"Permanencia en puerto"
Apuesta a Quedarse
La poeta y el fotógrafo unen sus pasiones en este libro que contará
con una exposición fotográfica
El
Nuevo Día
miércoles, 3 de abril de 2019
Por Mariela Fullana Acosta
Mientras van ojeando con placer y delicadeza cada página que compone su nuevo libro “Permanencia en puerto”, la poeta Vanessa Droz y el fotógrafo Doel Vázquez no advierten que comparten una mirada en común.
“Eso en Santa Isabel. Eso es en Vacía Talega. Eso es la Laguna San José. Eso es en Cataño”, explica Doel sin detenerse, mientras va viendo cada una de sus imágenes. Vanessa, sigue pasando páginas en silencio desde la sala de su casa en el Viejo San Juan, toda vez que Doel sigue marcando la ruta. “Estos son unos pescadores de Cataño que cogieron la aleta del pez y la metieron por el muelle y encima le pusieron una estrella de mar”, suelta con voz inquieta. “Esto es La Perla, en el muelle cuatro, esa es la desembocadura del Río Grande de Loíza”, continúa.
Vanessa sigue callada hasta que finalmente apunta con el ojo y dice “esta es una de mis favoritas”. En la página, se aprecia el poema “Fogón con veladuras” que está acompañada de una foto donde aparecen dos mujeres entre el humo de un fogón. “Eso es en El Boricua, en Piñones”, salta de inmediato Doel con la urgencia de la palabra.
En ese momento, fotógrafo y poeta parecen invertir sus roles. Ella va componiendo con la mirada y él con sus palabras. Pero hace dos años, la historia era distinta.
Doel iba publicando en su cuenta de Facebook algunas de las imágenes que recogía con su ojo andariego sin imaginar que Vanessa estaba escribiendo en su computadora poemas provocados por algunos de esos parpadeos. “Empecé a ver las fotos que posteaba Doel y decía ‘wao, qué fotos más buenas’. Entonces, comencé cogiendo esas fotos que me interesaban y las empecé a copiar en documentos aparte. Pero me sucedió que tan pronto veía la imagen y la copiaba, ahí mismo empezaba a escribir porque de alguna manera esas imágenes me cucaban”, afirma Vanessa.
La poeta pasó dos o tres años practicando ese ejercicio hasta que se percató que tenía más de 30 poemas. Entonces supo que ahí había un libro. Llamó a Doel, quien es su amigo de varios años, y le compartió la idea de hacer una publicación con poemas suyos y fotografías de él. “Para mí fue algo tremendo porque Vanessa es más que conocida y es de la élite de un grupo de escritores, y que yo tenga esa oportunidad, para mí es espectacular”, confiesa Doel.
Fue así como surgió “Permanencia en puerto”, libro que presentará hoy, a las 7:00 p.m., la escritora puertorriqueña Ana Lydia Vega en el Museo de las Américas, en el Viejo San Juan. El texto, que fue posible con la ayuda de la Universidad Interamericana, reúne 31 poemas y fotografías hermosamente presentadas. Los textos de Vanessa abordan variados temas que van desde el impacto del huracán María y problemas sociales hasta las circunstancias de la vida en ciudad, lo ambiental y la naturaleza. Aunque están acompañados por imágenes, los poemas no intentan ilustrar las fotografías ni viceversa.
“Las fotografías de Doel me detonaron unas cosas y empecé a escribir con algo que está en la foto, pero no tiene que ver con la foto nada más. Hay algunos que están más atados a la imagen, pero otros que no, que tienen su independencia”, apunta la poeta.
El fotógrafo, por su parte, destaca la importancia que han tenido las palabras de Vanessa sobre sus imágenes, pues las ha resignificado. Recuerda, por ejemplo, la vez que puso en Facebook una de sus fotografías y Vanessa comentó que parecía un Renoir.
“Ella escribe cosas que yo no sé lo que son ni lo que significan. Así que puso eso y yo decía ‘¿qué cará es un Renoir? Y callaíto fui a Google y cuando vi lo que era dije ‘anda, pa’l cará’. Si Vanessa no dice eso, nadie lo ve”, cuenta Doel con la sinceridad de un niño.
La escritora se ríe y luego dice que Doel no para. “Él es un cronista de la ciudad, cronista del paisaje y del paisanaje, o sea, de la gente. Las fotos de Doel tienen que ver fundamentalmente con el ojo de él porque el ojo de Doel sabe mirar y sabe encontrar la belleza o retratar esa belleza donde quizás nadie más ha visto nada”, indica Vanessa, buscando enseguida una foto de Doel de un adoquín arropado en hierbas, que da fe de lo que dice. Reconociendo, precisamente, el valor de esas imágenes y consciente de que el libro “exigía” que los lectores apreciaran mejor el concepto visual, Vanessa habló con Doel para llevar a cabo una exposición con algunas de las fotos que aparecen en el texto. De esa manera, surgió una muestra que abrirá hoy, también en el Museo de las Américas, luego de la presentación del libro. Un total de 13 fotografías, ampliadas a gran tamaño por Johnny Betancourt, formarán parte de la exposición.
Quedarse para hacer
“Permanencia en puerto” -que lleva el nombre de uno los poemas- es un libro que también es una apuesta a quedarse en el país, sobre todo después del huracán María. “Cuando estaba escribiendo me acordé de un verso de Edwin Reyes que dice ‘una isla es siempre la posibilidad de un barco’, te quedas, pero tienes la posibilidad de irte. Pero esto es una apuesta a quedarse y seguir haciendo cosas. Porque dentro de toda la crisis que estamos viviendo, los artistas seguimos haciendo cosas. No nos rendimos. Aquí se puede haber parado una fábrica, una empresa, pero la gente no ha dejado de pintar, de hacer grabado, de escribir, de fotografiar, los músicos siguen trabajando, componiendo. Lo que es nuestro soporte fundamental no se ha detenido”, agrega la poeta.
Al leer los poemas y observar las imágenes que aparecen en este libro es evidente ese compromiso y mirada común de los artistas. Vanessa Droz y Doel Vázquez observan con detalle aquello que no se mira. Con su mirada apalabrada ofrecen anclas que hacen sentir que somos más que una isla en crisis. Nos hacen sentir, como dice la poeta, que somos casa y patio, puerto y jardín. Que somos un paisaje alargado, de luces y sombras, que permanece.
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