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Los rostros tras los zapatos

Lunes, 4 de junio de 2018
Por Yaritza Rivera Clemente
El Vocero

 

En el interior de algunos de los zapatos sembraron plantas y escribieron mensajes en honor a los familiares y conocidos que murieron. Foto: Josian E. Bruno Gómez/ El Vocero


“Perdimos mucha gente y el gobierno no ha querido decir la verdad y dejar que este pueblo llore sus muertos. ¿Por qué negarlo? Hay que llorar los muertos. Hay que llorar la vida de esos seres queridos que se han perdido y que se siguen perdiendo todavía”.

Ese es el sentir de la arecibeña Lissette García, una mujer que llegó ayer junto a sus padres hasta el lado norte del Capitolio para colocar unos pares de zapatos en honor a su tío Carlos García Firpi, quien murió 16 días después del paso del huracán María el 20 de septiembre.

“Perdió su hogar que era de techo de madera, se desorientó, estuvo vagando varios días y entonces los servicios médicos no se le ofrecían, se deprimió, empezó a sentirse mal y murió de un infarto el 5 de octubre como consecuencia de la negligencia del mismo sistema del estado en ofrecerle ayuda”, expresó García en entrevista con EL VOCERO.

El dolor para esta familia continúa latente y, aunque han pasado más de ocho meses del embate del potente ciclón, todavía se le hace casi imposible hablar sobre la muerte de este ser querido.

René García, hermano del fallecido, aún no puede hablar sobre la muerte de este, pues inmediatamente se le hace un taco en la garganta y se le nubla la mirada. Ayer solo alcanzó a decir que sabía que el número de muertes era mayor a las 64 que ha confirmado el gobierno.

“No se rindió un homenaje”


Lissette, por su parte, dijo que su familia sabía que el número era mayor porque conoce muchas familias que también perdieron a un ser querido. “Se engañó al pueblo. No se rindió un homenaje y sentimiento de luto real hacia las pérdidas reales que tuvo el pueblo de Puerto Rico porque lo que material se va, pero teníamos que reconocer que había familias sufriendo por las muertes de sus parientes”, sostuvo.

En tanto, Amelia Rodríguez, cuñada del fallecido, expresó que “nosotros venimos desde Arecibo. Imagínate cuanta gente hay que no han podido venir hacia acá a notificar sus pérdidas porque es un costo de peaje, de gasolina y sacrificio. Son muchas más las muertes”.

A las 12:00 del mediodía estaban pacientemente escribiendo el mensaje que sería incluido en los zapatos y mientras un grupo de voluntarios recogía los más de 2,666 pares que habían sido colocados frente a la Casa de las Leyes durante los últimos tres días, ellos se aprestaban a dar ese último adiós a su familiar.


Precisamente, esta acción es parte de las razones que dieron paso a esta iniciativa. Uno de los organizadores de la iniciativa, Rafael Acevedo, comentó a EL VOCERO que “el propósito era ponerles nombres a los números porque era dramático que fuese una cierta cantidad”.

“Desde nuestra perspectiva era llamativo, dramático, que no supiéramos las historias. Obviamente alguna gente se reunía y se comentaba, pero no había un espacio público donde la gente tuviera la oportunidad de ir allí y compartir con gente desconocida, incluso, de la diáspora”, abundó Acevedo, quien dijo sentirse sorprendido ante la respuesta masiva.

Anunció que esta iniciativa recorrerá varios pueblos de la Isla para que ocurra lo mismo y la gente se reúna a darle el último adiós a todas esas personas que fallecieron a causa del huracán.


Agregó que los zapatos serán almacenados en la Casa Taft, en San Juan. “Por ahora, lo que tenemos en perspectiva es ir al área este. Nos han llamado de Yabucoa y Humacao”, indicó Acevedo.

Ayer, mientras los voluntarios recogían algunos pares de zapatos, acudieron al Capitolio el gobernador Ricardo Rosselló y la primera dama, Beatriz Rosselló, junto a sus hijos Claudia y Pedro Javier. Al lugar acudieron artistas y figuras del mundo deportivo.