocultan utilizando su camuflaje natural. Entre yerbas marinas y arrecifes de coral el caballito se torna color verde, amarillo, rojo o anaranjado para protegerse. Por ser tan difíciles de avistar, Bauzá dijo que los científicos locales no tienen datos específicos sobre el estado de esta especie en nuestra Isla.
De acuerdo a Hernández, no sólo están en peligro estas especies, sino prácticamente ya no existen en Puerto Rico. “Los he visto dos veces en mi vida en más de 20 años de buceo. Ya casi no quedan”, añadió. Por esto la importancia de mejorar la calidad del estuario de la Bahía de San Juan. Según Hernández, el Escambrón “es el único pedazo del estuario que tiene tanta circulación que mantiene condiciones de agua permisibles. El hecho de que aparezca esta especie da la posibilidad real de que de alguna manera se puedan recuperar algunas áreas del estuario. Es un evento bastante interesante y meritorio de proteger”.
Encontrar caballitos de mar en el estuario tiene su importancia. De acuerdo a quienes los han visto, los caballitos se desplazan o se esconden cuando se aproxima mal tiempo atmosférico. Pero cuando están presentes, significa que hay buen tiempo y buena calidad en el cuerpo de agua.
“Estamos hablando de una especie que es rara de observar, y aquí la estamos observando”, dijo Bauzá.
El CEBSJ estudiará próximamente las poblaciones de caballitos de mar. Cada varios meses, se hará un censo poblacional para contar cuántos habitan en un área designada. Después de un periodo de tiempo, se podrá ver si la población aumenta, disminuye o permanece estable. De aumentar la población, se entendería que el hábitat está en condiciones idóneas para la biodiversidad. Mientras que si disminuyera, habría que señalar cuáles son los elementos de la calidad de agua o los contaminantes que están propiciando este cambio.
“Con los resultados de este estudio estaremos en mejor posición para conservar y proteger una de los peces más interesantes observadas en las aguas del estuario”, dijo Bauzá.
Para los caballitos de mar las amenazas más presentes son el deterioro de su hábitat y la captura por parte de humanos. Se les atrapa para mantenerse en peceras y en algunos países asiáticos se consumen bajo la falsa creencia que poseen propiedades afrodisiacas y curativas.
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